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10 consejos para sobrevivir en un slasher
José Hernández, 24/04/2011
Hacía diez años que no teníamos una nueva entrega de la saga, por lo que Scream 4 quizá llega demasiado tarde. Al fin y al cabo, el género del slasher ha cambiado mucho en este tiempo, ¿no? En realidad, no. Ha dejado de estar de moda, pero las reglas continúan siendo básicamente las mismas, por mucho que diga el tráiler del filme. Por eso, el TOP10 DE CINEOL está dedicado a este subgénero.

Tened en cuenta que estos ‘mandamientos’ (por ser un poco más religioso, a la par que sacrílego, en estas señaladas fechas que terminan) no aseguran al 100% vuestra supervivencia, ya que las reglas están para romperlas en ocasiones puntuales y así sorprender a la audiencia. Sin embargo, seguirlas os asegura una mayor probabilidad de supervivencia en caso de que un asesino enmascarado invada vuestro vecindario buscando adolescentes. Lo que nos lleva a nuestra primera norma a seguir:

1. NO SEAS ADOLESCENTE
Ciertamente, es un consejo bastante jodido, porque no depende de vosotros, sino de ese momento en el que vuestros padres se pusieron la cinta de Barry White, se fumaron algo y pasaron completamente de usar protección. Vale, también pudo ser un bonito amor que les hizo planear vuestra concepción, pero eso es menos cinematográfico. El caso es que no podéis hacer nada por cambiar vuestra condición si realmente estáis en esa edad entre los 12 y los 25 años, excepto iros de la ciudad una temporada o intentar aparentar que sois mayores o menores, según lo que más os pegue. Pero teniendo en cuenta que el asesino sea alguien que conocéis, esto puede ser hasta contraproducente. Así que si no sois adultos, mala suerte. Claro que los adultos también tienen lo suyo…

2. NO SEAS PADRE NI POLI
De nuevo es un consejo difícil de seguir, porque si eres padre, el error lo cometiste hace mucho tiempo. En concreto, quienes están en peligro son los padres de adolescentes, porque pueden meterse por en medio en la masacre cuando el asesino vaya a por sus hijos. Son víctimas colaterales. Así que si tu hijo es adolescente, lo mejor que puedes hacer es echarlo de casa, mandarlo a un internado o procurar estar fuera de casa todo el tiempo posible. A esto último ayuda darse a la bebida en un bar de la ciudad o buscarse un empleo nocturno, que es cuando actúa el asesino. La cuestión es dejar a los chicos a su aire. Por supuesto, si tu oficio es el de policía, tienes que dejar inmediatamente el Cuerpo. ¿Dónde se ha visto que un poli acabe una película de terror vivo (con honrosas excepciones? Y es normal, porque por la propia definición de su trabajo, tienen que estar siempre en medio, bien vigilando que el asesino no actúe o no mate a la reina del baile, bien investigando sus fechorías. En cualquier caso, es meterse en donde no les llaman, y eso siempre acaba mal. Sobre todo porque, aceptémoslo, los agentes uniformados no son las personas más vivaces intelectualmente de esta sociedad. En cualquier caso, volvamos a los adolescentes, que son las víctimas principales.

3. PASA DESAPERCIBIDO
Vale, eres un adolescente de un buen instituto que vive en una zona residencial. Estás jodido. Pero eso no quiere decir que tengas que poner también de tu parte para estar más jodido todavía. Así que procura pasar desapercibido para todo el mundo, incluidos tus compañeros de clase. Cualquier tribu urbana es una potencial víctima en determinadas circunstancias, desde los góticos hasta los raperos, desde los pijos hasta los frikis, desde los emos hasta los hipsters (estos dos pueden ser víctimas hasta sin haber asesino suelto, y bien que se lo merecerían). Todos corren peligro, así que procura no pertenecer a ninguno de ellos vistiendo de forma indiferente, teniendo un peinado normalucho y comportándote de forma normal y poco destacable, como haría un extra. ¿Estás en el equipo de fútbol? Procura ser un suplente o déjalo. ¿Eres animadora? Te conviene ser la de la esquina, como mucho. ¿Candidato a rey/reina del baile? Estás jodido y no puedes hacer nada para evitarlo. ¿Se meten mucho contigo en el instituto? Tu muerte dará mucha pena, pero lo tienes crudo. ¿Te mola el cine o algún hobby particularmente curioso que pueda dar color a tu grupo de amigos? Maldito seas, eres como una boya de señalización en medio del océano, te mereces morir por atraer al asesino a tus colegas. ¿Y tú? ¿Eres negro o asiática? Mis condolencias a tu familia, pero, ¿por qué leches te has metido a un instituto con el 95% de estudiantes blancos? ¿Querías destacar? Pues ahora te aguantas.

