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Venecia 2025 – Día 3: sorpresas inesperadas y un ciclón surcoreano
Immaculada PIlar, 30/08/2025
Tercer día de Mostra, y el festival empieza a coger ese ritmo en el que las películas se suceden casi sin respiro y las conversaciones en los pasillos pesan tanto como lo que se ve en pantalla. Si la inauguración dejó el listón alto y ayer nos movimos en un terreno más irregular, hoy la jornada ha traído una sorpresa inesperada y una obra que ya muchos señalan como uno de los títulos clave de esta edición.
En la alfombra roja, el desfile sigue marcando pulso. Ayer se dejaron ver Emma Stone y Jesse Plemons presentando Bugonia, con la expectación que despierta cualquier regreso de Lanthimos, mientras que hoy ha sido el turno de Lee Byung-hun, recibido con entusiasmo antes de presentar la que quizá haya sido la proyección más vibrante hasta el momento.
A pied d’œuvre, de Valérie Donzelli
Valérie Donzelli es una directora irregular. Con La guerre est déclarée encandiló a crítica y público, pero después su filmografía se ha movido más en el terreno de los encargos, obras cumplidoras pero poco personales. Por eso sorprende la claridad y la fuerza de À pied d’œuvre, una película que llega con bajo perfil y se revela como una de las propuestas más redondas de su carrera reciente.
La historia sigue a un trabajador interpretado por Bastien Bouillon, que encarna con serenidad a alguien que, aun sabiendo que no está bien, tampoco ha tocado fondo. Bouillon transmite esa mezcla de calma y resignación con enorme precisión. El guion, coescrito por Donzelli, es lúcido: habla de la precarización del mercado laboral en un presente dominado por aplicaciones que venden como libertad lo que en realidad es una forma más de explotación. También apunta al individualismo como mal estructural, pero sin caer en discursos grandilocuentes ni en moralinas: lo importante es la realidad concreta de su protagonista.
El resultado es una película sobria, inteligente y más certera de lo que muchos esperábamos de Donzelli en este momento. Una sorpresa, sí, pero sobre todo una confirmación de que todavía tiene mucho cine personal que contar.
No Other Choice, de Park Chan-wook
Hablemos de un ciclón. La nueva película de Park Chan-wook arrasó la Mostra desde su primera proyección. Y para situarse quizá haya que empezar por el final: la película está dedicada a Costa-Gavras. Y es que No Other Choice es una nueva adaptación de la novela The Axe de Donald Westlake, ya llevada al cine en 2005 por el propio Costa-Gavras bajo el título Arcadia.
La de Park es más desatada y más contenida al mismo tiempo: contenida en lo narrativo, desatada en el manejo de la cámara, que aquí alcanza un virtuosismo justificado por el tono de sátira negra y feroz. La historia sigue a un trabajador de una papelera, interpretado por Lee Byung-hun, que tras 25 años de servicio es despedido sin miramientos. La desesperación lo empuja a medidas drásticas contra la competencia, y la película se convierte en una montaña rusa entre comedia alocada y drama íntimo.
El recital de Byung-hun es absoluto: domina tanto los momentos más cómicos y delirantes como los pasajes de dolor íntimo, componiendo un personaje que es al mismo tiempo patético y profundamente humano. El filme es ácido, ágil, vivo: un torrente narrativo que mezcla sátira social con thriller y que mantiene un ritmo implacable de principio a fin. Un ciclón, sí. Y quizá la película más comentada hasta ahora en Venecia.
Cierre
Día 3 concluido. Una Donzelli en estado de gracia y un Park Chan-wook arrollador marcan el rumbo de una Mostra que, a estas alturas, ya tiene varias películas en la conversación para el palmarés. Y mientras tanto, en las alfombras rojas se siguen viendo sonrisas, trajes de gala y fotos ensayadas. Pero lo que importa está en las salas: cine que sorprende y emociona.