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De Almodóvar a Berger: El cine español en el Festival de Cannes (I)

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Immaculada Pilar, 27/06/2023

Nos quejamos mucho de la no presencia en la competición oficial, pero lo cierto es que hubo títulos suficientes como para dar testimonio de lo heterogéneo del cine patrio. En la Quincena de los Cineastas (a la que todos seguimos llamando Quincena de los Realizadores) se estrenó ‘Creatura’. segundo largometraje de Elena Martín. En Cannes Premiere pudimos ver, no exenta de polémica, la cinta de Víctor Erice, ‘Cerrar los Ojos’. En Proyecciones Especiales se estrenó ‘Robot Dreams’, película de animación dirigida por Pablo Berger. En la misma categoría, Pedro Almodóvar presentó su ‘Extraña forma de vida’. Nos centraremos en esta primera entrega en los nombres más reconocidos, Almodóvar y Erice.

‘Cerrar los ojos’: la espantada de Erice y el desastre que no fue.
En el gallinero que es twitter, ‘Cerrar los Ojos’ pasó de ser una más que segura obra maestra a un previsible desastre. Todo durante los meses previos a la confirmación de su ausencia en la Sección Oficial de Cannes y su inclusión en Cannes Premiere. Que Erice no es una persona que facilite el trabajo en equipo queda demostrado en lo exiguo de su carrera, tan poco prolífica como brillante. Problemas en la producción y en la postproducción de la cinta se han ido filtrando hasta culminar en la no presencia de Erice en el certamen. El realizador dio sus razones en una carta abierta al Festival publicada en El País.
Empezando por las conclusiones, una vez vista la película concluimos que quizás el estar alejada de la competición por la Palma le benefició en lo que a acogida se refiere. La película no es en absoluto el desastre que se preveía. Pero con todos sus méritos, no se pueden dejar de lado sus problemas, que no son pocos. Problemas en la producción, en la dirección de actores y en el propio desarrollo de la trama, que pesan en el resultado final.
‘Cerrar los ojos" cuenta la historia de un actor, a quien da vida José Coronado, que desaparece durante el rodaje de una película. Años después, ell director de la misma, Manolo Solo, devuelve el caso y sus protagonistas a la actualidad. En los 169 minutos de metraje se van desarrollando subtramas paralelas, en las que entran personajes secundarios que, como las de Mario Pardo o Juan Margallo, aportan contexto a la trama principal. Otras, como la de Soledad Villamil, acaban pareciendo pequeños añadidos que si bien funcionan, no aportan demasiado y alargan la trama. Manolo Solo lleva el peso de la película, aportando carisma y un aire entrañable a su personaje. Su co-protagonista, José Coronado, parece ir todo el tiempo por el carril equivocado. No encuentra el tono de su personaje en ninguna de sus facetas y en la segunda mitad no está a la altura dramática requerida.
En cuanto a la producción, se alternan momentos de un lirismo apabullante con otros que resultan relamidos. La película queda algo desequilibrada entre la bonhomía naif de sus protagonistas y un intento de thriller mal ensamblado. Así y todo, quien tuvo, retuvo. Los momentos que resultan más emocionantes son aquellos más sencillos, en los que Erice se fija en pequeños detalles, para ir construyendo las escenas como un orfebre que va engarzando las piezas con mimo y precisión.

Extraña forma de vida’: el western queer de Almodóvar
Otra jugada maestra (?) con los pases del Festival: pase único para el cortometraje de Almodóvar. Además con rendez vous. Decisión que el Festival corregiría añadiendo dos pases más durante los primeros días del certamen. Almodóvar tiene mucho tirón en Francia y es venerado por el Festival, del que fue Presidente del Jurado en 2017. En esta ocasión presentaba un mediometraje (31 minutos), un western queer protagonizado por Ethan Hawke y el hombre de moda, Pedro Pascal.
Con un montaje descompensado, el resultado final no queda a la altura habitual del trabajo de su director. Una vez pasada la frontera de los treinta minutos, con lo que ya no era técnicamente un cortometraje, quizás valía la pena no acortar tanto algunas escenas y dar un poco más de oxígeno a una historia de encuentros y desencuentros a lo largo de la vida de los dos vaqueros protagonistas.
Más allá de los obvios problemas de guion, el trabajo con la cámara más que vivo resulta alborotado. Como primeros planos de Hawke y Pascal cabalgando, por ejemplo. O el planteamiento de la escena de la bodega, con un pretendido aire jovial y desenfadado. Piezas que parecen desencajadas en el resultado final. En esta ‘Extraña forma de vida’ encontramos muchos de los signos de identidad del realizador manchego, pero el resultado final no brilla.