4. NADA DE DATS
Dejemos de lado lo que eres y pasemos a cómo comportarte. Las DATS son la cuatrifecta mortal en un slasher, algo que debes evitar a toda costa para no convertirte en un objetivo del criminal. DATS: Drogas, Alcohol, Tabaco, Sexo. Cuantas más de esas cosas consumas/practiques, más probable es que acabes muerto. No son igualmente importantes, claro. El tabaco es muchas veces intrascendente, mientras que el sexo es mortal de necesidad. Si echas un polvo, ya sabes que vas a morir en menos de 24 horas, y lo más probable es que lo hagas incluso en pleno orgasmo. La cuestión es que tus probabilidades van aumentando exponencialmente cuantas más DATS. Con una puedes vivir, sobre todo si es el tabaco. Con dos lo vas a tener difícil. Tres ya requiere un milagro que solo se produce en contadas ocasiones, incluso si intentas huir del lugar (hola, señor asesino en el asiento trasero del coche). Con cuatro lo extraño sería que llegases a ser la tercera víctima. No vas a vivir tanto. Lo normal es que seas la segunda, inmediatamente detrás de la chica pija y aparentemente virginal, pero un poco zorrilla y estúpida que da a conocer al asesino. Por supuesto, esto de las DATS implica que si te vas de botellón a casa de unos amigos, y sobre todo si en la fiesta alguien pasa canutos, va a haber una orgía de sangre exagerada. Así que, aunque solo sea por una semana, mantente sano y casto.

5. EVITA LOS APARCAMIENTOS
Otra regla muy básica es que si hay un asesino suelto, tienes que evitar a toda costa los lugares amplios, vacíos y con cantidad de lugares donde esconderse. Es de cajón, pero siempre hay un tonto que no piensa en ello. Hay dos sitios emblemáticos para esto: un párking y una biblioteca. Si quieres buscar información sobre tu último proyecto o un libro cojonudo (y por favor, no digas que has ido para investigar al asesino, pero más sobre eso más adelante), no vayas a la biblioteca de noche, cuando todo el mundo se ha ido y están a punto de cerrar. No, en lugar de eso ve en hora punta cuando haya cientos de personas ahí, aunque tengas que hacer cola para sacar un ejemplar durante media hora. ¿Sabes cuántos recovecos hay en un sitio como este para que te ataquen? Y peor lo tienes en un aparcamiento, sobre todo de estos que son en edificios o sótanos. Si no encuentras sitio en la calle o en un aparcamiento al aire libre, de acuerdo, tendrás que meterlo en el párking. Pero en cuanto salgas del coche ve echando hostias hacia la salida. Corre como alma que lleva al diablo. Recuerda, hay un asesino suelto que puede estar escondido en cada rincón, y cuanto más escote lleves, más probable es que esté ahí. Quítate los tacones (¿para qué te los pones? ¿¡para conducir!?) y echa a correr. ¿Has oído algo? No te pares y mires disimuladamente por los rincones o detrás de ti. No preguntes si hay alguien ahí, ¿es que te va a contestar, estúpida? En cualquiera de los dos casos, solo pueden pasar dos cosas: si no hay nadie, es un gato o alguien anónimo, estás haciendo el tonto igual que si hubieses corrido; y si es el asesino, has perdido un tiempo precioso y una delantera crucial para alcanzar la salida antes de que te reviente las tripas.

