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Diario desde Sitges 2010. Día 2. Jornada de Altibajos
charlyr2d2, 11/10/2010
Una vez pasada la adrenalina del día inicial, con el cuerpo descansado y acicalado uno sale del hotel con la incertidumbre de lo que se va a encontrar en el día que empieza, como en todo buen festival que se precie, siempre hay buenas películas y otras olvidables.
Por lo que es aconsejable ir con ganas de ver cine y las expectativas lo más bajas posibles, para que así no haya luego sorpresas.
En mi caso he adquirido una entrada VIP con la que tengo acceso a todas las películas que se proyecten en el principal, lo que me cubre todas la sección oficial, que incluye las películas en la sección oficial galas y las películas fuera de competición, y la sección panorama, que suman un total de más 60 películas, lo que no está nada mal para empezar el festival con bastante animo.

En la segunda jornada la programación para el auditori era bastante heterogénea. Comenzamos el día con la cinta mexicana Somos lo que hay con la que debutaba el director Jorge Michel Grau, en ella se nos cuenta la historia de una familia mexicana que ha supeditado su existencia a la práctica de un rito que incluye el canibalismo. Cuando el padre muere, el hijo mayor se verá obligado a tomar las riendas para traer alimento a casa y mantener la familia unida.
Personalmente, para mí ha sido la mejor del día, aunque ha habido bastante división de opiniones y algunos no les ha parecido tan buena película como esperaban, como siempre las expectativas haciendo de las suyas.
Hay que reconocer el gran trabajo de Michel Grau tras las cámaras y el apartado sonoro de la cinta donde todo suena muy real. Además cumple las expectativas de los más sedientos de sangre sin llegar a la casquería. Una cinta muy recomendable y un director al que habrá que seguirle la pista.
La segunda película del día nos hizo cambiar totalmente el chip, pero sin reducir la calidad del producto. Confessions cuenta como Impasible ante una clase en la que reina el desinterés y el desorden, una profesora inicia un largo monólogo que culmina con una aplastante revelación: el accidente que acabó con la vida de su hija no fue tal, sino un asesinato perpetrado por dos de sus alumnos. De esta manera tan desconcertante comienza la nueva película de Tetsuya Nakashima.
Quizás por el hecho de no conocer mucho de la cinta la sorpresa ha reinado entre los espectadores a la salida de la proyección. Sorpresa y satisfacción por las magnificas creaciones de atmósferas, en donde la venganza intenta hacerse paso en un bosque de mentiras.
Quizás el único punto débil de la cinta es su parte inicial donde se habla demasiado y si no consigues conectar con la historia puedes no disfrutarla como es debido, porque una vez están las cartas sobre la mesa es imposible separar los ojos de la pantalla.
El director subió a decir unas cuantas palabras y comentó lo mucho que le ha gustado Sitges, y cuanto le gustaba ver lo contentos que se ven por las calles de la ciudad a los hombres con las mujeres y a los hombres con los hombres. Muy simpático.

La tercera película es quizás la cinta más friki que se vaya a proyectar en el festival, con millones de seguidores en todo el mundo gracias a las redes sociales, youtube, etc. Es el autentico fenómeno cinematográfico del momento. Y es que no todos los días se puede ver una cinta en la que un neumático asesino con poderes telepáticos se dedica a sembrar el pánico en un desierto típico americano, explotando cabezas mientras es observado con prismáticos por un grupo de espectadores.
Rubber es una marcianada que ha sido muy bien acogida por el público, pero que personalmente, habiendo hecho un corto de 20 min. hubiese bastado y sobrado.
Después llegaba otro de los platos fuertes del festival, el último trabajo de Yimou Zhang que en A Woman, a gun and a noodle shop, se atreve a realizar un remake de la opera prima de los Hermanos Coen, Sangre Fácil. En esta adaptación Yimou traslada la historia al Japón feudal sin perder un ápice de su magistral forma de rodar, de encuadrar, y de vestir sus películas. Consiguiendo un apartado visual colorista impresionante, pero que para mi gusto intenta tapar las carencias en el apartado argumental. Una cinta bastante disfrutable, pero hasta cierto punto sobrevalorada por el público general.

Casi sin darnos cuenta llegamos al final del día de la mano de Eugenio Mira que seis años después de su paso por Sitges con su opera prima, The Birthday, ha vuelto para presentar Agnosia. La cinta cuenta como el día que su padre presenta su gran invento, el fusil con teleobjetivo, ante unos posibles compradores, la pequeña Joana sufre un ataque que la deja casi ciega. Unos años después, la joven está prometida al ayudante de su padre; todos anhelan que la cura propuesta por un médico pueda funcionar. Lo que no esperan es un oscuro complot puesto en marcha para hacerse con la fórmula del famoso teleobjetivo.
Se trata de un thrillers de época con una indudable calidad técnica y una cuidadísima producción que intentan paliar un guión bastante flojo en el que los momentos románticos provocan además de una perdida de atención a la trama de la película, ronquidos en la sala de butacas por las horas que son y por no conseguir dar al público algo más interesante que llevar a la boca. Es tan bonita como olvidable.

