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SEFF'15. Empieza el cuento
Carlos Fernández, 09/11/2015
Todo buen cuento que se precie debe empezar con un ‘Érase una vez’ así que ya tenemos la forma perfecta para empezar la crónica de este primer día, así que, allá vamos.
Érase una vez, no hace mucho tiempo, ni tampoco en un lugar muy lejano un joven (bueno quizás no tan joven) madrugaba para hacerse con la acreditación que le daría acceso durante 8 días a todo EL CINE que se iba a proyectar en la ciudad. Tras una buena caminata hasta llegar a su destino y una vez en el cobijo de la sala que le transportaría a mundos, países e historias sin moverse de la butaca. Ya estaba listo para enfrentarse a su primer Festival de Cine Europeo de Sevilla.

‘Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito’ canta Ismael Serrano y siguiendo ese canto Matteo Garrone, adaptando los escritos Giambattista Basile, trae a la ciudad hispalense, tras su paso por Cannes, El Cuento de los Cuentos, una película que recoge y adapta libremente tres de esas historias llenas de reyes, reinas, princesas, monstruos marinos, brujas y ogros cubriéndolos con su particular estilo, acercando toda esa fantasía, como el mismo comentó en la rueda de prensa, al humanismo.
Con un reparto internacional donde destacan Salma Hayek (como la reina que desea a toda costa ser madre sin tener en cuenta las consecuencias) y Vincent Cassel (en un papel excesivo y que tiene los momentos más cómicos de la cinta) Garrone construye una película con un acabado técnico excelente y de una gran potencia visual, con escenas que se quedan marcadas en la memoria del espectador pero esa fuerza, que ya habíamos comprobado en películas anteriores como Gomorra se encuentra aquí con un obstáculo que, aunque consigue superar con la suficiente soltura como para no caer en el desastre, no puede evitar salir dañado y que la película acabe resintiéndose. Las historias, de los diferentes cuentos, intercalas provocan que las menos interesantes sean un lastre para el ritmo de la cinta alargando su duración por encima de las dos horas. Garrone indicó en rueda de prensa que ‘el material de partida da para realizar una serie de televisión’ una vez visto el resultado final de la película quizás hubiese sido ese el medio perfecto para disfrutar de estos cuentos.
En resumen El Cuento de los Cuentos es como ese plato en el que todos los elementos por separado nos gustan pero a la hora de cocinarlo a alguien se le ha olvidado ponerle la sal.

Algo parecido, aunque en este caso el problema es el exceso de sazonamiento, se encuentra El Tiempo de los monstruos primera película en solitario de Félix Sabroso, tras el fallecimiento de Dunia Ayaso a la que va dedicado este trabajo. El director canario escribe y dirige un enrevesado juego de espejos cinematográfico donde nada es lo que parece ¿o sí?.
Un director de cine decide suicidarse antes de eso graba un mensaje a su equipo con el encargo de hacer su película póstuma. ¿Dónde termina la realidad y empieza la ficción?
Un grupo de personas aisladas del mundo exterior en una lujosa mansión y una sucesión de situaciones surrealistas se dan la mano en una cinta que por momentos recuerda al Canino de Yorgos Lanthimos, en el fondo, aunque formalmente sea bastante más accesible, sin que esto tenga que ser bueno.
El reparto se enfrenta a un grupo de personajes caricaturescos liderado por un más que notable Javier Cámara. La entrega del reparto es palpable y la mayoría ofrece un trabajo digno de aplauso aunque haya una gran damnificada, por lo excesivo de su personaje, Candela Peña quien a pesar de su buen hacer no consigue salvar el papel de la sobreactuación en algunos momentos de la cinta. En el lado opuesto Pilar Castro construye un personaje, contruido a través de los silencios (que adquieren más importancias que las palabras), cargado de secretos y totalmente desubicado con lo que sucede a su alrededor,
Es curioso que en una película dónde se repite hasta en cinco ocasiones lo de ‘lo importante es el final’ sea ahí, en su parte final, donde derrapa y acaba alargándose en exceso una vez descubierto todo el secreto que se esconde en las diferentes capas que componen este film que traza una delgadísima línea entre la ficción y la realidad para terminar constuyendo un discurso final en el que debatir sobre la vida y la muerte.
Y del debut en solitario de Félix Sabroso pasamos al debut en el largometraje de Louis Garrel con una historia sobre la amistad y el amor.

