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Especial Óscar 2015: Mejores Cortometrajes

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José Hernández, 19/02/2015

Las categorías de cortometrajes en los Óscar se caracterizan por su imprevisibilidad. Nunca se puede estar completamente seguro de que un corto va a ganar sobre otro por dos motivos: que el número de académicos que participa en estas categorías es mucho menor que en cualquier otra, por lo que los ganadores se deciden por unos pocos votos; y que los nominados apenas reciben cobertura mediática o galardones de relevancia para el Óscar. No hay presiones, ni concursos de popularidad, ni amiguismos, ni nadie que marque a unos como favoritos y a otros como perdedores, así que solo se vota lo que a uno le gusta más. A diferencia de las ediciones de hace unos años, ahora todo el mundo puede votar en las tres categorías. No hay obligación de asistir a las sesiones organizadas por la Academia, y por tanto no hay necesidad de haber visto todas las nominadas. La decisión de votar se deja a la conciencia de cada uno y al tiempo de que dispongan para ver las copias digitales facilitadas por los estudios.

La categoría en la que suele haber algo de sentido es la de CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN. De hecho, con solo ver los tráiler de las nominadas, uno se puede hacer una buena idea de cuáles son las que tienen opciones y cuáles no. Y conociendo un poco la historia de ganadores de esta categoría se puede deducir quiénes son los favoritos.
Los que no conozcáis mucho de esta categoría seguramente pensaréis que Disney va a ganar por defecto, ya que han sido nominados una vez más (y ya van casi 50 en esta categoría) por BUENAS MIGAS, de Patrick Osborne, sin duda el corto más visto de los candidatos al haberse proyectado junto a Big Hero 6. El film cuenta unos 10 años en la vida de un hombre, desde su adolescencia hasta su gran amor, vistos a través de los ojos de su perro, un gran gourmet de la comida. Es una mezcla de animación tradicional y por ordenador con un giro curioso a una historia convencional, pero su belleza formal y ternura carecen de un gancho final potente que le haga pasar de ser solamente amable.
Los que estéis más empapados de cortos animados conoceréis al otro peso pesado de la categoría, la National Film Board of Canada, que acumula 6 Óscar de 34 nominaciones. En esta ocasión compiten con ME AND MY MOULTON, de Torill Kove, que ya ganó el premio por su anterior obra (The Danish Poet) y fue nominada por su ópera prima (My Grandmother Ironed the King's Shirts). Es decir, que sus tres trabajos han sido reconocidos por la Academia. En su último corto sigue usando un trazo sencillo e infantil para contar la historia peculiar de una familia muy normal vista desde el punto de vista de los niños. O sea, lo mismo que ya había hecho en sus otros dos cortos. Es sincero, bonito, sensible, gracioso, pero los que votan aquí son los mismos año tras año y ya han visto este corto dos veces.
Y de los más potentes pasamos al benjamín del grupo en todos los sentidos: origen, presupuesto, duración, técnica, intenciones... A SINGLE LIFE es un corto holandés dirigido por Marieke Blaauw, Joris Oprins y Job Roggeveen que apenas dura 3 minutos, tiempo que emplea en contar la historia de una mujer que se pone a escuchar un disco y descubre que dándole hacia atrás y hacia adelante puede viajar hacia su pasado o su futuro. No hay gran cosa que se pueda contar en ese escaso tiempo más allá de un chiste o una idea curiosa, y el aspecto amateur o barato de su animación por ordenador parece sacado de los 90 y no ayuda.

En el lado opuesto del espectro artístico se sitúa THE BIGGER PICTURE, de Daisy Jacobs, que se ha rodado en stop-motion con personajes pintados en murales a tamaño natural que interactúan en una habitación con objetos reales, introduciendo lo animado en un entorno real para dotar a la historia de un alejamiento irónico. El argumento presenta a dos hermanos que discuten sobre si meter a su madre enferma en una residencia, un tema serio tratado con cierto humor negro y una gran densidad en sus matices y referencias. Puede ser demasiado complejo y extraño para los votantes.
Así las cosas, el favorito está tan claro que casi no hay ni emoción este año. THE DAM KEEPER no solo es el corto más premiado y con mejores críticas de quienes han visto todos los nominados, sino que es el más atractivo visualmente y el que cuenta una historia más del gusto de los académicos. El film cuenta la historia de un niño cerdo que sufre abusos en el colegio hasta que se hace amigo de un niño zorro. A la tierna historia de amistad se une una crítica a las clases sociales, ya que el pueblo mira con desdén al cerdo pese a que éste es el encargado del molino que les mantiene con vida. Dirigido por los antiguos animadores de Pixar Robert Kondo y Daisuke 'Dice' Tsutsumi, mezcla la animación tradicional con una técnica por ordenador que le da al dibujo la apariencia de una pintura al óleo, lo que le confiere una enorme belleza a lo que ya era un precioso diseño de personajes. Es decir, que entra por la vista, la cabeza y el corazón. Triple combo.
GANARÁ EL ÓSCAR: The Dam Keeper.
PODRÍA GANAR: The Bigger Picture.
SI HAY UNA SORPRESA, SERÁ: Buenas migas, por ser el más popular.