6. MANTENTE SIEMPRE EN GRUPO
Estar solo en casa, o con solo un amigo, es la mejor forma de atraer a un asesino. Es como una alarma silenciosa que le indica “aquí se puede matar”. Así que lo mejor es estar en grupos de más de tres personas en todo momento. Tampoco es cuestión de montar una macrofiesta en tu casa, porque entonces no se puede tener controlado a todo el mundo y siempre acaba la cosa diciendo “¿habéis visto a Timmy? Estaba aquí hace un momento, pero hace un rato que no lo veo”. Y Timmy, obviamente, ya es pasto de los gusanos. Lo ideal es que seáis seis o siete personas, lo justo para llenar el salón sin estar abarrotados y obligar a alguien a colocarse demasiado cerca de las ventanas, lugar ideal para que le lancen un gancho por la espalda y lo arrastren hacia el exterior cual atún atrapado por un barco pesquero. Además, con ese número de personas tenéis una superioridad palpable sobre cualquier agresor, aunque luego resulte que sean dos personas. Podéis defenderos, o montar barricadas, o incluso perder a algún miembro del grupo y aún tener cierta fuerza. El único problema es ir al servicio, pero siempre podéis ir en grupo aunque sea molesto. En este sentido, mejor que el grupo sea unisex o que no haya problemas en veros la minga o el chumino mutuamente.

7. NO CONFÍES EN NADIE
Esto puede resultar contradictorio con el anterior consejo, pero aun así es necesario. Vale, hay un asesino matando adolescentes en tu barrio. Pregúntate, ¿cuántos amigos míos, conocidos o vecinos ha matado? Cuando más alto sea el número, más alta es la probabilidad de que el psicópata sea uno de tus colegas. Y seamos sinceros, si estás siguiendo todos los consejos hasta ahora es que sabes que eres un objetivo claro. Así que ten por seguro que el asesino es uno de ellos. Vale, puede que no sea un íntimo. A lo mejor es tu primo segundo. En cualquier caso, procura desconfiar de ellos y mantener un ojo a lo que hacen o dejan de hacer. Aunque sean del grupo con el que te has atrincherado, nunca puedes fiarte al cien por cien. Cualquier potencial arma debe ser quitada de en medio o vigilada con ojos avizores, por si acaso. Y si uno de ellos muere, lo primero que tienes que hacer es rematarlo. Si ya está muerto, no le importará. En cambio, si resulta que no lo estaba y que era todo un engaño, eso quiere decir que era el asesino. Se lo merecía. También podía ser una broma, pero de tan mal gusto y tan poco graciosa que, sinceramente, también se lo merecía.

8. NO INVESTIGUES
El refrán dice que la curiosidad mató al gato, pero en un slasher, los gatos solo sirven para despistar. Es a ti a quien van a matar como te pongas a husmear. ¿Que es de noche y oyes algo en la cocina? Pues cierra la puerta con llave y atrinchérate, o sal huyendo por la ventana. ¿Qué crees que vas a conseguir bajando allí para ver si es el asesino el que está haciendo ruido? ¿Se va a ir corriendo cuando vea que su víctima le ha descubierto? Y no importa que empuñes un cuchillo o un atizador de la chimenea, él sabe usar un arma mucho mejor que tú y tiene el factor sorpresa/escondite a su favor. Lo mejor que puedes conseguir es un susto tonto, pero lo más posible es que te abran un nuevo agujero. ¿Y lo de investigar por tu cuenta quién es el asesino? Seguro que crees que así te conviertes en el protagonista, ese que siempre se queda vivo para la siguiente entrega. Malas noticias: lo único que consigues es ser el amigo metomentodo que atrae la atención del asesino sobre sí mismo husmeando en su pasado y acaba siendo descuartizado tras contarle sus descubrimientos al protagonista, normalmente a través de un diario o una carta, porque ni siquiera tiene tiempo para encontrárselo en persona antes de recibir un tajo. Pero tranquilo, que seguro que es el prota quien descubre tu cuerpo y te da el entierro que te mereces.

