Curiosidades (6)
La película tuvo su origen en un hecho fortuito. A principios de los 90, la directora y guionista Jill Sprecher fue herida seriamente en un atraco en Nueva York. Al año siguiente un completo desconocido la abofeteó en el metro. Sprecher se sentó y mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y pensaba "odio a la gente", echó un rápido vistazo a un pasajero que se encontraba al otro lado de la vía. "El pobre hombre me miró y sonrió. Yo estaba muy enfadada por lo que me acababa de pasar, y esa sonrisa deshizo toda esa ira acumulada; fue como una cura final para mi".
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