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Comanches y payasos: Lo mejor y lo peor de Sitges 2016

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El Festival de Sitges 2016 acabó hace poco más de una semana. Han sido 10 días para volver a la rutina (todo lo que puede uno volver cuando a las pocas horas de llegar a casa tiene que irse unos días a otro país por temas laborales), reencontrarse con la vida y las personas que uno dejó atrás, cerrar asuntos y críticas pendientes y dejar reposar las 61 películas vistas (más otras 25 que no cuentan por tratarse de clásicos rescatados que se han proyectado en el certamen). No conviene forzar la máquina para hacer balance, y menos cuando se trata de una cita tan exigente para mente y cuerpo, donde hay que estar al cien por cien física y mentalmente tanto para permanecer receptivo al cine proyectado como para intentar cuadrar horarios y llegar con tiempo de un cine a otro.

Fueron 10 días de festival y 10 días de reposo, pero la mente ha seguido trabajando. Y prueba de ello es lo que ha costado dar forma a este artículo, cuyas distintas partes han ido evolucionando y cambiando conforme las películas han desaparecido o permanecido en la mente. Y, por qué no decirlo, también han sido 10 días para rescatar en casa alguna de las cintas que no pude ver en Sitges… aunque ha sido un ejercicio fútil que no ha deparado ninguna alteración de lo mejor o lo peor.




LO MEJOR Y LO PEOR DE SITGES 2016


Si habéis estado siguiendo religiosamente mis artículos desde la ciudad catalana, más o menos os haréis una idea de lo que me han parecido las películas proyectadas, así que la única posible sorpresa en mi lista estriba en el lugar donde se sitúen mis favoritas o cuáles han conseguido colarse en la parte baja del top. Algunas de estas cintas han ganado o perdido en función de las conversaciones y debates posteriores al visionado, una tarea en la que han participado activamente gente como Daniel Lasmarías (Radio Sobrarbe), Javier Ludeña (Revista Fantastique), José Manuel Ruiz (Hellfreak), Óscar Sueiro (El Pájaro Burlón), Xavier Torrents (FilmHistoria), Javier J. Valencia (Cine Fantástico), Iván Valle (Tierras de Cinefagia), Joan Xufré (Hellfreak) o, dentro de los no acreditados como prensa, Fernando Cano, Saray Herrera, Patricia Motos, David Pellicer y nuestro cineoliano Alejandro Perea.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión voy a poner solamente mi top personal, pero si queréis saber cuál es la opinión conjunta de muchos de los mencionados en el anterior párrafo incluido un servidor (lo que podría llamarse el ‘Fipresci de birras en el Prado’, por su sede y actividad central), podéis consultarlo en El Pájaro Burlón. Como veréis, en esta ocasión ha habido poca discrepancia con el palmarés oficial, pero en eso entraré en breve. Primero, las diez mejores películas de Sitges 2016:




10. THE EYES OF MY MOTHER

(perturbadora, hermosa, enfermiza)





9. MON ANGE

(romántica, poética, delicada)





8. DE PALMA

(apasionante, incisiva, cinéfila)





7. THE LURE

(anárquica, creativa, luminosa)





6. THE NEON DEMON

(hipnótica, estilizada, cruel)





5. SWISS ARMY MAN

(tierna, triste, irreverente)





4. YOUR NAME

(épica, estimulante, enrevesada)





3. LA DONCELLA

(pasional, juguetona, afilada)





2. TOWER

(emocional, enriquecedora, impactante)





1. COMANCHERÍA

(inteligente, explosiva, sarcástica)



Aquí por supuesto no he contado los clásicos proyectados, porque entonces habría bastante ciencia ficción soviética y algún Aliens que despejaría la mitad baja de la tabla. Otras cintas que se han quedado fuera por muy poco, y que han batallado por esos dos últimos puestos que no tenía nada claros (sobre todo el último, que ha cambiado tres veces en estos días), son Melanie, the Girl with All the Gifts, The Void, Prevenge, Voyage of Time: Life's Journey, Grave (Crudo) o Avril et le monde truqué, mientras que algo más lejos se han quedado Alipato: The Very Brief Life of an Ember, A Dark Song, Dans la forêt, Midnight Special, Louise by the Shore, Detour, Las tinieblas, Somnia. Dentro de tus sueños o la infravalorada Dog Eat Dog.

