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Estuvimos en la rueda de prensa de Gordos

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Evelio Barbero, 09/09/2009

A juzgar por la cantidad de medios presentes tanto en el photocall (que tuvo que realizarse en la calle para facilitar el trabajo) como en la concurrida rueda de prensa, parece evidente que había bastante expectación por el nuevo trabajo de un Daniel Sánchez Arévalo que ya triunfara con su debut en Azul oscuro casi negro. A ello había que añadirle la presencia de prácticamente todo el reparto principal donde solo cabe lamentar las ausencias de Raúl Arévalo y Fernando Albizu. Una vez hechas las presentaciones, fue el propio Sánchez Arévalo el que habló de su nuevo trabajo:

(Más imágenes en su galería)
Daniel Sánchez Arévalo: El origen de este proyecto surge un día que quedo a comer con José Antonio Félez, mi productor y amigo, y yo le propongo hacer una película sobre gordos y el dijo vale. Fue así de sencillo. En una siguiente ocasión le dije que el entorno común sería una terapia de gente con problemas relacionados con la obesidad y que estaría bien que alguno adelgazara un poquito. Antes de que yo escribiera una sola línea ya tenía vinculados a Antonio (de la Torre) y José Antonio y sin ellos no me hubiera embarcado en este proyecto. El resultado es una aventura de tres años, rodada en diez meses de forma descabellada, muy controlado a la vez todo el proceso por médicos y nutricionistas. Ha sido un proceso muy largo y muy placentero.
P.- Los actores que habéis tenido que engordar y adelgazar, ¿como lo asumisteis y como os preparasteis?
Antonio de la Torre: Mi caso yo creo que fue cierta inconsciencia. Afortunadamente, después de Azul oscuro casi negro, he tenido la suerte de trabajar bastante, mucho más de lo que había hecho hasta entonces, y empecé a tener la sensación de que me estaba repitiendo y de repente me dio un chispazo cuando me llamó Daniel y me dijo “oye, ¿estás dispuesto a ponerte como una vaca?”. De repente tuve la fantasía de que al fin mi mediocridad puede taparse y salen otros gestos y otras cosas (risas). Evidentemente engordar no es interpretar pero hubo algo ahí. Cuando ya empezamos a trabajar el proceso, vimos que era fundamental que el personaje tuviera un contraste como vemos en la película que al principio es delgado y luego es gordo. Convencí a Dani para que me dejara adelgazar más de lo que peso habitualmente. Perdí siete kilos quedándome en sesenta y nueve y luego engordé treinta y tres. El proceso fue largo, apasionante y resumiendo, me costó mucho más adelgazar que engordar, paradójicamente.
Leticia Herrero: En mi caso, lo que menos me preocupaba era adelgazar. Yo era profesora de autoescuela, nunca había hecho ni cine ni televisión, ni siquiera una obra de teatro en el colegio. En una de las pruebas de casting me dijeron que tendría que adelgazar y me pareció bien, pensé que lo iba a pasar un poco mal pero me encantó. Tiempo después me dijeron que tenía que salir desnuda en la película y dije “uff”, pero estaba tan ilusionada que dije que sí. Un par de semanas después me dijeron que tendría que llorar y eso ya me pareció más difícil. Adelgazar y desnudarse, te puede dar más o menos corte pero al final te quitas la ropa y ya está, pero llorar era más complicado para mí que no había hecho nada antes. Menos mal que Raúl (Arévalo) y Daniel (Sánchez Arévalo) me ayudaron mucho y al final conseguí hacer las tres cosas, que las tres son un reto. Con el proceso de adelgazar, encantada de la vida. Pasé de pesar noventa kilos a quedarme en sesenta y seis, así que encantada.
