
¿Qué persona mayor de 25 años no recuerda a la entrañable y ligeramente insoportable
Pippi Calzaslargas? Iba ella siempre muy contenta con sus coletas pelirrojas de punta, sus pecas invasivas, sus vestidos imposibles, su mono tití llamado señor Nilsson y su caballo con lunares por los bosques nórdicos, o por su cabaña que más parecía un antro de perdición para sus amigos (a escala infantil, claro), siempre metiéndose en líos y saliendo de ellos con su superfuerza, su supervelocidad o su imaginación a prueba de sentido común o reglas sanitarias. En España la pusieron en los años 80, y una generación de niños se torció irremediablemente por su culpa (aunque la Bruja Avería también puso su granito de arena), aunque luego descubrimos que la chavala ya tenía hijos y todo para cuando emitieron la serie por estos lares, lo que cortaba mucho el rollo para tener fantasías, por pueriles que fuesen.
Eeeeeeeeeeeeen cualquier caso, el personaje creado por la sueca Astrid Lindgren dará el salto a la gran pantalla, nada más y nada menos que en Estados Unidos, y de la mano de una directora que está despuntando una barbaridad en el mundillo indie gracias a su última cinta,
Winter's Bone:
Debra Granik. Pocos detalles más se saben del proyecto, solo que lo está escribiendo junto a su colaboradora habitual,
Anne Rosellini. Que no se diga que los indies siempre hacen el mismo tipo de películas.