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Especial El Código Da Vinci: Los Rostros Clave del Código

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Veerleen, 18/05/2006

Un éxito a nivel mundial, miles de lectores ávidos de juzgar y criticar, muchas expectativas, mucha polémica. El Código da Vinci, se ha convertido por méritos propios en la película más esperada del año arrebatando ese protagonismo a superproducciones con Superman Returns o X-Men 3. Por muchas críticas que hayan recibido libro y autor es de agradecer que por una vez el interés del millones de espectadores no sea deslumbrarse con los efectos especiales o admirar a la estrella del momento sino juzgar si lo que van a ver es aquello que leyeron. Lo sentimos Ron, pero el cine se te va a llenar de críticos.
La elección de los actores que interpretarían a los famosos personajes de la novela fue tan solo la primera fuente de polémicas y suspicacias: rumores, sorpresas, gobiernos que tratan de meter mano… Después de mucha intriga los elegidos fueron dados a conocer. ¿El resultado? Aquí tenéis nuestra opinión.

“La cegadora ignorancia nos confunde.
¡Oh!, Miserables mortales, abrid los ojos!”
LEONARDO DA VINCI

Audrey Tautou“Creo en Dios, pero no estoy segura de confiar mucho en Él”
Sophie Neveu - "No eres tú quien encuentra el Santo Grial, sino el Santo Grial quien te encuentra a ti"

“Se busca joven, francesa, inteligente y capaz de plantarle cara a cualquier actor americano sin pestañear”. Un revuelo de rumores sacudió Francia durante meses al saberse que Ron Howard quería una actriz francesa para el papel bombón del año, la Sophie Neveu de El código da Vinci.

Ante la cámara del director desfilaron mujeres como: Vanessa Paradis, Sandrine Bonnaire, Marion Cotillard, Judith Godrèche, Juliette Binoche, Virginie Ledoyen, Amira Casar, Elsa Zylberstein, Anna Mouglalis, Alexia Orlando, Linda Hardy o Kate Beckinsale. Pero los nombres que más fuerte sonaron para el papel fueron los de Julie Delpy y Sophie Marceau.

Finalmente y tras casi convertirse la elección en un asunto de estado (en una entrevista con Howard y el productor Grazer, el Presidente Jacques Chirac se permitió bromear sobre posibles candidatas) la sorpresa saltó al otorgarse el papel a Audrey Tatou, la eterna Amelie.
Resulta muy difícil separar esos grandes ojos negros y esa carita de niña traviesa del personaje de Amèlie Poulain, a pesar de que Audrey ha seguido adelante con su carrera. Quizá Julie Delpy habría encajado mejor en el físico propuesto por Dan Brown en su obra. Tiene un aspecto más duro, más adulto y más francés que Tatou a la que suele preguntarse si tiene orígenes españoles (“que yo sepa soy 100% francesa” afirma ella). Demasiada dulzura y juventud, así que habrá que ver si existe química con Tom Hanks o parecen padre e hija. De cualquier forma es la oportunidad de Audrey de dejar atrás a Amelie y enfrentarse a nuevos retos.
ELECCIÓN: Discutible
Sir Ian McKellen: “Pienso en la Biblia más como Literatura que como Historia; como imaginación más que como realidad. De cualquier forma, no es por ser un libro de leyes por lo que respeto la Biblia”.
Sir Leigh Teabing: “La Biblia no nos llegó impuesta desde el cielo”