Verónica Sánchez: En mi caso, Daniel me preguntó si estaría dispuesta a engordar unos diez kilos para una película y le contesté que siendo suya, obviamente sí. Después leyendo el guión me enamoré del proyecto y del personaje de Paula, y todos los miedos que pudiera tener quedaron en un segundo plano. El proceso de engorde me ayudó también en la construcción del personaje. Durante el primer mes enfermaba del estómago, no se acostumbraba a esa dieta tan calórica y acababa engordando dos kilos y perdiendo tres cada semana y empecé a preocuparme al pensar que no llegaría a tiempo. Entonces empecé a hacer mucha vida sedentaria para no quemar ni una sola caloría, lo cual me ayudó mucho porque tuve un proceso parecido al de Paula, ese reposo forzado me llevó a un estado apático, un poco triste incluso, que me llevaba a ese estado del personaje.
María Morales: Yo también llegué tan ilusionada al casting que ante la propuesta de engordar dije que sí enseguida. Entre las miles de opciones que había en mi vida, era la más interesante, sin duda (risas). Llegué la última al reparto y tuve que coger diez kilos en apenas mes y medio, con lo cual fue un poco forzado. Era duro porque tenías que dedicar todo el día a comer. Te levantabas y no querías ni desayunar, pero por otro lado estaba la alegría de los banquetes (risas). Fue placentero y duro. El proceso de adelgazamiento ya fue más tranquilo ya que tuve cuatro meses.
DSA: Debo añadir que el compromiso de todos ha sido maravilloso. Han sido disciplinados a todos los niveles cumpliendo los objetivos marcados por este rodaje que ya era bastante complejo.
P.- Aparte del texto físico, ¿Qué has querido contar con esta película?
DSA: Es cierto que a nivel de marketing y promoción, estas subidas y bajadas de peso llaman mucho la atención, pero realmente la película no habla de eso. Creo que es algo que está encajado en la película pero donde no he querido poner la máxima atención. Gordos es una película de gordos, pero de gordos físicos y de gordos emocionales, de gente que tapan su vacío interior tragando cosas. La obesidad me ha servido como metáfora para hablar de esas cosas que en el día a día nos comemos y cada día nos pesan más por no ser capaces de asumirlas y de cómo buscar la manera de aliviar ese peso. Para mí el cine es conflicto y traté de enfrentar a cada personaje a sus miedos. Me interesaba el proceso de pasar tiempo acumulando cosas hasta explotar, de llegar al límite donde no puedes acumular más. Es una película sobre excesos y por ello he recurrido a personajes excesivos queriendo llegar al límite y sobrepasarlo pero nunca provocando rechazo. De lo que más orgulloso estoy es del trabajo de los actores. Ha habido once actores principales y he acabado encantado con cada uno de ellos y cuando me vienen alabando sus trabajos, para mí es el mayor piropo.
P.- Antonio, aparte del proceso físico, ¿Qué ha supuesto para ti el desarrollo de tu personaje?
Antonio de la Torre: Como he dicho antes, yo tenía muchas ganas de explorar un personaje distinto a lo que venía haciendo últimamente. Tanto Daniel como yo quisimos hacer un personaje muy extremo, muy contradictorio, que tiene un conflicto muy claro sobre lo que la sociedad espera de él. Es un personaje público, es conocido, es presentador de televisión, y por otro lado, la vida que lleva. Es un personaje tan a la defensiva que considera al mundo un territorio hostil. Para mí el reto era crear a un personaje que está siempre a la defensiva con una capa de cinismo y de dureza que en el fondo es un niño pequeño.
P.- La historia está contada en clave de drama, en clave de comedia…
DSA: Sí, es parte de mi naturaleza. Considero que la película es una comedia, pero a mi personalmente me interesa la comedia que parte de una base dramática muy sólida. Las historias son muy dramáticas pero yo tengo una tendencia natural a intentar darle la vuelta a todo. A buscar el humor. No me gusta el drama por el drama ni la comedia por la comedia. Como espectador, cuando voy al cine me encanta que me emocionen en general, que me hagan reír y me hagan llorar, y si está combinado, mejor. Mi mayor ambición como director es lograr esa fusión perfecta entre la comedia y el drama. El ejemplo perfecto para mí es El apartamento de Billy Wilder.
Gordos se estrena el viernes 11 tras ser presentada en el festival de Venecia.