La mayoría de estas películas, o al menos las que más gente ha visto (algunas han sido muy minoritarias en el circuito), tienen fervientes defensores que pueden situarlas en su lista de mejores films de esta edición, con la excepción de la cinta de Paul Schrader. En esa me he quedado solo. En cambio, otras que no me han entusiasmado tanto sí que han encontrado un público rendido a sus pies, como Train to Busan, Colossal, Hardcore Henry, Operación Avalancha o I am Not a Serial Killer. Todas ellas aprueban para mí, algunas con nota, pero sin llegar a los niveles de las anteriormente seleccionadas.

Respecto a las películas que no he podido ver pero que han encontrado un buen puñado de seguidores, hay que destacar La Llegada (pese a una proyección sorpresa donde para evitar la piratería casi provocan que los espectadores se dejen los ojos por el retoque del brillo de la pantalla), La Autopsia de Jane Doe, El Extraño (The Wailing), Creepy, Antiporno, David Lynch: The Art Life, In a Valley of Violence, The Age of Shadows, Safe Neighborhood y Under the Shadow, mientras que otras como Tenemos la carne, The Greasy Strangler o Psycho Raman han provocado división de opiniones entre lovers y haters.


Y hablando de odiar películas, ¿cuáles son las peores que se han visto en Sitges?




5. EL ATAÚD DE CRISTAL

4. 31

3. SALT AND FIRE

2. LET ME MAKE YOU A MARTYR

1. WORRY DOLLS



Las menciones especiales de estas cloacas de la calidad, que se proyectaron casi una detrás de otra durante las jornadas centrales del festival para acabar con toda esperanza mientras la lluvia arreciaba fuera, son para las lamentables Interchange, Viral y Anguish, y las mediocres Trivisa, Blair Witch, Are We Not Cats, The Silenced, Lo chiamavano Jeeg Robot y The Transfiguration, aunque estas dos últimas tienen sus defensores. Hasta la bruja de Blair se ha encontrado con algún bastión de apoyo, aunque más en el sentido de “no es tan mala como esperaba/como la primera”.

Por su parte, entre las que yo no pondría en la lista pero se han llevado comentarios mayoritariamente negativos están Proyecto Lázaro, Sam Was Here o la mencionada Dog Eat Dog, que sigo empeñado en defender.

Afortunadamente he podido evitar buena parte de las mierdas que se han proyectado, pero hasta mis oídos han llegado comentarios pútridos de Abattoir, Ballad in Blood, Vestigios, Kryptonita, Knucklebones, Phantasm: Ravager, Salvación, Yoga Hosers, The Stakelander o The Monster. También la cinta inaugural, Inside, se llevó palos por todos lados, mientras que The Limehouse Golem cerró el festival sin pena ni gloria.



De esta forma, se puede observar por qué el palmarés se ha saldado con una aprobación mayoritaria. Pocos hay que hayan quedado descontentos porque casi todas las películas más celebradas por el público y la crítica se han marchado con algún galardón. Lo más discutido ha sido el premio a mejor guion para Pet, que huele a querer incluir algo catalán en la terna, porque es una cinta que ha pasado bastante desapercibida y no ha apasionado a nadie (si bien, en comparación con otros productos nacionales, es de los pocos que ha salvado los muebles). Todo el mundo habría votado por que ese galardón fuese para La Doncella, Grave (Crudo) o Mon ange, por nombrar las tres películas más alabadas del festival que se han ido de vacío en lo que a decisiones del jurado oficial se refiere (excepto la cinta belga, las otras han compensado su ausencia con otros premios).

