Dos corredores de apuestas de dos bandas rivales son asesinados en Nueva York. Parece ser obra de un conocido asesino a sueldo, Mr. Goodkat, el mejor en su oficio. Pero cuando Slevin llega a la ciudad, ni sabe nada al respecto ni le preocupa: ha perdido su casa, su empleo y ha pillado a su novia poniéndole los cuernos, así que sólo necesita un sitio donde pasar unos días, y por eso ha ido a casa de Nick. Por el camino la han robado la cartera, y eso hace que cuando las dos bandas pasen por el apartamento buscando al desaparecido Nick, le confundan con su amigo y le involucren en su guerra personal. Ahora tiene 48 horas para matar al hijo del Rabino y entregar 33.000 dólares.
La idea que provocó la película viene de una anécdota que le pasó al director y guionista Paul McCuigan. Estando en un pub londinense le presentaron a unos tipos con los que acabó hablando de como partir piernas o extorsionar a los que no pagaban. Eran los jefes de la mafia local.