Anciano, elegante, erudito, inglés.... Sir. Señoras y señores quitémonos el sombrero ante la presencia del gran Sir Ian McKellen. Como el mismo Ron Howard reconoció, muchos actores ingleses podrían haber encarnado a Sir Teabing, pero una vez conoció a McKellen la elección estuvo clara. Pocos actores tienen tanta presencia ante una cámara y pueden provocar ternura e inquietud a un mismo tiempo. McKellen es un actor de matices, capaz de arquear una ceja y llenar la pantalla, un actor tranquilo que no necesita aspavientos ni histrionismos para crear a sus personajes, eficaz en grandes superproducciones y en pequeñas rarezas intimistas.
Anthony Hopkins, Sean Connery, Christopher Lee, Michael Caine, son nombres que podrían haberse barajado para el papel de Sir Teabing, grandes actores británicos, poseedores como McKellen del título de Sir. Sin embargo, no han formado parte de la decisión final. Los dos primeros, quizá porque en los últimos años se han dedicado a acumular papeles ridículos y sin sentido y Lee, por tener demasiado acentuada su faceta de “malo” de la película. Caine podría haber sido un más que digno Sir Teabing e incluso su físico imponente encaja mejor con las descripciones de Dan Brown que McKellen.
De todas formas no hay duda de que Sir Ian es una excelente elección. Después de participar durante años en todo tipo de proyectos sus apariciones en dos de las sagas más comerciales de los últimos tiempos: X-Men y El señor de los anillos son las que han conseguido lanzarle al estrellato. Como a Alec Guiness la fama le ha alcanzado a una edad avanzada, pero, al contrario que Guiness que quedó marcado por su papel de Obi Wan Kenobi, McKellen ha conseguido evitar el encasillamiento. Puede que la mejor forma de sobrevivir a un papel estelar sea enlazar un papel estelar tras otro. God save the Queen.
ELECCIÓN: Acertada
Paul Bettany - "Crecí siendo católico, pero supongo que me olvidé de serlo y me convertí en ateo".
Silas - "La medida de tu fe es la medida del dolor que seas capaz de soportar".

“Era de lo más extraño […] un enorme albino de pelo largo y blanco. La miraba son unos ojos rojos que tenían algo de terrorífico, de fantasmal. Vestido con un hábito de lana, con una cuerda atada a la cintura, parecía un clérigo medieval”. Así describe Dan Brown al monje Silas y, ciertamente, si recordamos a aquel tímido y erudito Stephen Maturin de Master and Commander resulta desconcertante pensar que alguien sea capaz de dar vida a ambos personajes. Paul Bettany posee una de las características fundamentales de un gran actor, la capacidad de transformación, una habilidad que se tiene cada vez menos en cuenta. Acostumbrados a ver a nuestros actores encarnando una y otra vez al mismo personaje hemos dejado de ver que el verdadero actor es aquel capaz de… “mutar”, de convertirse realmente en otro y hacerse irreconocible. Bettany es uno de los elegidos.
Si la búsqueda del Robert Langdon y la Sophie Neveu perfectos fue complicada y su resultado levantó todo tipo de críticas, la elección de Silas, a pesar de ser de los personajes para los que más nombres se barajaron, resultó ser indiscutible. En un principio se pensó en hombres que físicamente encajasen con la descripción del libro, como Ron Perlman, condenado a los papeles de forzudo, e incluso, dando un giro completo al concepto del personaje, en histriónicos con cara de chiflado como Jim Carrey. Sin embargo, una nueva revisión del personaje puso el nombre de Bettany sobre la mesa, un actor que, no solo encaja con el estilo de Ron Howard (con el que ya trabajó en Una mente maravillosa) sino que con su fría e inquietante mirada es capaz tanto de enamorar como de aterrorizar.
Una elección sorprendente pero difícil de discutir que promete, a falta de ver el resultado final, convertirse en el perfecto ejemplo de cómo actor y personaje literario no tienen porque parecerse físicamente para impactar de la misma manera a lector y espectador. “Tengo ganas de ser el malo de la película” declaró Bettany hace tiempo. Si sigue siendo así, el actor habrá disfrutado enormemente interpretando a uno de los malvados más interesantes y con más presencia de los últimos años.
ELECCIÓN: Sorprendente
Jean Reno - "Fue un honor descubrir que Brown había escrito el personaje pensando en mí. Eso hizo que interpretarlo fuera aún más significativo"
Bezu Fache - "¡A los curas pedófilos habría que ahorcarlos dos veces! Una por los delitos que han cometido contra esos niños, y otra por manchar el buen nombre de la Iglesia católica."