En cuanto a secciones paralelas, es inconcebible que la emocional Tower o la rabiosa Alipato: The Very Brief Life of an Ember se hayan quedado sin premio por culpa de una modernidad mediocre como Are We Not Cats. Lo mismo que le ha pasado a la estimulante Detour, dejada de lado por la miope Lo chiamavano Jeeg Robot, que no era la peor opción de la sección Órbita porque por ahí andaba la cinta de Marilyn Manson. Pero más allá de esas decisiones y de que no entro a valorar los premios a cintas que no he visto, poco se puede criticar de uno de los palmareses más unánimes de los últimos años.





LAS ESCENAS DE SITGES 2016


Los mejores inicios:

-Posando como un cadáver degollado – The Neon Demon.
-Dos atracos en una mañana – Comanchería.
-La moto acuática – Swiss Army Man.
-Accidente provocado – Grave (Crudo).
-Asesinato en la tienda de animales – Prevenge.
-Derrumbe en el túnel – Tunnel.
-Una mujer en la carretera – The Eyes of my Mother.
-El viaje lisérgico y homicida de Willem – Dog Eat Dog.
-La primera media hora de Here Alone y de Melanie, the Girl with All the Gifts.


Los mejores finales:

-Duelo sin armas – Comanchería.
-Las bolas chinas – La Doncella.
-Se desvela el asesino – Alipato: The Very Brief Life of an Ember.
-Solo puede quedar una – The Neon Demon.
-El mundo del mañana – Midnight Special.
-Una visión del futuro – Avril et le monde truqué.
-La sombra acepta su destino – Dans la forêt.
-El honor de samurai de Mr. Six – Mr. Six.
-La casa de Sarah – Swiss Army Man.
-Espuma de mar al alba – The Lure.


Las mejores escenas (solo una por película como máximo):

-El discurso del indio sobre la historia americana – Comanchería.
-Los verdaderos protagonistas muestran su rostro – Tower.
-Orgía technopop – The Lure.
-Asesinato en elipsis – The Eyes of my Mother.
-Entregando el alma al demonio de neón – The Neon Demon.
-Mi primer dedo – Grave (Crudo).
-Limando un diente – La Doncella.
-Estos no son niños, doctora – Melanie, the Girl with All the Gifts.
-Parque Jurásico y otras suecadas – Swiss Army Man.
-Encuentro en lo alto del cráter – Your Name.


-El sótano de los horrores – The Void.
-La trama se dobla sobre sí misma – Detour.
-La luz de un cigarrillo – A Dark Song.
-Batalla campal en la comisaría – Headshot.
-Ataque al laboratorio – Hardcore Henry.
-Seducción con los ojos vendados – Mon ange.
-El tren atraviesa un túnel – Train to Busan.
-Seúl es un juego de niños – Colossal.
-Soñando con arácnidos – Las tinieblas.
-Un atraco en animación conceptual – Alipato: The Very Brief Life of an Ember.
-¿Eso es un móvil? – The Love Witch.
-Un policía con mascara – Sam Was Here.
-El asesino muestra su verdadera forma – I am Not a Serial Killer.
-A tomar por saco el palitroque – Blair Witch.
-La piedra de pelo – Are We Not Cats.


