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Rueda de prensa: Roman Polanski ("Oliver Twist")

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Irulan, 01/12/2005

El pasado martes 29 de Noviembre, a la una del mediodía y con algo de retraso, el señor Roman Polanski hacía su aparición, escudado por su productor Robert Benmusa y su distribuidor en España Julio Fernández, en las escaleras de los bonitos jardines del madrileño hotel Ritz. Allí y durante no mucho tiempo, posó para la prensa española con la mejor de sus sonrisas y de forma agradable y distendida (chapurreando incluso un castellano que en el fondo no habla nada mal). Tras esto, fuimos todos conducidos a uno de los lujosos salones del hotel, donde ante miles de flashazos se celebró la rueda de prensa de presentación de su última película: Oliver Twist.
Y así, tras las presentaciones de rigor, llegaron las preguntas, y fue inevitable empezar por El Pianista, anterior film del director (y que le valió tres Oscars: Mejor Director, Mejor Guión Adaptado y Mejor Actor). Polanski y su productor explicaron cómo habían quedado tan contentos tras esa experiencia que querían repetir en una nueva película, manteniendo incluso al equipo técnico, y que se eligió este título porque el director tenía ante todo ganas de hacer una película para niños, o más bien una película en la que los padres pudieran llevar a sus hijos al cine, y no al revés como suele suceder; y es que él mismo se aburre cuando sus hijos le llevan al cine e incluso confesó que, ”a pesar de las explosiones”, se suele quedar dormido. Y sus propios hijos fueron otro de los motores de realización del film (en el que tienen además sendos cameos), ya que el director quería hacer algo en lo que ellos se pudieran reflejar, puesto que su trabajo suele estar muy alejado de su mundo.
Y siguiendo con el tema de los niños, Polanski habló de cómo encontró a su Oliver (tras hacer un largísimo casting en el que siempre sobresalió el rostro del elegido, Barney Clark) y de cómo esa fama de “dificultad” que tiene el rodar con niños para él en este caso fue infundada, y es que encontró a los jóvenes actores británicos muy educados y disciplinados, tanto o más que los adultos. El único problema que encontró fue que dado que los niños estaban en edad escolar tuvo que rodar en verano y con ciertos horarios restringidos. Eso sí, no pudo evitar reconocer que las escenas con el perro fueron una pesadilla.
Mucho se habló también del diseño de producción. El director explicó cómo la documentación se había centrado en la obra artística de esa época (en concreto en los grabados de Gustave Dore, uno de los cuales ilustra los títulos de crédito iniciales del film), y cómo había sido un trabajo muy agradecido tanto para los attrezzistas como para el director de arte, pues se habían podido explayar en la recreación de una época. La película se rodó pro completo en interiores, en un enorme estudio situado en Praga y donde se reconstruyó un Londres con aspiraciones metropolitas del que desgraciadamente ya no queda nada.
Tampoco se pudieron evitar las preguntas concernientes a las dos versiones anteriores del film. Polanski explicó cómo el musical de Carol Reed le encanta, pero que no le sucede lo mismo con la película de David Lean (un director que de todas formas dijo admirar), y que no puede evitar ver al personaje de Fagin (interpretado por Alec Guinness) como una caricatura antisemita. De todas formas dejó bien claro que para él el la elección de hacer una película así tiene poco que ver con estas versiones anteriores y si le contentaban o no, y que lo que le mueve como director son otras cosas, entre las que destacan sus ganas de contar su versión de una historia. Al leer un libro, todos nos hacemos una imagen sobre los personajes y los escenarios, y él reconoció que sabe que son pocas las personas que pueden compartir esto de manera amplia, como ha querido hacer en este caso. Para él este proyecto trataba de reflejar a su manera la historia (aquellos hechos que más le gustaron), y de hacerlo siguiendo el espíritu del original de Dickens, transmitiendo sus emociones y su humor. Intentó ser lo más fiel posible así a ese texto, pues él no cree en esas adaptaciones “modernizadas” ni tiene la intención de impactar a nadie (se ve demasiado mayor para eso). Y respecto a esto mismo, comentó además cómo con El Pianista hubo comentarios acerca de su “academicismo”, término que él acepta y que no se puede explicar por qué tiene connotaciones tan peyorativas.
Habló también de cómo intentó reflejar en la película algo que cree muy característico de la literatura de la época, y es la importancia que tiene la coincidencia en el destino. Son pequeños hechos, pequeños detalles, los que mueven a Oliver de un lado para otro y los que le salvan de unas penurias para llevarle a otras, y todo esto resulta fascinante para él. Además, no pudo evitar declarar cómo siempre se intenta identificar con todos los héroes de sus películas, y cómo además en este caso esto no fue demasiado difícil ya que él de niño pasó por circunstancias similares.
Finalmente el director habló del estado del cine actual, y dijo que le daba la impresión de que hoy en día los estudios producían películas como videojuegos, y que esto hace que la mayoría de los títulos que se estrenan, a pesar de ser correctos como muchas veces lo son (sobre todo técnicamente), se olvidan con facilidad. Polanski dijo que ese era un tipo de cine que no le interesaba hacer, que él quiere que sus películas se mantengan en la mente del espectador, y que se comenten a la salida del cine.