Portada>Críticas>Anvil. El Sueño de una banda de rock

#Crítica

Anvil. El Sueño de una banda de rock

'Esto no es Spinal tap'

Supongo que es inevitable comparar este documental con This is Spinal Tap, el falso documental con el que Rob Reiner (con una b) nos mostraba la decadencia de una ficticia banda de rock, tirando de tópicos y haciendo gala de su fina ironía.


Estreno en España: 25 de Junio de 2010
CRÍTICA
Supongo que es inevitable comparar este documental con This is Spinal Tap, el falso documental con el que Rob Reiner (con una b) nos mostraba la decadencia de una ficticia banda de rock, tirando de tópicos y haciendo gala de su fina ironía. Esta vez no tiene nada de artificial (o si lo tiene lo disimula bastante bien). Sacha Gervasi opta por contar la cruda verdad. Lo que habitualmente suele arrastrar la coletilla de “una vez más, la realidad supera a la ficción”, y para ello se embarca en contar la vida de Steve ‘Lips’ Kudlow y Robb Reiner (con dos bes), miembros originales de Anvil que 30 años después siguen compartiendo un sueño.

(Más imágenes en su galería)
Aunque la una era ficción y ésta muestra la realidad, la cinta de Rob Reiner (con una b) buscaba casi ridiculizar el estilo de vida de los David, Nigel y Derek, mientras que Gervasi, a la sazón aguerrido fan de la banda desde sus días de gloria, opta por humanizarles, mostrando cómo dos tipos de gran corazón como son Lips y Robb Reiner (con dos bes) se resisten a abandonar algo que es más que un estilo de vida, casi una religión, o cómo cantara Rosendo, una manera de vivir. Cuando uno ve a estos tipos de cincuenta años, tras una vida dedicada a la carretera, emocionarse al encontrarse a sus viejos ídolos, o incluso escuchando a las grandes leyendas del rock duro actual hablando bondades de una banda que tuvo todo para ser un referente, pero por a saber qué motivos, pasó al semiolvido, uno no puede evitar sentir emoción y hasta inspiración para luchar por tus propios sueños.
Dejo un poso de duda sobre la autenticidad de todo lo mostrado simplemente por lo oportuno del trabajo de producción, ya que llegados al final, queda un final feliz al más puro estilo Hollywood tras hora y media de contar penurias. De hecho el documental se podría dividir en tres partes: el auge de Anvil y cómo en 1982 editaron un álbum de referencia en el mundo hardrockero y llegando a compartir escenarios de todo el mundo junto a bandas cómo Whitesnake, Bon Jovi o Scorpions, todas referentes de su época y con un punto en común, todas triunfaron menos Anvil. El segundo acto nos muestra a Steve Kudlow y Robb Reiner (con dos bes) hoy, cuando el mundo parece haberles olvidado, donde subsisten con trabajos básicos para ir tirando, donde su pasión por la música hace que se embarquen en una gira a ciegas por Europa donde no les pasan más que calamidades por culpa de una manager inútil (imprescindible ver entre los créditos finales cómo se resuelve el conflicto de Praga). Una vez más uno recuerda a la cinta de Rob Reiner (con una b) con cierta visita a un lugar mítico perdido en Inglaterra.
El desenlace arroja un poco de luz al final del túnel. Si bien en ningún momento trata de vender una vuelta al gran circo, si es agradable comprobar que alguien que tuvo sus merecidos quince minutos de fama, treinta y seis años después de tener un sueño, consiguen rascar cinco minutos más de esa gloria que creían ya perdida. Cuando uno les oye hablar con esa pasión no puede evitar sentir ganas de sentarse a tomar una cerveza con ellos, y es que si alguien se merecía este homenaje, eran ‘Lips’ Kudlow y Robb Reiner (con dos cojones).

user avatar

Evelio Barbero

23/06/2010

Valoración

8.00

#Más críticas de 'Anvil. El Sueño de una banda de rock'

#Ficha