'Si hay algo extraño, en tu vecindario...'

Estreno 22 de Marzo de 2024

Nada menos que cuarenta años después de aquella primera película de cuatro chalados cazando fantasmas por la ciudad de Nueva York, la magia del cine nos permite volver disfrutar de los cazafantasmas originales (menos uno) Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Bill Murray, en una nueva película (la quinta, o la cuarta si obviamos el intento fallido de darle otro aire a la franquicia por parte de Paul Feig) en lo que sin duda es un derroche de nostalgia fantasmagórica. Esto de por sí, no dice nada acerca de la calidad de la película, pero sí dice mucho acerca de su valor emocional y del legado que poco a poco va dejando y que a tenor del desarrollo de esta entrega, puede seguir dejando, en torno a un universo muy personal y reivindicable.

Los acontecimientos fantasmales (en esta ocasión helados) que nos presenta el director Gil Kenan vuelven a suceder en la ciudad donde comenzó todo, Nueva York, y con la arriesgada (a riesgo de saturar) combinación de los protagonistas primigenios y de los nuevos protagonistas que conocimos en la anterior película. Todo este combinado encaja en líneas generales bastante bien, dentro de las limitaciones que supone centrarse (quizás demasiado) en los conceptos básicos del cine puramente familiar. Esto hace que la película, al igual que las anteriores, contenga los elementos clásicos del propio cine familiar, sin alejarse del aroma del cine ochentero y añadiendo los avances técnicos en cuanto a efectos especiales, pero sin excederse ni en ellos ni en la pura acción, que siempre es pretendidamente limitada.

Con humor, que funciona a ratos, y una música y canción de culto y perversamente pegadiza, tenemos los ingredientes definitivos para el festín fantasmal mocoso.

No vamos a encontrar una aventura deslumbrante. El guion (del propio Gil Kenan y Jason Reitman) no va mucho más allá y tampoco lo pretende, añadiendo solo un poco de aire fresco (o congelado) a una historia donde prima principalmente la aventura, los personajes y el juego cómplice con el espectador, a través de guiños constantes.

Con todo, se agradece el regalo nostálgico, y por supuesto larga vida a los cazafantasmas, porque…”Si hay algo extraño, en tu vecindario ¿A quien vas a llamar?: (¡Ghostbusters!)