Les deux amis construye un triángulo amoroso que se inicia cuando Clément, un actor que sobrevive a base de trabajos como extra, se enamora de Mona, una trabajadora en la estación de tren que guarda un secreto. Cuando Mona le da esquinazo entra en acción Abel, amigo de Clément, quien en su afán por ayudar acabará por enrevesarlo todo.
Escrita a cuatro manos por Louis Garrel y Christophe Honoré con claras referencias, que el propio Garrel confirmó en el encuentro con el público posterior a la proyección, a Bernardo Bertolucci, Jean Renoir, director de La Regla del Juego ‘la mejor película de la historia’, y de François Truffaut, del que adquiere esa capacidad de salvar a todos sus personajes independientemente de los enredos en los que se metan y sin que al espectador le resulte molesto debido al vínculo que se crea desde el inicio de la película y que hace que únicamente queramos ver a los protagonistas triunfar, la película camina en el fino alambre del drama y la comedia con trasfondo amoroso. Con un tono fresco en donde además de lo efectivo y entretenido del guión y la notable dirección, destaca la química entre los tres protagonistas.
‘A veces es más importante el tacto que la verdad’ decía Truffaut y Garrel ha decidido aplicárselo a su debut dónde las mentiras se esconden para mantener una amistad a la que los protagonistas se agarran como un clavo ardiendo sabiendo que sin ella su vida carece de sentido.
La cinta ha inaugurado la 12ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla dejando un buen sabor de boca en general y aplausos al terminar la proyección.
En los próximos artículos iremos repasando los diferentes capítulos de este cuento que acaba de empezar, esperemos que dentro de 9 días podamos escribir aquello de ‘Y fueron felices y comieron perdices’ pero hasta entonces nos vemos en los cines.
Érase una vez, no hace mucho tiempo, ni tampoco en un lugar muy lejano un joven (bueno quizás no tan joven) madrugaba para hacerse con la acreditación que le daría acceso durante 8 días a todo EL CINE que se iba a proyectar en la ciudad. Tras una buena caminata hasta llegar a su destino y una vez en el cobijo de la sala que le transportaría a mundos, países e historias sin moverse de la butaca. Ya estaba listo para enfrentarse a su primer Festival de Cine Europeo de Sevilla.

‘Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito’ canta Ismael Serrano y siguiendo ese canto Matteo Garrone, adaptando los escritos Giambattista Basile, trae a la ciudad hispalense, tras su paso por Cannes, El Cuento de los Cuentos, una película que recoge y adapta libremente tres de esas historias llenas de reyes, reinas, princesas, monstruos marinos, brujas y ogros cubriéndolos con su particular estilo, acercando toda esa fantasía, como el mismo comentó en la rueda de prensa, al humanismo.
Con un reparto internacional donde destacan Salma Hayek (como la reina que desea a toda costa ser madre sin tener en cuenta las consecuencias) y Vincent Cassel (en un papel excesivo y que tiene los momentos más cómicos de la cinta) Garrone construye una película con un acabado técnico excelente y de una gran potencia visual, con escenas que se quedan marcadas en la memoria del espectador pero esa fuerza, que ya habíamos comprobado en películas anteriores como Gomorra se encuentra aquí con un obstáculo que, aunque consigue superar con la suficiente soltura como para no caer en el desastre, no puede evitar salir dañado y que la película acabe resintiéndose. Las historias, de los diferentes cuentos, intercalas provocan que las menos interesantes sean un lastre para el ritmo de la cinta alargando su duración por encima de las dos horas. Garrone indicó en rueda de prensa que ‘el material de partida da para realizar una serie de televisión’ una vez visto el resultado final de la película quizás hubiese sido ese el medio perfecto para disfrutar de estos cuentos.
En resumen El Cuento de los Cuentos es como ese plato en el que todos los elementos por separado nos gustan pero a la hora de cocinarlo a alguien se le ha olvidado ponerle la sal.

