Llámenme Mike

Miguel Contreras es un gris y taciturno agente de la policía judicial que forma parte de una unidad antidroga corrupta. Su superior inmediato, el capitán O'Hara, protege a quién le apetece y alienta el narcotráfico más de lo que lo combate. Tras una operación en la que se apropian de varios kilos de cocaína, indignado, el comandante Ornelas ordena que le traigan a quien robó la mercancía de los narcos y O'Hara decide que utilizará a Miguel como chivo expiatorio.
Miguel no tiene otro remedio que cargar con el muerto en pago por todos los favores recibidos. Decide encarar su encarcelación con el convencimiento que sólo serán unos meses de pacífica reclusión y para matar el rato se lleva las novelas hardboiled de Mickey Spillane, protagonizadas por el superduro detective Mike Hammer. En el presidio coincide con algunos de los criminales a los cuales ayudó a encerrar, que lo emboscan y le dan una paliza que deja la cabeza abierta.
Tras la operación, Miguel ha cambiado. Se hace llamar Mike y está convencido que ha de perseguir a los comunistas que andan sueltos y amenazan con destruir la democracia occidental.