Aumentamos el nivel de dificultad con los CORTOMETRAJES DE FICCIÓN en imagen real, ya que los criterios que siguen los votantes son más difusos. En esta categoría hay un par de rasgos que pueden darle un valor añadido al candidato: por un lado, y sobre todo, la presencia de actores conocidos para los votantes, que siempre ayudan a subir el perfil del corto; y por otro, su duración, porque a diferencia del género animado, la brevedad en una obra de acción real limita demasiado su profundidad.
En principio, la que parte con menos posibilidades es BUTTER LAMP, de Wei Hu, en la que unos fotógrafos convencen a un grupo de nómadas del Tíbet para simular a través de instantáneas con fondos artificiales un recorrido por numerosos parajes famosos y eventos históricos. Está realizada a modo de posados de cada momento, lo que la convierte en la más original en forma e intenciones de todas las nominadas, y por tanto la que menos apoyos va a recibir en una categoría donde lo más clásico siempre, siempre se impone sobre lo novedoso.
Otra por la que ningún experto parece apostar es la israelí AYA, de Oded Binnun y Mihal Brezis, que cuenta la historia de una mujer solitaria que se hace pasar por chófer de un músico en un aeropuerto y entabla amistad (o algo más) con él durante el trayecto hasta su destino. Es la más larga de las nominadas (39 minutos), hasta el punto de que si llega a durar dos minutos más habría sido descalificada, pero pese a lo dicho anteriormente, esto no juega en su favor. La idea es bastante sencilla y esa duración hace que se quede a medio camino entre la efectividad impactante de una perla corta y la profundidad emocional de un verdadero largometraje.
Más posibilidades parece tener la irlandesa BOOGALOO AND GRAHAM, de Michael Lennox, una historia con niños dentro y buenas dosis de humor, lo que en una categoría donde predomina el drama adulto le puede servir para diferenciarse del resto. El corto se centra en dos críos que viven en la Belfast de los años 70, que se ven obligados a deshacerse de sus gallinas mascota cuando sus padres les anuncian la llegada de un nuevo hermanito. Es la más ligera de la terna, pero tiene un puntillo tierno y un contexto histórico que le pueden ganar bastantes votos.

Si combinamos las dos nominadas anteriores con un tema sociopolítico de actualidad como la difícil situación de los refugiados que llegan a Europa y se encuentran con el rechazo y el racismo, obtenemos la suiza PARVANEH, de Talkhon Hamzavi, una de las favoritas a llevarse este galardón a casa. Cuenta la historia de una joven afgana que vive en un campo de refugiado en los Alpes suizos y se entera de que su padre ha enfermado, por lo que intenta enviarle dinero. Solo que, al no tener pasaporte, no puede hacerlo legalmente. Una joven punk acepta ayudarla, y ya tenemos una bonita historia de amistad y tolerancia para corazones progres.
Sería la más obvia ganadora si no fuese por la británica THE PHONE CALL, de Mat Kirkby, que cuenta con dos armas que pueden ser infalibles: Sally Hawkins y la voz de Jim Broadbent. La actriz interpreta a una mujer tímida que trabaja en una línea telefónica de ayuda psicológica, que deberá afrontar una llamada que le cambiará la vida. La potencia actoral de Hawkins, que es el centro de todo el corto en todo momento, puede ser suficiente para darle la victoria, pero es que además cuenta una historia impactante, emotiva, dura y con conciencia social. El paquete entero.
GANARÁ EL ÓSCAR: The Phone Call.
PODRÍA GANAR: Parvaneh.
SI HAY UNA SORPRESA, SERÁ: Boogaloo and Graham.