Algo parecido, aunque en este caso el problema es el exceso de sazonamiento, se encuentra El Tiempo de los monstruos primera película en solitario de Félix Sabroso, tras el fallecimiento de Dunia Ayaso a la que va dedicado este trabajo. El director canario escribe y dirige un enrevesado juego de espejos cinematográfico donde nada es lo que parece ¿o sí?.
Un director de cine decide suicidarse antes de eso graba un mensaje a su equipo con el encargo de hacer su película póstuma. ¿Dónde termina la realidad y empieza la ficción?
Un grupo de personas aisladas del mundo exterior en una lujosa mansión y una sucesión de situaciones surrealistas se dan la mano en una cinta que por momentos recuerda al Canino de Yorgos Lanthimos, en el fondo, aunque formalmente sea bastante más accesible, sin que esto tenga que ser bueno.
El reparto se enfrenta a un grupo de personajes caricaturescos liderado por un más que notable Javier Cámara. La entrega del reparto es palpable y la mayoría ofrece un trabajo digno de aplauso aunque haya una gran damnificada, por lo excesivo de su personaje, Candela Peña quien a pesar de su buen hacer no consigue salvar el papel de la sobreactuación en algunos momentos de la cinta. En el lado opuesto Pilar Castro construye un personaje, contruido a través de los silencios (que adquieren más importancias que las palabras), cargado de secretos y totalmente desubicado con lo que sucede a su alrededor,
Es curioso que en una película dónde se repite hasta en cinco ocasiones lo de ‘lo importante es el final’ sea ahí, en su parte final, donde derrapa y acaba alargándose en exceso una vez descubierto todo el secreto que se esconde en las diferentes capas que componen este film que traza una delgadísima línea entre la ficción y la realidad para terminar constuyendo un discurso final en el que debatir sobre la vida y la muerte.
Y del debut en solitario de Félix Sabroso pasamos al debut en el largometraje de Louis Garrel con una historia sobre la amistad y el amor.

Les deux amis construye un triángulo amoroso que se inicia cuando Clément, un actor que sobrevive a base de trabajos como extra, se enamora de Mona, una trabajadora en la estación de tren que guarda un secreto. Cuando Mona le da esquinazo entra en acción Abel, amigo de Clément, quien en su afán por ayudar acabará por enrevesarlo todo.
Escrita a cuatro manos por Louis Garrel y Christophe Honoré con claras referencias, que el propio Garrel confirmó en el encuentro con el público posterior a la proyección, a Bernardo Bertolucci, Jean Renoir, director de La Regla del Juego ‘la mejor película de la historia’, y de François Truffaut, del que adquiere esa capacidad de salvar a todos sus personajes independientemente de los enredos en los que se metan y sin que al espectador le resulte molesto debido al vínculo que se crea desde el inicio de la película y que hace que únicamente queramos ver a los protagonistas triunfar, la película camina en el fino alambre del drama y la comedia con trasfondo amoroso. Con un tono fresco en donde además de lo efectivo y entretenido del guión y la notable dirección, destaca la química entre los tres protagonistas.
‘A veces es más importante el tacto que la verdad’ decía Truffaut y Garrel ha decidido aplicárselo a su debut dónde las mentiras se esconden para mantener una amistad a la que los protagonistas se agarran como un clavo ardiendo sabiendo que sin ella su vida carece de sentido.
La cinta ha inaugurado la 12ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla dejando un buen sabor de boca en general y aplausos al terminar la proyección.
En los próximos artículos iremos repasando los diferentes capítulos de este cuento que acaba de empezar, esperemos que dentro de 9 días podamos escribir aquello de ‘Y fueron felices y comieron perdices’ pero hasta entonces nos vemos en los cines.