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Diario desde Sitges 2010. Día 1

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juanan_gollum, 09/10/2010

Después de años esperándolo el día gloricioso ha llegado.
Al bajar del tren en Sitges te empiezas a dar cuenta de que te encuentras en un lugar distinto, en una ciudad que se siente diferente y que durante 10 días se convierte en el certamen de cine de género más importante de Europa, El Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, Festival de Sitges para abreviar.
Toda la ciudad se encuentra volcada con el certamen, puntos de atención turísticos repletos de información sobre el festival, comercios, pequeños o medianos, engalanados con alguna seña o poster, o incluso con escaparates decorados con motivos cinematográficos, tenderetes de Merchandising desplegados por la ciudad, que hacen las delicias de los espectadores más coleccionistas.
Y todo ese movimiento alrededor del cine en la ciudad se ve aumentado a medida que te acercas al Hotel Melià, punto de encuentro para prensa, aficionados y en cuyo epicentro se encuentra el Auditori, lugar donde se realizan las galas, y las proyecciones de las películas de la Sección Oficial y Sección Panorama. Una vez dentro se puede confirmar Sitges huele a cine.
Todo el personal encargado de repartir las acreditaciones y entradas VIP, unos 300 € que te dan derecho a casi todo en la ciudad, recibe a los visitantes con una sonrisa y se nota que el entusiasmo por el certamen es el mismo que el resto de los espectadores que llegan a esta localidad catalana desde los cinco continentes.
Y una vez recogida las entradas no hay tiempo que perder, y que mejor manera de empezar el día que ir a ver un película.

La primera película que he visto en Sitges ha sido el documental El Hombre que vio llorar a Frankenstein. Presentada por el director y guionista norteamericano Mick Garris, la cinta repasa, en clave documental, la vida, obra y leyenda del icono del terror español, Paul Naschy conocido en su casa como Alfredo Molina, a través de amigos y compañeros de profesión como John Landis, Joe Dante o Nacho Cerdà entre otros.
La película emociona y pone los pelos de punta, al recordar la filmografía del actor y director, quien murió el pasado 30 de noviembre, y que con este film y sobre todo con la implicación del festival ha recibido el homenaje que se merecía.
La siguiente cinta que hemos podido ver ha sido la americano-francesa Kaboom de Gregg Araki que cuenta la historia de Smith, un joven, que pasa sus días obsesionado con su atractivo compañero de habitación y las noches con sueños recurrentes y unas pesadillas premonitorias que convertirán su rutina en cocktail de libertinaje sexual, alucinaciones y una trama llena de suspense.
La película con claras reminiscencias al cine de David Lynch ha dejado boquiabiertos a más de uno en la sala. Y no es de extrañar, con un argumento tan pintoresco y con un cuidadísimo apartado técnico parece haber agradado al público en general.
Y llegaba lo que a priori iba a ser el plato fuerte del día, la gala de inauguración, la cual se ha llevado a cabo con bastante retraso. Pero la espera ha merecido la pena por el impresionante inicio de la misma en el que entre un juego de luces aterradoras y sonidos de relámpagos, han aparecido de una manera espeluznante y casi onírica las dos gemelas del cartel oficial del festival, aparición que ha provocado el acongoje general en la sala.

Después se han ido sucediendo los parlamentos sobre el festival, lo que queda por venir, que pinta muy bien y se ha procedido a la entrega de dos premios importantes del festival.
La máquina del tiempo que se otorga a personajes significativos del mundo del cine fantástico en reconocimiento al conjunto de su trayectoria ha sido entregada a Tom Savini, que ha recogido emocionado el galardón de manos de otro grande del cine fántastico y de terror Gregory Nicotero. Savini compañero de viaje inseparable de George A. Romero y creador de los efectos especiales de grandes película del cine de terror como Viernes 13 (1980), Zombi, El Día de los Muertos (1985) comentó al recoger su premio que si no hubiese sido por las películas que le daban miedo de pequeño no habría sido lo que es actualmente.
Por su parte la María Honorífica ha ido a parar a manos de Josep Maixenchs, fundador de la ESCAC, quizás la escuela de cine más importante y productiva que existe actualmente en España y de donde han salido gente como Juan Antonio Bayona o la galardonada Mar Coll. Como curiosidad la ESCAC prepara su salto al cine fantástico con Eva que se estrenará el año que viene.
Después de la gala se ha proyectado Los Ojos de Julia, segunda película de Guillem Morales, que ya apuntaba maneras con su opera prima, y casi film de culto, El Habitante Incierto y que ahora nos cuenta la historia de dos hermanas gemelas que tienen una especie de conexión. Julia siente el momento del suicidio de su hermana gemela. Ambas compartían aspecto, pero también una enfermedad que arrastra a la ceguera. En casa de la fallecida, Julia comienza a sospechar que su hermana fue asesinada.
Como curiosidad comentar que al poco de haberse iniciado la película la película se ha interrumpido inesperadamente y Belén Rueda ha subido al escenario para pedir disculpas y que en breve seguiría la proyección.

El público ha recibido la película con un fuerte y prolongado aplauso y ovaciones durante su proyección. Personalmente, me ha gustado, tiene escenas de autentica tensión sobre todo en su primera parte ya que en el tramo final la cinta se hace algo más aburrida, para mi gusto tiene una duración excesiva para lo que quiere contar, además como la gran mayoría de thrillers actuales, te esperas el final con demasiada antelación y es que Hitchcock sólo ha habido uno.
Y así acabó el primer día, recordad que podeís ver mis impresiones y fotos en el hilo correspondiente, mañana seguiremos contando desde este diario todo lo que sucede en Sitges, ahora toca descansar y tener unas dulces pesadillas.