9. NO INTENTES MATARLE
Claro que en la lista de cosas que un metomentodo no debe hacer, lo más importante es no que no creas que tienes alguna posibilidad de acabar con el asesino. Seguro que tienes unos músculos turgentes e impresionantes para las chicas, pero en una pelea cuerpo a cuerpo, el asesino te puede. Tus golpes no le hacen daño, y en cambio te puede levantar en peso sin problema, aunque sea una chavala de quince años. ¿Tienes un bate de béisbol? Enhorabuena, él tiene un gancho con el que te puede abrir en canal de un tajo y sin despeinarse. ¿Sabes usar una pistola? Bien, pero, ¿qué te hace pensar que vas a tener la oportunidad de utilizarla? En el mejor de los casos tendrás que disparar a un bulto en la oscuridad, con lo cual es probable que te cargues a tu novia antes de que te atraviesen de parte a parte por la espalda. Incluso si intentas tenderle una trampa elaborada, no resultará. Primero porque es probable que el verdadero asesino haya estado colaborando contigo y haga que seas tú el que caiga en ella; y segundo porque, aunque no sea así, el asesino es más listo que tú y se lo ve venir. En ambos casos, el que va a caer en la trampa eres tú, así que cuando la prepares piensa en la muerte que quieres tener. En cualquiera de esos casos, no importa ni siquiera que consigas pegar, acuchillar, disparar o incluso reventar al asesino. No está muerto. No te acerques a él para tomarle el pulso, ya te lo digo yo. Bueno, acércate si quieres morir de forma más rápida. A veces es por el subidón de adrenalina de ir a matar a alguien, que les hace tener una resistencia sobrehumana. Otras es porque son unos mulos de carga y todo eso que tú crees que son horas de cirugía para salvarle la vida, son en realidad tiritas y mercromina. Algunas veces es más simple: son entes sobrenaturales que no. Pueden. Morir. No te empeñes en algo que es imposible. Huye.

10. MANTÉN SIEMPRE UNA VÍA DE ESCAPE
He aquí la solución más efectiva, aunque no lo sea al 100%, para sobrevivir al ataque de un asesino en serie. Huir. Pero no huir de “voy a subir las escaleras para atrincherarme en el piso de arriba”, ni “uy, estoy corriendo con tacones y mirando para atrás cada dos por tres para poder tropezarme”. Aquí se trata de correr como Forrest Gump. Así que tienes que estar en forma para sostener una carrera larga, y tener bien estudiados los lugares a los que vas para saber cómo salir de ahí, por dónde y a dónde ir. Por ejemplo, si estás en casa, más te vale estar siempre en el piso de abajo. Puede que pienses que así eres más accesible: es cierto. Pero teniendo en cuenta que para el asesino no suponen un problema las barreras arquitectónicas, pero para ti sí (si saltas desde un primero, lo más probable es que te tuerzas el tobillo), puedes sacrificar esa seguridad para poder tener una vía de escape más libre. Así que deja siempre al menos una puerta abierta para poder salir corriendo inmediatamente por ahí cuando tengas al asesino detrás de ti. Y corre, sin parar hasta que te fallen las piernas o encuentres un lugar concurrido y/o abierto. Pero abierto en plan “la puerta no existe y el umbral es gigantesco”, no “mira, ahí hay una tienda con las luces encendidas, a lo mejor no está cerrada a las 12 de la noche”. Si estás en baja forma tienes el coche como alternativa. En este caso tienes que dejar la puerta del garaje abierta, el coche también abierto y las llaves puestas en el contacto siempre. Además, procura pasarle la ITV para asegurar que el motor está bien, y llena el tanque hasta los topes. Puede que te lo roben, pero si no es así, cuando te montes no deberías tener problemas en salir de ahí. Practica varias veces lo de montarte, cerrar la puerta, cerrar los pestillos, arrancar y meter la quinta rápidamente para salir a toda cebolla, así no tendrás problemas cuando vengan a por ti. Recuerda, siempre espera a que el asesino te persiga, porque si no puede que te esté esperando en el asiento trasero. Claro que todo esto es tontería, porque lo que realmente tienes que hacer en cuanto se carguen a alguien en tu vecindario es abandonar el país ipso facto. Quédate en Italia o Francia hasta que cojan o maten al responsable. Si no puedes, al menos vete a otra región lo más lejana posible. Hasta irte a otra ciudad puede servir. Demonios, si vives en Madrid o Barcelona hasta te puedes permitir mudarte de barrio y seguramente estarás a salvo. Tan solo pon tierra de por medio y no mires atrás. Nunca. Mires. Atrás.