Así acabó el segundo día, recordad que podéis ver mis impresiones y fotos en el hilo correspondiente, mañana, realizaremos un repaso de lo ocurrido en el tercer y cuarto día en este mágnifico festival de Sitges, ahora toca descansar y tener unas dulces pesadillas.
Por lo que es aconsejable ir con ganas de ver cine y las expectativas lo más bajas posibles, para que así no haya luego sorpresas.
En mi caso he adquirido una entrada VIP con la que tengo acceso a todas las películas que se proyecten en el principal, lo que me cubre todas la sección oficial, que incluye las películas en la sección oficial galas y las películas fuera de competición, y la sección panorama, que suman un total de más 60 películas, lo que no está nada mal para empezar el festival con bastante animo.

En la segunda jornada la programación para el auditori era bastante heterogénea. Comenzamos el día con la cinta mexicana Somos lo que hay con la que debutaba el director Jorge Michel Grau, en ella se nos cuenta la historia de una familia mexicana que ha supeditado su existencia a la práctica de un rito que incluye el canibalismo. Cuando el padre muere, el hijo mayor se verá obligado a tomar las riendas para traer alimento a casa y mantener la familia unida.
Personalmente, para mí ha sido la mejor del día, aunque ha habido bastante división de opiniones y algunos no les ha parecido tan buena película como esperaban, como siempre las expectativas haciendo de las suyas.
Hay que reconocer el gran trabajo de Michel Grau tras las cámaras y el apartado sonoro de la cinta donde todo suena muy real. Además cumple las expectativas de los más sedientos de sangre sin llegar a la casquería. Una cinta muy recomendable y un director al que habrá que seguirle la pista.
La segunda película del día nos hizo cambiar totalmente el chip, pero sin reducir la calidad del producto. Confessions cuenta como Impasible ante una clase en la que reina el desinterés y el desorden, una profesora inicia un largo monólogo que culmina con una aplastante revelación: el accidente que acabó con la vida de su hija no fue tal, sino un asesinato perpetrado por dos de sus alumnos. De esta manera tan desconcertante comienza la nueva película de Tetsuya Nakashima.
Quizás por el hecho de no conocer mucho de la cinta la sorpresa ha reinado entre los espectadores a la salida de la proyección. Sorpresa y satisfacción por las magnificas creaciones de atmósferas, en donde la venganza intenta hacerse paso en un bosque de mentiras.
Quizás el único punto débil de la cinta es su parte inicial donde se habla demasiado y si no consigues conectar con la historia puedes no disfrutarla como es debido, porque una vez están las cartas sobre la mesa es imposible separar los ojos de la pantalla.
El director subió a decir unas cuantas palabras y comentó lo mucho que le ha gustado Sitges, y cuanto le gustaba ver lo contentos que se ven por las calles de la ciudad a los hombres con las mujeres y a los hombres con los hombres. Muy simpático.

La tercera película es quizás la cinta más friki que se vaya a proyectar en el festival, con millones de seguidores en todo el mundo gracias a las redes sociales, youtube, etc. Es el autentico fenómeno cinematográfico del momento. Y es que no todos los días se puede ver una cinta en la que un neumático asesino con poderes telepáticos se dedica a sembrar el pánico en un desierto típico americano, explotando cabezas mientras es observado con prismáticos por un grupo de espectadores.
Rubber es una marcianada que ha sido muy bien acogida por el público, pero que personalmente, habiendo hecho un corto de 20 min. hubiese bastado y sobrado.
Después llegaba otro de los platos fuertes del festival, el último trabajo de Yimou Zhang que en A Woman, a gun and a noodle shop, se atreve a realizar un remake de la opera prima de los Hermanos Coen, Sangre Fácil. En esta adaptación Yimou traslada la historia al Japón feudal sin perder un ápice de su magistral forma de rodar, de encuadrar, y de vestir sus películas. Consiguiendo un apartado visual colorista impresionante, pero que para mi gusto intenta tapar las carencias en el apartado argumental. Una cinta bastante disfrutable, pero hasta cierto punto sobrevalorada por el público general.

Casi sin darnos cuenta llegamos al final del día de la mano de Eugenio Mira que seis años después de su paso por Sitges con su opera prima, The Birthday, ha vuelto para presentar Agnosia. La cinta cuenta como el día que su padre presenta su gran invento, el fusil con teleobjetivo, ante unos posibles compradores, la pequeña Joana sufre un ataque que la deja casi ciega. Unos años después, la joven está prometida al ayudante de su padre; todos anhelan que la cura propuesta por un médico pueda funcionar. Lo que no esperan es un oscuro complot puesto en marcha para hacerse con la fórmula del famoso teleobjetivo.
Se trata de un thrillers de época con una indudable calidad técnica y una cuidadísima producción que intentan paliar un guión bastante flojo en el que los momentos románticos provocan además de una perdida de atención a la trama de la película, ronquidos en la sala de butacas por las horas que son y por no conseguir dar al público algo más interesante que llevar a la boca. Es tan bonita como olvidable.

Así acabó el segundo día, recordad que podéis ver mis impresiones y fotos en el hilo correspondiente, mañana, realizaremos un repaso de lo ocurrido en el tercer y cuarto día en este mágnifico festival de Sitges, ahora toca descansar y tener unas dulces pesadillas.