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Cannes 2025 – Día 5: Cara para Linklater, cruz para Ramsay

Cannes 2025 – Día 5: Cara para Linklater, cruz para Ramsay
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Immaculada Pilar, 18/05/2025

Ecuador del festival. Ya vamos con la libreta medio gastada, la batería del móvil siempre al 12 % y los cafés con más ansiedad que cafeína. Pero hoy Cannes ha dado uno de esos pequeños regalos que te reconcilian con el cine festivalero: una película ligera, divertida y sincera, firmada por alguien que sabe muy bien lo que hace. Y también, por desgracia, una de las decepciones más dolorosas de lo que va de competición.

Nouvelle Vague, de Richard Linklater (comp. oficial)

Linklater ha venido a rendir homenaje a la nouvelle vague… pero sin disfrazarse de ella. Nouvelle Vague es una carta de amor al cine francés de los 60, pero también una interpretación moderna, libre y despojada de rigidez cinéfila del rodaje de una de las películas fundacionales del movimiento (Al final de la escapada). Aquí no hay pastiche ni guiño forzado: hay ritmo y, hay ternura. 

La película huye del relato autoconsciente y se entrega a una narrativa ágil, casi flotante. Los personajes se cruzan, dialogan, dudan, se alejan y se reencuentran en cafés, calles y pasillos de hoteles con ese tono entre melancólico y juguetón tan propio del director. Las referencias a Godard-obviamente-, Truffaut o Rohmer están ahí, pero nunca se imponen: Linklater las hace suyas, les da otra textura, otro ritmo, otra luz.

El reparto está impecable y la dirección, como en sus mejores trabajos, sabe cuándo retirarse para que los personajes respiren. No va a cambiar el cine, pero Nouvelle Vague podría acabar siendo una de las películas más queridas del festival.



Die, My Love, de Lynne Ramsay (comp. oficial)

Adaptar la novela de Ariana Harwicz no era fácil, y Lynne Ramsay ha apostado por el camino más áspero: el de la observación fría y casi clínica. Die, My Love es un estudio sobre el desmoronamiento mental de una madre primeriza, interpretada por una Jennifer Lawrence que lo da todo en un personaje complicado. 

El problema no es ella —que tiene momentos sobresalientes—, sino un guion que parece más interesado en mostrar su descomposición que en entenderla. Ramsay opta por una puesta en escena con personalidad, sobre todo en las escenas nocturnas, que tienen una belleza perturbadora. Pero la película nunca encuentra del todo el tono, se tambalea entre el delirio y la contención, y acaba atrapada en su propia densidad.

Robert Pattinson acompaña, pero no logra integrarse del todo. Por momentos parece tan desconcertado como su personaje y su gestualidad roza la sobreactuación. Una pena, porque había mimbres para algo realmente potente.




Momentos del día

  • El mejor diálogo: Uno sobre Godard que empieza como chiste y acaba en confesión sentimental.
  • El plano más bonito: Por composición, una conversación entre dos personajes de Nouvelle Vague mientras la calle se ilumina detrás de ellos. Por corazón, el que cierra la película (que nos desvelaremos, porque lo bonito es encontrarse la imagen, no esperarla). Puro Linklater.
  • El reencuentro del día: el de los espectadores con Xavier Dolan en L'inconnu de la Grande Arche (Stéphane Demoustier)
  • La incomodidad del día: Una secuencia de Die, My Love que provocó varias salidas de la sala.

Si queréis saber más de las aventuras de Imma por tierras francesas podéis leer más cosas suyas en Premios Oscar.