Tened en cuenta que estos ‘mandamientos’ (por ser un poco más religioso, a la par que sacrílego, en estas señaladas fechas que terminan) no aseguran al 100% vuestra supervivencia, ya que las reglas están para romperlas en ocasiones puntuales y así sorprender a la audiencia. Sin embargo, seguirlas os asegura una mayor probabilidad de supervivencia en caso de que un asesino enmascarado invada vuestro vecindario buscando adolescentes. Lo que nos lleva a nuestra primera norma a seguir:

1. NO SEAS ADOLESCENTE
Ciertamente, es un consejo bastante jodido, porque no depende de vosotros, sino de ese momento en el que vuestros padres se pusieron la cinta de Barry White, se fumaron algo y pasaron completamente de usar protección. Vale, también pudo ser un bonito amor que les hizo planear vuestra concepción, pero eso es menos cinematográfico. El caso es que no podéis hacer nada por cambiar vuestra condición si realmente estáis en esa edad entre los 12 y los 25 años, excepto iros de la ciudad una temporada o intentar aparentar que sois mayores o menores, según lo que más os pegue. Pero teniendo en cuenta que el asesino sea alguien que conocéis, esto puede ser hasta contraproducente. Así que si no sois adultos, mala suerte. Claro que los adultos también tienen lo suyo…

2. NO SEAS PADRE NI POLI
De nuevo es un consejo difícil de seguir, porque si eres padre, el error lo cometiste hace mucho tiempo. En concreto, quienes están en peligro son los padres de adolescentes, porque pueden meterse por en medio en la masacre cuando el asesino vaya a por sus hijos. Son víctimas colaterales. Así que si tu hijo es adolescente, lo mejor que puedes hacer es echarlo de casa, mandarlo a un internado o procurar estar fuera de casa todo el tiempo posible. A esto último ayuda darse a la bebida en un bar de la ciudad o buscarse un empleo nocturno, que es cuando actúa el asesino. La cuestión es dejar a los chicos a su aire. Por supuesto, si tu oficio es el de policía, tienes que dejar inmediatamente el Cuerpo. ¿Dónde se ha visto que un poli acabe una película de terror vivo (con honrosas excepciones? Y es normal, porque por la propia definición de su trabajo, tienen que estar siempre en medio, bien vigilando que el asesino no actúe o no mate a la reina del baile, bien investigando sus fechorías. En cualquier caso, es meterse en donde no les llaman, y eso siempre acaba mal. Sobre todo porque, aceptémoslo, los agentes uniformados no son las personas más vivaces intelectualmente de esta sociedad. En cualquier caso, volvamos a los adolescentes, que son las víctimas principales.

3. PASA DESAPERCIBIDO
Vale, eres un adolescente de un buen instituto que vive en una zona residencial. Estás jodido. Pero eso no quiere decir que tengas que poner también de tu parte para estar más jodido todavía. Así que procura pasar desapercibido para todo el mundo, incluidos tus compañeros de clase. Cualquier tribu urbana es una potencial víctima en determinadas circunstancias, desde los góticos hasta los raperos, desde los pijos hasta los frikis, desde los emos hasta los hipsters (estos dos pueden ser víctimas hasta sin haber asesino suelto, y bien que se lo merecerían). Todos corren peligro, así que procura no pertenecer a ninguno de ellos vistiendo de forma indiferente, teniendo un peinado normalucho y comportándote de forma normal y poco destacable, como haría un extra. ¿Estás en el equipo de fútbol? Procura ser un suplente o déjalo. ¿Eres animadora? Te conviene ser la de la esquina, como mucho. ¿Candidato a rey/reina del baile? Estás jodido y no puedes hacer nada para evitarlo. ¿Se meten mucho contigo en el instituto? Tu muerte dará mucha pena, pero lo tienes crudo. ¿Te mola el cine o algún hobby particularmente curioso que pueda dar color a tu grupo de amigos? Maldito seas, eres como una boya de señalización en medio del océano, te mereces morir por atraer al asesino a tus colegas. ¿Y tú? ¿Eres negro o asiática? Mis condolencias a tu familia, pero, ¿por qué leches te has metido a un instituto con el 95% de estudiantes blancos? ¿Querías destacar? Pues ahora te aguantas.