Pocas dudas surgieron durante la elección del actor que encarnaría al inspector de policía Bezu Fache cuando el propio Dan Brown había declarado que escribió el personaje pensando en Reno. Y es que, por una vez, la elección del escritor no era solo la más adecuada sino también la más práctica para los productores: ¿un actor francés lo suficientemente conocido y con proyección internacional? La cosa parecía clara.
De no haberse pensado directamente en un actor francés la elección podría haber recaído en un alguien como Harvey Keitel que parece hacerse con los papeles que pasan previamente por las manos de Reno: interpretó en “La asesina” (Point of no return, 1993), el personaje de The Cleaner del que se había encargado Reno en Nikita la película original y en “La búsqueda” (Nacional Treasure, 2004) se veía envuelto también en problemas con sociedades secretas y caballeros templarios. Lo cierto es que, dentro de la tendencia dura y algo inexpresiva de ambos actores, parece que la elegancia francesa de Reno encaja mejor tanto con la novela como con el estilo de Ron Howard.
Ídolo indiscutible en Francia, Reno sabe también muy bien lo que es la fama internacional. Durante años ha sabido intercalar pequeños papeles secundarios en grandes superproducciones americanas, como Misión Imposible, Godzilla o French Kiss, y protagonistas de éxito en películas francesas como Los ríos de color púrpura o las dos partes de la comedia Los visitantes. Reno ha conseguido con sus elecciones convertirse en un actor querido en su país, conocido en todo el mundo y respetado por la crítica gracias a participación en películas independientes de gran repercusión como Hotel Rwanda o León, el profesional.
Quizá lo único que le falte sea alcanzar papeles de importancia en la industria americana que parece relegar siempre a los actores europeos a papeles anecdóticos incluidos en los guiones para dar un toque exótico a los acentos de los personajes. Una pena que rechazara el papel de Agente Smith de Matrix por (todos cometemos errores) participar en Godzilla, pero, no importa, siempre hay nuevas oportunidades y Bezu Fache se presenta como una de las mejores.
ELECCIÓN: Lógica.
Alfred Molina - "La controversia religiosa que se ha creado no tiene fundamento. Tanto el libro como la película son ficción".
Obispo Aringarosa - "¡La gente necesita que la Iglesia les aporte estructura y orden, y no palmaditas en la espalda e indulgencia!"

Si El Código da Vinci ha desatado las iras de la comunidad religiosa es probablemente el personaje del Obispo quien ataca de manera más directa a la Iglesia y en particular al Opus Dei. Aringarosa es un fanático, un hombre sin escrúpulos al que se declara una y otra vez miembro de una “secta”. Los ascendentes italianos y españoles de Molina le convierten en perfecto para encarnar al misionero y obispo español motor de la persecución de Langdon y Sophie.
En el momento en que los castings para la película empezaron a ponerse en marcha, Alfred Molina trabajaba en el rodaje de “As you like it”, de Kenneth Branagh, y como coprotagonista contaba con la cándida Bryce Dallas, de apellido Howard, hija, para más señas, de Ron. No es seguro que ella tuviera algo que ver en el proceso pero el caso es que Alfred acabó por coger sus bártulos y marcharse a Londres para una entrevista con Howard y el guionista Akiva Goldsman. La entrevista acabó por convertirse en un detallado repaso al papel del Obispo Aringarosa y una discusión exhaustiva sobre el tratamiento del personaje y su contexto en la película. Después de aquella reunión Alfred salió convertido en Aringarosa.
Al igual que la elección de Jean Reno, el papel de Aringarosa fue objeto de pocas especulaciones y es que, tras años de acumular papeles de villano con raíces hispanas (Maverick o incluso Frida), el obispo le encaja a Molina como un guante. Muy atrás ha quedado ya su mítica primera aparición de “En busca del arca perdida” donde intentaba dársela con queso a Indiana con fatal resultado. A muchos se nos quedaron grabados sus grandes ojos desorbitados y es que el actor sigue usándolos como parte fundamental de sus interpretaciones. Su penetrante mirada puede darle un toque realmente inquietante al ya de por sí misterioso Aringarosa.
ELECCIÓN: Acertada