De las tres categorías cortas, sin duda la más imprevisible, variable y por tanto difícil de pronosticar es la de CORTOMETRAJE DOCUMENTAL. A no ser que haya una candidata muy obvia, es más sencillo tirar una moneda al aire. Lo mejor que se puede hacer, más que mirar los valores cinematográficos de cada candidata, es echar un ojo al tema en cuestión y a cuál es su enfoque para tratarlo.
Por ejemplo, la americana WHITE EARTH, de Christian Jensen, aborda el tema de los trabajadores que viajan a tierras del norte para trabajar en los pozos petrolíferos, llevando consigo a sus familias en un viaje de incierto futuro similar al de la Fiebre del Oro. El film está tratado desde el punto de vista de las familias, en concreto de los niños, que viven deslocalizados y en condiciones incómodas. Las consideraciones medioambientales o económicas se dejan de lado, y su historia personal tampoco es especialmente trágica, por lo que carece de la efectividad emocional o temática de cualquiera de sus competidoras.
La mexicana LA PARKA, de Gabriel Serra, tampoco tiene una profundidad temática destacable, pero en cambio sí que posee la capacidad para pegar un puñetazo en el estómago del espectador. Se centra en Efraín, un hombre conocido con el apodo del título porque lleva 25 años trabajando en un matadero, encargándose de acabar con la vida de cientos de reses cada día. Tiene también un toque espiritual por la conexión que este hombre ha establecido con la muerte, un tema muy central en la cultura del país centroamericano, pero su argumento puede provocar más rechazo (asco) que impacto (emoción) a la hora de gustar a los votantes.
Tampoco es mucho más sencillo ver OUR CURSE, la primera de las dos representantes polacas de esta categoría. El film es una crónica de cómo el propio director del corto, Tomasz Sliwinski, y su esposa se enfrentan a la dura realidad de criar a un bebé que padece el síndrome de Ondine, un trastorno respiratorio que provoca la muerte por asfixia durante el sueño y que requiere de ventilación artificial permanente de por vida (que suele ser breve). Nadie que vea el film podrá olvidar nunca cómo suena el llanto de un bebé cuando le están cambiando el tubo de la traqueotomía, pero su incuestionable impacto emocional está limitado por la artificiosidad del proyecto, con la pareja rodándose frente a la cámara en conversaciones sobre su estado anímico que por la propia situación parecen preparadas de antemano.

También polaca y también de enfermedades, pero con un tono más humano y sincero, incluso con cierta ventana para la esperanza, es JOANNA. La debutante Aneta Kopacz sigue la vida de Joanna Sałyga, una mujer a la que diagnostican un cáncer terminal y que decide emprender un blog para compartir con otras personas en su situación la forma de afrontar este hecho. Poco a poco, su web se transforma en una herramienta para comunicar sus sentimientos a su hijo, incapaz de entender que su madre pronto dejará de estar con él. Frente a la mirada clínica del anterior corto, este toma un punto de vista más humano y cercano, más apegado a las emociones que surgen naturalmente al enfrentarse a la muerte.
Sería un ganador obvio e indudable de no ser por CRISIS HOTLINE: VETERANS PRESS 1, un documental de la HBO dirigido por Ellen Goosenberg Kent. De factura claramente televisiva, se centra en la labor de los profesionales de la Línea de Crisis para Veteranos, que atiende a soldados que sufren graves secuelas psicológicas tras su paso por el frente de combate, sea Irak, Afganistán, Líbano o cualquier otro conflicto en el que intervenga el ejército americano. Con ritmo de thriller perturbador, el corto se estructura en torno a varias llamadas críticas donde los telefonistas, por ejemplo, deben impedir que un soldado se suicide porque su novia no contesta al teléfono, o ayudar a la madre de un veterano que ha desaparecido en el desierto con su arma reglamentaria. Sin oír más que la voz de los telefonistas ni salir de su oficina, logra componer un cuadro desolador sobre el efecto que la guerra tiene en el ser humano, lo que lo convierte en un alegato antibelicista potente y sincero.
Puede ser irónico que dos de los potenciales ganadores se centren en los mismos temas, pero realmente es difícil pensar en un motivo por el que los académicos no sientan que están honrando a los veteranos y su lucha al votar por este corto, que de paso es también bastante jodido emocionalmente.
GANARÁ EL ÓSCAR: Crisis Hotline: Veterans Press 1.
PODRÍA GANAR: Joanna.
SI HAY UNA SORPRESA, SERÁ: Our Curse.