4. NADA DE DATS
Dejemos de lado lo que eres y pasemos a cómo comportarte. Las DATS son la cuatrifecta mortal en un slasher, algo que debes evitar a toda costa para no convertirte en un objetivo del criminal. DATS: Drogas, Alcohol, Tabaco, Sexo. Cuantas más de esas cosas consumas/practiques, más probable es que acabes muerto. No son igualmente importantes, claro. El tabaco es muchas veces intrascendente, mientras que el sexo es mortal de necesidad. Si echas un polvo, ya sabes que vas a morir en menos de 24 horas, y lo más probable es que lo hagas incluso en pleno orgasmo. La cuestión es que tus probabilidades van aumentando exponencialmente cuantas más DATS. Con una puedes vivir, sobre todo si es el tabaco. Con dos lo vas a tener difícil. Tres ya requiere un milagro que solo se produce en contadas ocasiones, incluso si intentas huir del lugar (hola, señor asesino en el asiento trasero del coche). Con cuatro lo extraño sería que llegases a ser la tercera víctima. No vas a vivir tanto. Lo normal es que seas la segunda, inmediatamente detrás de la chica pija y aparentemente virginal, pero un poco zorrilla y estúpida que da a conocer al asesino. Por supuesto, esto de las DATS implica que si te vas de botellón a casa de unos amigos, y sobre todo si en la fiesta alguien pasa canutos, va a haber una orgía de sangre exagerada. Así que, aunque solo sea por una semana, mantente sano y casto.

5. EVITA LOS APARCAMIENTOS
Otra regla muy básica es que si hay un asesino suelto, tienes que evitar a toda costa los lugares amplios, vacíos y con cantidad de lugares donde esconderse. Es de cajón, pero siempre hay un tonto que no piensa en ello. Hay dos sitios emblemáticos para esto: un párking y una biblioteca. Si quieres buscar información sobre tu último proyecto o un libro cojonudo (y por favor, no digas que has ido para investigar al asesino, pero más sobre eso más adelante), no vayas a la biblioteca de noche, cuando todo el mundo se ha ido y están a punto de cerrar. No, en lugar de eso ve en hora punta cuando haya cientos de personas ahí, aunque tengas que hacer cola para sacar un ejemplar durante media hora. ¿Sabes cuántos recovecos hay en un sitio como este para que te ataquen? Y peor lo tienes en un aparcamiento, sobre todo de estos que son en edificios o sótanos. Si no encuentras sitio en la calle o en un aparcamiento al aire libre, de acuerdo, tendrás que meterlo en el párking. Pero en cuanto salgas del coche ve echando hostias hacia la salida. Corre como alma que lleva al diablo. Recuerda, hay un asesino suelto que puede estar escondido en cada rincón, y cuanto más escote lleves, más probable es que esté ahí. Quítate los tacones (¿para qué te los pones? ¿¡para conducir!?) y echa a correr. ¿Has oído algo? No te pares y mires disimuladamente por los rincones o detrás de ti. No preguntes si hay alguien ahí, ¿es que te va a contestar, estúpida? En cualquiera de los dos casos, solo pueden pasar dos cosas: si no hay nadie, es un gato o alguien anónimo, estás haciendo el tonto igual que si hubieses corrido; y si es el asesino, has perdido un tiempo precioso y una delantera crucial para alcanzar la salida antes de que te reviente las tripas.

