'Mala'

Dejando de un lado su argumento (que hará las delicias de todos aquellos ávidos de sordidez y truculencia en las pantallas) el film adolece de una atonía pasmosa, de un ritmo tedioso y de una recurrencia abusiva a representaciones rancias preocupante

Estreno en España: 25 de Enero de 2008
Nota I.M.D.B.: 6,8/10 (183 votos)
TRAILER (en este caso clip)
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CRÍTICA
Savage Grace narra las peripecias de un joven, Tony Baekeland (Eddie Redmaine), hijo de un adinerado matrimonio compuesto por Barbara (Julianne Moore) y Brooks (Stephen Dillane), cuya existencia se ve atormentada por las vicisitudes de su familia disfuncional. Sus padres, alcohólicos y egoístas,decadentes y snobs, encaminan al pequeño Tony por la senda de la vida alegre llena de excesos a lo largo de toda la Europa de la segunda mitad del siglo XX. Hasta que en los años setenta, durante unas vacaciones en las Islas Baleares, el padre de Tony se fugará con la amante de su hijo y abandonará a Bárbara, quien acrecentará sus desmedidos derroches y comportamientos moralmente cuestionables hasta involucrar en ellos a su hijo, introduciéndonos en los oscuros recovecos de las relaciones que mantienen Tony y su madre, cuya estabilidad mental oscila entre la cordura y el desquicie cada vez con menor equilibrio.
Dejando de un lado su argumento (que hará las delicias de todos aquellos ávidos de sordidez y truculencia en las pantallas) el film adolece de una atonía pasmosa, de un ritmo tedioso y de una recurrencia abusiva a representaciones rancias preocupante. Demasiado zafia en su concepción estética y deficiente en sus planteamientos técnicos (todo aquello espectacular o resultón queda parco y carente de interés gracias a unas direcciones de fotografía y artística desprovistas de genio o solvencia) a lo largo del metraje, los personajes deambulan en un devenir interminable de secuencias -en su mayoría fútiles y vacuas- que parecen no conducir a ninguna parte.

Mención aparte merecen los actores, que regalan unas interpretaciones que no conocen términos medios entre la falta absoluta de expresividad y la sobreactuación más exagerada, sin tono ni mesura por medio de un director actoral ausente. Un bonito surtido de aberraciones pueblan el film, entre las cuales el rol de Julianne resulta pasmosamente incomprensible. Desde el primer minuto, el asistir a cómo la maravillosa actriz pierde carisma y presencia, tirando su buen nombre por el suelo llega a ser dramático. Así, una serie de escenas insípidas y forzadas la conducirán hasta un culmen interpretativo (en sentido inverso) que llega en el momento en que sale del taxi y se pone a llorar cual vomitona impasible, punto sólo comparable a la vergüenza ajena que propicia el verla en sus diálogos realizados en francés o inglés.
Aún con todo esto, Julianne defiende algún que otro registro y su tenue luz se renueva en escogidas escenas contenidas hacia el final de la cinta, cosa que no ocurre con sus compañeros de reparto, y mucho menos con los "invitados estrella" quienes "mancillan" el celuloide con sus presencias y los oídos con sus voces desprovistas de alma. Aún más en inglés. Belén Rueda se lleva el primer premio a la inexpresividad, Elena Anaya mención especial de simpleza y Unax Ugalde (siguiendo su tónica habitual) atormenta a los impávidos asistentes a su representación fuera de lugar.
Pero sobre todos ellos, el protagonista (Eddie Redmaine), carga y hastía hasta el límite de querer subir a la pantalla y abofetearle, cierto es que su personaje no ayuda, pero con su interpretación amanerada, recalcitrante y plagada de poses excesivas y horrorosas conduce su presencia por los recónditos parajes de la tortura al pobre espectador, víctima de su presencia insoportable.
Una recomendación, si tienen aprecio a su tiempo, no lo pierdan en ver este film. Si lo que buscan es incesto y sordidez, este humilde redactor recomienda Ma mere, que es pródiga en crudeces y no es ni mucho menos tan mala como esta.

Korben Dallas

24/01/2008

Valoración

2.00

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