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ZINEMALDIA 2012. Día 6. Ghobadi brilla en el día de huelga
Carlos Fernández, 27/09/2012
Ya hemos pasado el ecuador del festival y cada proyección que termina es un paso más hacia un final que muchos, a pesar del cansancio, no queremos que llegue todavía. La jornada de ayer fue bastante extraña, por un lado la huelga general declara en el país vasco paralizó casi por completo los actos del festival, se redujeron al mínimo las proyecciones y hubo que rezar para conseguir entradas a determinadas sesiones.
Pero a pesar de estos pequeños inconvenientes el Zinemaldia no se detuvo y la sección oficial siguió adelante con 2 nuevas películas. La primera del día, y siguiendo la nueva moda de proyectar películas a las 8:30 de la mañana cuando uno todavía no es persona, hemos podido ver la película china All apologies de Emily Tang. En ella, se cuenta la historia real de un padre quien, después de perder a su hijo en un accidente, exige a la esposa del conductor culpable que le compense con otro niño. Agobiada por la sentencia del tribunal, las facturas médicas de su marido y la amenazadora conducta de Cheng, tiene que hacer frente a las paradojas de una decisión inmoral.

Ante un punto de partida tan atractivo, la directora china, no sabe hacer llegar la propuesta a buen puerto, y si bien en la primera mitad de la cinta, la película fluye correctamente, en la segunda parte se estanca completamente, una vez que el personaje femenino toma la decisión final. Es una verdadera lástima, porque parece que la historia hubiese funcionado mucho mejor como mediometraje, ya que todo el tramo final es un alargado, donde no pasa casi nada y que ralentizan demasiado la resolución de la historia, provocando que a pesar de durar solo 88 minutos, acabe por hacerse ligeramente larga.
A pesar de todo la cinta esconde tiene puntos destacables en lo positivo, sobretodo en el reparto y en la dirección de Emily Tang, sencilla y directa, y los actores todos más que correctos.
Habiendo este año tantas buenas opciones a la concha de oro, este año parece que se irá de vacío, ya que a pesar de sus imperfecciones es una de esas películas que se suelen premiar en los festivales.
Aunque ayer el plato fuerte del día era la presencia de Monica Bellucci protagonista de Rhino Season, película de Bahman Ghobadi, que volvía una vez más a San Sebastián, donde ya ha recibido dos Conchas de Oro por Las Tortugas también vuelan y Media Luna.

Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
La película ha sufrido toda clase de complicaciones, una vez recibida la copia por parte del festival, el director iraní, descubrió que las mezclas de sonido de la película no sonaban todo lo bien que tocaría, por lo que solicitó de inmediato que enviasen otra copia, esa copia no había llegado para los pases de prensa de por la mañana. El director estuvo trabajando en la copia defectuosa hasta altas horas de la madrugada, intentando solucionar ciertos errores.
El comentario que sigue a continuación es sobre la versión no óptima de la película. Antes de empezar diré que si bien en ciertos momentos se notaba la pista de audio, algo saturada y los sonidos no sonaban todo lo limpios que tocarían, la película se pudo disfrutar tranquilamente y no resultó molesto.
La película cuenta la historia del poeta kurdo-iraní Sahel, quien después de 30 años encarcelado, es liberado y emprende la búsqueda de su amada. Una premisa sencilla, llevada a la pantalla por Ghobadi de forma magistral, llenando gran parte del metraje con secuencias oníricas, llenas de poesía, para contarnos los sentimientos de los personajes. Con una fotografía impresionante, donde cada plano parece un cuadro planeado minuciosamente, para golpear al espectador con su belleza.
En cierto modo, y salvando todas las distancias, podría decirse que se trata de El Árbol de la vida iraní. Ya que al igual que en la película de Terrence Malick se le da mucha importancia a la unión de imagen y sonido, de ahí que el director estuviese tan molesto con la copia recibida, en la presentación de la película donde Ghobadi explicó los problemas de la copia, también comentó que esta película había supuesto para él una salvación, ya que cuando fue "expulsado de Irán no tenía ganas de seguir viviendo", y que al igual que el personaje principal, utiliza la búsqueda de su mujer como su incentivo para seguir viviendo, el utilizó el rodaje y la creación de la cinta para "volver a sentirse vivo".