6. MANTENTE SIEMPRE EN GRUPO
Estar solo en casa, o con solo un amigo, es la mejor forma de atraer a un asesino. Es como una alarma silenciosa que le indica “aquí se puede matar”. Así que lo mejor es estar en grupos de más de tres personas en todo momento. Tampoco es cuestión de montar una macrofiesta en tu casa, porque entonces no se puede tener controlado a todo el mundo y siempre acaba la cosa diciendo “¿habéis visto a Timmy? Estaba aquí hace un momento, pero hace un rato que no lo veo”. Y Timmy, obviamente, ya es pasto de los gusanos. Lo ideal es que seáis seis o siete personas, lo justo para llenar el salón sin estar abarrotados y obligar a alguien a colocarse demasiado cerca de las ventanas, lugar ideal para que le lancen un gancho por la espalda y lo arrastren hacia el exterior cual atún atrapado por un barco pesquero. Además, con ese número de personas tenéis una superioridad palpable sobre cualquier agresor, aunque luego resulte que sean dos personas. Podéis defenderos, o montar barricadas, o incluso perder a algún miembro del grupo y aún tener cierta fuerza. El único problema es ir al servicio, pero siempre podéis ir en grupo aunque sea molesto. En este sentido, mejor que el grupo sea unisex o que no haya problemas en veros la minga o el chumino mutuamente.

7. NO CONFÍES EN NADIE
Esto puede resultar contradictorio con el anterior consejo, pero aun así es necesario. Vale, hay un asesino matando adolescentes en tu barrio. Pregúntate, ¿cuántos amigos míos, conocidos o vecinos ha matado? Cuando más alto sea el número, más alta es la probabilidad de que el psicópata sea uno de tus colegas. Y seamos sinceros, si estás siguiendo todos los consejos hasta ahora es que sabes que eres un objetivo claro. Así que ten por seguro que el asesino es uno de ellos. Vale, puede que no sea un íntimo. A lo mejor es tu primo segundo. En cualquier caso, procura desconfiar de ellos y mantener un ojo a lo que hacen o dejan de hacer. Aunque sean del grupo con el que te has atrincherado, nunca puedes fiarte al cien por cien. Cualquier potencial arma debe ser quitada de en medio o vigilada con ojos avizores, por si acaso. Y si uno de ellos muere, lo primero que tienes que hacer es rematarlo. Si ya está muerto, no le importará. En cambio, si resulta que no lo estaba y que era todo un engaño, eso quiere decir que era el asesino. Se lo merecía. También podía ser una broma, pero de tan mal gusto y tan poco graciosa que, sinceramente, también se lo merecía.

8. NO INVESTIGUES
El refrán dice que la curiosidad mató al gato, pero en un slasher, los gatos solo sirven para despistar. Es a ti a quien van a matar como te pongas a husmear. ¿Que es de noche y oyes algo en la cocina? Pues cierra la puerta con llave y atrinchérate, o sal huyendo por la ventana. ¿Qué crees que vas a conseguir bajando allí para ver si es el asesino el que está haciendo ruido? ¿Se va a ir corriendo cuando vea que su víctima le ha descubierto? Y no importa que empuñes un cuchillo o un atizador de la chimenea, él sabe usar un arma mucho mejor que tú y tiene el factor sorpresa/escondite a su favor. Lo mejor que puedes conseguir es un susto tonto, pero lo más posible es que te abran un nuevo agujero. ¿Y lo de investigar por tu cuenta quién es el asesino? Seguro que crees que así te conviertes en el protagonista, ese que siempre se queda vivo para la siguiente entrega. Malas noticias: lo único que consigues es ser el amigo metomentodo que atrae la atención del asesino sobre sí mismo husmeando en su pasado y acaba siendo descuartizado tras contarle sus descubrimientos al protagonista, normalmente a través de un diario o una carta, porque ni siquiera tiene tiempo para encontrárselo en persona antes de recibir un tajo. Pero tranquilo, que seguro que es el prota quien descubre tu cuerpo y te da el entierro que te mereces.

