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Adiós a Juan Mariné

Adiós a Juan Mariné
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Inés Barreda , 18/02/2025

El director de fotografía, restaurador e investigador de cine Juan Mariné, Goya de Honor 2024, falleció ayer en Madrid, a los 104 años de edad.

Se adentró en el cine a la precoz edad de 13 años, cuando llegó al rodaje de El octavo mandamiento para entregar unas cámaras nuevas procedentes de Francia que solo él supo hacer funcionar, y en sus últimos años de vida, noventa después, acudía con frecuencia a la ECAM para restaurar películas. Se prometió que al terminar la Guerra Civil dedicaría su vida al cine y Mariné ha cumplido ese pacto hasta sus últimos días.

Mariné, primer director de fotografía que ingresó en la Academia de Cine, recibió el pasado año el Goya de Honor 2024. El centenario restaurador recogió este premio honorífico a toda su trayectoria y aportes a la historia del cine español en un acto íntimo que se celebró en la sede de la institución, rodeado de su familia, amigos y compañeros.

Su debut como director de fotografía llegó en 1947, en un episodio de la película Cuatro mujeres, de Antonio del Amo, la primera de las 150 cintas que rodó hasta su retiro en 1990. Mariné era habitual en las producciones de del Amo, Pedro LazagaJosé María Forqué, o Pedro Masó.  Historias de la televisión, de José Luis Sáenz de HerediaEl astronauta, de Javier AguirreMaría de la O, de Ramón TorradoEl crimen perfecto, de Fernando Fernán Gómez; y La gran familia, de Fernando Palacios, son algunos de los muchos títulos de su filmografía. Su trabajo incluso llamó la atención de Orson Welles, que le invitó a quedarse en su casa para que hiciera unas conferencias en la Universidad de California, propuesta que Mariné rechazó ya que no se sentía atraído por Hollywood.

Destacó también como inventor de nuevas técnicas fotográficas, como el Formato Mariné. Tras su última película en 1990, La grieta, de Juan Piquer Simón, se dedicó de lleno a la importantísima labor de la restauración, consiguiendo rescatar muchos filmes españoles que se daban por irrecuperables. “Imposible es algo que se tarda un poco más en conseguir”, era una de las máximas que el restaurador catalán tenía siempre presente. Mariné inventó diversos artefactos para que le ayudasen en esta tarea, como una copiadora óptica o una máquina de lavar negativos. Desempeñó esta labor diariamente en la ECAM, en un sótano dónde tenía su despacho- lleno de máquinas y material fílmico- al que los alumnos de la escuela apodaban el “sub-Mariné”.

Mariné fue reconocido con el Premio Nacional de Cinematografía, El Premio Nacional de Fotografía, la Medalla de Oro de la Academia, la Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid, la Medalla de Oro de las Bellas Artes y el Premio de Investigación Juan de la Cierva, entre otros. Además, su figura ha sido homenajeada en muchas ocasiones y desde distintos espacios como la Filmoteca Española, la Academia de Cine, la Fundación Aula de Cine Josep M. Queraltó y el Círculo de Escritores Cinematográficos. Su figura y trabajo también le han convertido en el objeto de varios documentales como Juan Mariné. Un siglo de Cine, Juan Mariné: la aventura de hacer cine El submariné.