Viendo la reacción del público, aplaudiendo durante gran parte de los títulos de crédito, hacia la copia no optima, me imagino que en la copia buena, el Kursaal debió venirse abajo. Creo que si hay un premio indiscutible es el de fotografía, y es una clara candidata a la concha y a mejor director.
Fuera de la sección oficial pudimos ver la última película de Miguel Courtois, director de Lobo y GAL, que presentó junto a Luis Tosar, actor y productor, Operación E, que relata la historia real del campesino Crisanto, a quien las FARC dejaron el cuidado del hijo de la doctora Clara Rojas, y que después de tres años, sería parte importante de la negociación entre el gobierno de Colombia y las FARC para liberación de secuestrados y prisioneros.

Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
La película, rodada en Colombia, y construida con un guión de hierro, cuenta además de con una dirección excelente de Miguel Courtois, combinando escenas de acción, cámara al hombro, con momentos más pausados, pero con un increíble sentido del ritmo, y con otro recital de Luis Tosar, quien no contento con hacerlo bien cuando interpreta a un personaje español, en esta cinta, le toca pelearse con el acento colombiano, y consigue salir vencedor, y presentando de manera oficial su candidatura a los Goya del año próximo.
La película ha sido muy aplaudida y toda la sala se ha quedado después de la proyección para el coloquio con el equipo del film, quienes han hablado de las dificultades de rodar en la selva y de contar con la ayuda del ejército y la policía colombiana, y por otra parte de lo bien que se lo han pasado rodando.
Mientras escribo esto la sala de prensa se está llenando de periodistas para recibir al Ewan McGregor, quien recibirá esta noche el premio Donostia y todo el equipo de Lo imposible, así que toca salir corriendo para coger buen sitio.
Mañana hablaremos de Lo imposible, de la nueva película de Carlos Sorín, otro de los directores fetiches del festival, que presenta Días de pesca y de la película de Pablo Larraín, No, que ha hecho que me reconcilie con él como director después de las decepcionantes Tony Manero y Post Mortem. Mientras llega la crónica podéis seguirnos en las cuentas de twitter @CINeol, @IBB219 y @charlyr2d2. Hasta entonces nos vemos en el cine.
Pero a pesar de estos pequeños inconvenientes el Zinemaldia no se detuvo y la sección oficial siguió adelante con 2 nuevas películas. La primera del día, y siguiendo la nueva moda de proyectar películas a las 8:30 de la mañana cuando uno todavía no es persona, hemos podido ver la película china All apologies de Emily Tang. En ella, se cuenta la historia real de un padre quien, después de perder a su hijo en un accidente, exige a la esposa del conductor culpable que le compense con otro niño. Agobiada por la sentencia del tribunal, las facturas médicas de su marido y la amenazadora conducta de Cheng, tiene que hacer frente a las paradojas de una decisión inmoral.

Ante un punto de partida tan atractivo, la directora china, no sabe hacer llegar la propuesta a buen puerto, y si bien en la primera mitad de la cinta, la película fluye correctamente, en la segunda parte se estanca completamente, una vez que el personaje femenino toma la decisión final. Es una verdadera lástima, porque parece que la historia hubiese funcionado mucho mejor como mediometraje, ya que todo el tramo final es un alargado, donde no pasa casi nada y que ralentizan demasiado la resolución de la historia, provocando que a pesar de durar solo 88 minutos, acabe por hacerse ligeramente larga.
A pesar de todo la cinta esconde tiene puntos destacables en lo positivo, sobretodo en el reparto y en la dirección de Emily Tang, sencilla y directa, y los actores todos más que correctos.
Habiendo este año tantas buenas opciones a la concha de oro, este año parece que se irá de vacío, ya que a pesar de sus imperfecciones es una de esas películas que se suelen premiar en los festivales.
Aunque ayer el plato fuerte del día era la presencia de Monica Bellucci protagonista de Rhino Season, película de Bahman Ghobadi, que volvía una vez más a San Sebastián, donde ya ha recibido dos Conchas de Oro por Las Tortugas también vuelan y Media Luna.
Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
La película ha sufrido toda clase de complicaciones, una vez recibida la copia por parte del festival, el director iraní, descubrió que las mezclas de sonido de la película no sonaban todo lo bien que tocaría, por lo que solicitó de inmediato que enviasen otra copia, esa copia no había llegado para los pases de prensa de por la mañana. El director estuvo trabajando en la copia defectuosa hasta altas horas de la madrugada, intentando solucionar ciertos errores.
El comentario que sigue a continuación es sobre la versión no óptima de la película. Antes de empezar diré que si bien en ciertos momentos se notaba la pista de audio, algo saturada y los sonidos no sonaban todo lo limpios que tocarían, la película se pudo disfrutar tranquilamente y no resultó molesto.
La película cuenta la historia del poeta kurdo-iraní Sahel, quien después de 30 años encarcelado, es liberado y emprende la búsqueda de su amada. Una premisa sencilla, llevada a la pantalla por Ghobadi de forma magistral, llenando gran parte del metraje con secuencias oníricas, llenas de poesía, para contarnos los sentimientos de los personajes. Con una fotografía impresionante, donde cada plano parece un cuadro planeado minuciosamente, para golpear al espectador con su belleza.
En cierto modo, y salvando todas las distancias, podría decirse que se trata de El Árbol de la vida iraní. Ya que al igual que en la película de Terrence Malick se le da mucha importancia a la unión de imagen y sonido, de ahí que el director estuviese tan molesto con la copia recibida, en la presentación de la película donde Ghobadi explicó los problemas de la copia, también comentó que esta película había supuesto para él una salvación, ya que cuando fue "expulsado de Irán no tenía ganas de seguir viviendo", y que al igual que el personaje principal, utiliza la búsqueda de su mujer como su incentivo para seguir viviendo, el utilizó el rodaje y la creación de la cinta para "volver a sentirse vivo".
Viendo la reacción del público, aplaudiendo durante gran parte de los títulos de crédito, hacia la copia no optima, me imagino que en la copia buena, el Kursaal debió venirse abajo. Creo que si hay un premio indiscutible es el de fotografía, y es una clara candidata a la concha y a mejor director.
Fuera de la sección oficial pudimos ver la última película de Miguel Courtois, director de Lobo y GAL, que presentó junto a Luis Tosar, actor y productor, Operación E, que relata la historia real del campesino Crisanto, a quien las FARC dejaron el cuidado del hijo de la doctora Clara Rojas, y que después de tres años, sería parte importante de la negociación entre el gobierno de Colombia y las FARC para liberación de secuestrados y prisioneros.
Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
La película, rodada en Colombia, y construida con un guión de hierro, cuenta además de con una dirección excelente de Miguel Courtois, combinando escenas de acción, cámara al hombro, con momentos más pausados, pero con un increíble sentido del ritmo, y con otro recital de Luis Tosar, quien no contento con hacerlo bien cuando interpreta a un personaje español, en esta cinta, le toca pelearse con el acento colombiano, y consigue salir vencedor, y presentando de manera oficial su candidatura a los Goya del año próximo.
La película ha sido muy aplaudida y toda la sala se ha quedado después de la proyección para el coloquio con el equipo del film, quienes han hablado de las dificultades de rodar en la selva y de contar con la ayuda del ejército y la policía colombiana, y por otra parte de lo bien que se lo han pasado rodando.
Mientras escribo esto la sala de prensa se está llenando de periodistas para recibir al Ewan McGregor, quien recibirá esta noche el premio Donostia y todo el equipo de Lo imposible, así que toca salir corriendo para coger buen sitio.
Mañana hablaremos de Lo imposible, de la nueva película de Carlos Sorín, otro de los directores fetiches del festival, que presenta Días de pesca y de la película de Pablo Larraín, No, que ha hecho que me reconcilie con él como director después de las decepcionantes Tony Manero y Post Mortem. Mientras llega la crónica podéis seguirnos en las cuentas de twitter @CINeol, @IBB219 y @charlyr2d2. Hasta entonces nos vemos en el cine.