9. NO INTENTES MATARLE
Claro que en la lista de cosas que un metomentodo no debe hacer, lo más importante es no que no creas que tienes alguna posibilidad de acabar con el asesino. Seguro que tienes unos músculos turgentes e impresionantes para las chicas, pero en una pelea cuerpo a cuerpo, el asesino te puede. Tus golpes no le hacen daño, y en cambio te puede levantar en peso sin problema, aunque sea una chavala de quince años. ¿Tienes un bate de béisbol? Enhorabuena, él tiene un gancho con el que te puede abrir en canal de un tajo y sin despeinarse. ¿Sabes usar una pistola? Bien, pero, ¿qué te hace pensar que vas a tener la oportunidad de utilizarla? En el mejor de los casos tendrás que disparar a un bulto en la oscuridad, con lo cual es probable que te cargues a tu novia antes de que te atraviesen de parte a parte por la espalda. Incluso si intentas tenderle una trampa elaborada, no resultará. Primero porque es probable que el verdadero asesino haya estado colaborando contigo y haga que seas tú el que caiga en ella; y segundo porque, aunque no sea así, el asesino es más listo que tú y se lo ve venir. En ambos casos, el que va a caer en la trampa eres tú, así que cuando la prepares piensa en la muerte que quieres tener. En cualquiera de esos casos, no importa ni siquiera que consigas pegar, acuchillar, disparar o incluso reventar al asesino. No está muerto. No te acerques a él para tomarle el pulso, ya te lo digo yo. Bueno, acércate si quieres morir de forma más rápida. A veces es por el subidón de adrenalina de ir a matar a alguien, que les hace tener una resistencia sobrehumana. Otras es porque son unos mulos de carga y todo eso que tú crees que son horas de cirugía para salvarle la vida, son en realidad tiritas y mercromina. Algunas veces es más simple: son entes sobrenaturales que no. Pueden. Morir. No te empeñes en algo que es imposible. Huye.

10. MANTÉN SIEMPRE UNA VÍA DE ESCAPE
He aquí la solución más efectiva, aunque no lo sea al 100%, para sobrevivir al ataque de un asesino en serie. Huir. Pero no huir de “voy a subir las escaleras para atrincherarme en el piso de arriba”, ni “uy, estoy corriendo con tacones y mirando para atrás cada dos por tres para poder tropezarme”. Aquí se trata de correr como Forrest Gump. Así que tienes que estar en forma para sostener una carrera larga, y tener bien estudiados los lugares a los que vas para saber cómo salir de ahí, por dónde y a dónde ir. Por ejemplo, si estás en casa, más te vale estar siempre en el piso de abajo. Puede que pienses que así eres más accesible: es cierto. Pero teniendo en cuenta que para el asesino no suponen un problema las barreras arquitectónicas, pero para ti sí (si saltas desde un primero, lo más probable es que te tuerzas el tobillo), puedes sacrificar esa seguridad para poder tener una vía de escape más libre. Así que deja siempre al menos una puerta abierta para poder salir corriendo inmediatamente por ahí cuando tengas al asesino detrás de ti. Y corre, sin parar hasta que te fallen las piernas o encuentres un lugar concurrido y/o abierto. Pero abierto en plan “la puerta no existe y el umbral es gigantesco”, no “mira, ahí hay una tienda con las luces encendidas, a lo mejor no está cerrada a las 12 de la noche”. Si estás en baja forma tienes el coche como alternativa. En este caso tienes que dejar la puerta del garaje abierta, el coche también abierto y las llaves puestas en el contacto siempre. Además, procura pasarle la ITV para asegurar que el motor está bien, y llena el tanque hasta los topes. Puede que te lo roben, pero si no es así, cuando te montes no deberías tener problemas en salir de ahí. Practica varias veces lo de montarte, cerrar la puerta, cerrar los pestillos, arrancar y meter la quinta rápidamente para salir a toda cebolla, así no tendrás problemas cuando vengan a por ti. Recuerda, siempre espera a que el asesino te persiga, porque si no puede que te esté esperando en el asiento trasero. Claro que todo esto es tontería, porque lo que realmente tienes que hacer en cuanto se carguen a alguien en tu vecindario es abandonar el país ipso facto. Quédate en Italia o Francia hasta que cojan o maten al responsable. Si no puedes, al menos vete a otra región lo más lejana posible. Hasta irte a otra ciudad puede servir. Demonios, si vives en Madrid o Barcelona hasta te puedes permitir mudarte de barrio y seguramente estarás a salvo. Tan solo pon tierra de por medio y no mires atrás. Nunca. Mires. Atrás.