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Joy
'Jennifer es el motor'
Si algo hay que reconocerle a David O. Russell, al menos en su trayectoria reciente, es la acertada dirección de actores que viene siendo reconocida en los últimos años por las distintas asociaciones de premios
Estreno 8 de Enero de 2016
Si algo hay que reconocerle a David O. Russell, al menos en su trayectoria reciente, es la acertada dirección de actores que viene siendo reconocida en los últimos años por las distintas asociaciones de premios. Entre sus tres últimas películas, The Fighter, El Lado Bueno de las Cosas y La Gran Estafa Americana, han sumado la nada desdeñable cantidad de once nominaciones para sus actores, traducidas en tres premios de la academia, uno de ellos para Jennifer Lawrence. Con Joy ha repetido la jugada construyendo todo un regalo para la musa de sus últimos proyectos. Quizás las características de esta luchadora madre de familia pedía claramente a alguien con algún que otro año más, pero Jennifer se encarga de que ese concepto pronto quede olvidado. Ella es el centro y motor de la historia y vuelve a demostrar porqué es una de las actrices más cotizadas del momento.
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Quizás porque nadie tiene un sistema infalible, quizás porque conviene recordar que el mismo director que en los últimos años se ha ganado las miradas de todo certamen anual es el mismo que tenía en su haber cintas más "mundanas" como Flirteando con el Desastre o Tres Reyes, o quizás porque la inspiración le haya abandonado en parte, el resultado de este presunto biopic de una ama de casa que con tenacidad y entrega se aferró a aquello tan cinematográfico del sueño americano y la tierra de las oportunidades, no haya terminado de brillar como a su creador le hubiera gustado.
Parte de la culpa de que se quede en una cinta correcta pero no consiga llegar más allá reside en la forma de contar los hechos. Pasa de un arranque cercano a la comedia, presentando a la disfuncional unidad familiar que orbita sobre Lawrence en base a unas situaciones cercanas al típico culebrón, con una narrativa y un montaje que bien podría haber firmado un Martin Scorsese menor con guión de Woody Allen, para luego intentar reconducirlo a un tono más serio mostrando las vicisitudes de su quijotesca protagonista. Y ahí el problema llega principalmente por unos atajos caprichosos que, donde intentaban plasmar una situación verídica, en realidad adquieran unos tintes más cercanos al mundo de los cuentos. Las elipsis solo son buenos recursos cuando están justificadas.
Aún así el producto tiene sus alicientes. Puede que la historia del invento de una fregona revolucionaria no llame demasiado la atención o que la pasión de DavidDavid O. Russell por volver atrás unas décadas para recrear su estilo visual, unido a repetir buena parte del reparto principal en sus últimos trabajos le reste algo de frescura al resultado, pero solo por ver a Lawrence en acción bien merece la pena. Su personaje muestra fortaleza y fragilidad, coraje y miedo, determinación y dudas. Una paleta de interpretación a la altura de actrices muy consagradas y que con Jennifer ya casi deja de sorprender a estas alturas.
Evelio Barbero
08/01/2016
Valoración
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Evelio Barbero
08/01/2016
Valoración