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Venecia 2025 – La voz de Hind Rajab y los límites de la representación
Immaculada Pilar, 03/09/2025
Normalmente estas crónicas forman parte del relato diario del festival. Hoy no. The Voice of Hind Rajab, de Kaouther Ben Hania, exige detenerse y dedicarle un espacio aparte. No es una película más de la competición: es la dramatización de un hecho atroz y reciente que conmocionó al mundo entero. Mezclarla en una crónica con alfombras rojas y comentarios de sala no haría justicia ni al filme ni, sobre todo, a la memoria de Hind Rajab.
Con The Voice of Hind Rajab, la realizadora tunecina afronta uno de los episodios más terribles de la reciente guerra de Gaza: el asesinato de Hind Rajab, una niña palestina de seis años que murió tras el ataque a un vehículo familiar por parte de un tanque israelí, el 29 de enero de 2024. Hind fue la única superviviente inicial; durante horas permaneció en el coche rodeada de los cuerpos de sus familiares, en contacto telefónico con la Media Luna Roja Palestina, hasta que también ella fue asesinada. El caso conmocionó al mundo por su crueldad y brutalidad.
La directora opta aquí por la dramatización de hechos reales. Con actores recrea la sala de recepción de llamadas de la Media Luna Roja, pero utiliza las grabaciones originales con la voz de Hind Rajab para sostener la veracidad del relato. Este recurso genera el primer dilema: si bien las conversaciones con la niña parecen auténticas, las interacciones representadas en la central de llamadas no sabemos hasta qué punto han sido modificadas para intensificar el drama o suavizar tensiones que pudieron ser aún más extremas.
El segundo problema aparece con la necesidad de superponer imágenes documentales a las dramatizaciones, un recurso habitual en la filmografía de Ben Hania. Aquí, sin embargo, parece redundante. Si la recreación con actores es fiel, no haría falta añadir esa capa de verificación audiovisual, que por momentos rompe la fluidez y convierte lo que debería ser cine en un ejercicio de justificación constante.
El tercer punto es crucial: esta crítica se dirige a la propuesta cinematográfica, no a los hechos. Que cuestionemos las decisiones formales de la directora en nada atenúa la condena absoluta hacia lo sucedido. El asesinato de Hind Rajab es uno de los episodios más atroces de los últimos años y su recuerdo provoca rechazo, indignación y dolor. La película busca fijar esa memoria en imágenes, pero las herramientas elegidas —dramatización híbrida, uso de audios reales y verificación redundante— abren un debate complejo: ¿hasta dónde puede llegar el cine cuando representa una tragedia tan reciente?