Paco Luque fue seleccionado mientras jugaba una partida de cartas en un parque de Vallecas. Se acababa de jubilar tras más de 40 años de representante de farmacia y se pasaba todas las mañanas por el parque de la bombilla para jugar a la petanca o a las cartas. Se habían hecho el casting por todo Vallecas, en centros de mayores y grupos de teatro de mayores de todo Madrid, con octavillas por todos los lados, incluso pruebas a actores profesionales y hasta casting en Salamanca, donde se anunció en el periódico que se buscaba al John Wayne salmantino. Pero no se encontraba el rostro especial, ese personaje que no tuviese que hablar, que su rostro lo dijese todo. El equipo se dividió en 3 grupos, cada uno con una cámara por las calles, asaltando los rostros que les pareciesen especiales. Y así saltó la liebre. Blanca, la coguionista y el director se recorrieron los parques de Vallecas hasta que llegaron al parque de la bombilla, y allí estaba Francisco Luque, jugando una partida de tute en una de esas mesas fijas al suelo.