Los mejores personajes:

-La chica del pelo rojo – Tower.
-El cadáver multiusos – Swiss Army Man.
-La asesina preñada – Prevenge.
-La niña que no debía oler la carne humana – Melanie, the Girl with All the Gifts.
-El niño invisible – Mon ange.
-Las sirenas que querían ser estrellas de la música – The Lure.
-La veterinaria caníbal – Grave (Crudo).
-Jimmy y Jimmy y Jimmy y Jimmy… - Hardcore Henry.
-El samurái tranquilo y achacoso – Mr. Six.
-La niña que quería ser madre con cuchillos y cadenas – The Eyes of my Mother.
-La serpiente de cascabel – Comanchería.
-El marshall racista de boquilla – Comanchería.
-El niño que soñaba con monstruos – Somnia. Dentro de tus sueños.
-La chica del cometa – Your Name.
-Las vampiras de la belleza – The Neon Demon.
-La bruja en busca del amor – The Love Witch.
-El psicópata de toda la vida – Colossal.
-La mujer enjaulada – Pet.
-Los niños perdidos – Alipato: The Very Brief Life of an Ember.
-Brian De PalmaDe Palma.





ACTORES Y ACTRICES


Uno puede pensar que el cine de género no es el lugar adecuado para el lucimiento de los actores. Sería erróneo, y esta edición lo ha demostrado. Hay mucho material para que un intérprete se luzca si escoge la película adecuada, mucha variedad de personajes y estilos narrativos que pueden dar lugar a resultados muy distintos, mucha cancha para que los actores y actrices aporten su granito de arena (en forma de emoción, carisma, fuerza, fragilidad o sentido del humor, entre muchas otras cosas) al conjunto del film. Puede que no sean biopics de personas reales, o que no aborden una discapacidad o una enfermedad terminal, o que Daniel Day-Lewis no se haya pasado nunca por Sitges, pero eso no los convierte en trabajos menores.

Este ha sido el año de las actrices jóvenes, pero han sido dos las que han destacado sobre todas ellas. Por un lado, la francesa Garance Marillier, que consigue explotar al máximo en Grave (Crudo) un arco argumental que la lleva del puritanismo y la timidez hasta la rabia sexual, homicida, caníbal, vengativa y autodestructiva, pasando por un proceso de autodescubrimiento físico y emocional que pasa por episodios de rechazo, abandono místico y remordimientos morales, entre otros. Por otro, la galardonada Sennia Nanua, cuyo carisma natural hace que parezca sencillo el papel de niña que no ha visto otro mundo que una cárcel y que debe combatir sus instintos físicos para no destruir todo aquello que ama en Melanie, the Girl with All the Gifts. Su alegría perenne es tan enternecedora como finalmente perturbadora, cuando alcanza su madurez a través del sacrificio, la sangre y la comprensión de su naturaleza.

También hay que postrarse ante el dúo de actrices de La Doncella. Min-hee Kim es una bomba de relojería cuya frialdad esconde una pasión y una habilidad manipulativa fascinantes; Kim Tae-ri supone el contraste perfecto para esa figura, con su criada vivaracha, inmadura y emocional. Y otra que se come la pantalla es Alice Lowe en Prevenge, cuya psicópata embarazada lo mismo te rebana el pescuezo o te clava una figurilla en el ojo que te friega los platos o te da consejos para reducir la ansiedad, porque su inestabilidad mental se contrarresta con un carácter tan doméstico y humilde que la hace afectuosa y cercana.

Mención especial también merecen los repartos femeninos al completo de The Lure (tanto Marta Mazurek y Michalina Olszanska, dos sirenas de personalidades y estilos de seducción opuestos, como la decadencia materna de Kinga Preis), Mon ange (donde Hannah Boudreau, Maya Dory y Fleur Geffrier interpretan con encanto y calidez el mismo personaje y, al igual que la siempre eficaz y sensible Elina Löwensohn, deben enfrentarse a una figura invisible) y The Eyes of my Mother (desde la fragilidad psicopática de Diana Agostini como la madre hasta los contrastes de Kika Magalhaes como la hija, cuya mirada de inocencia y simplicidad hacen más perturbador su carácter obsesivo, necrófilo y homicida, una ruptura psicológica solo apuntada pero también presente en su versión infantil de la mano de Olivia Bond).


Y hay más: la solidez incombustible de Glenn Close en Melanie, the Girl with All the Gifts; el encanto natural no exento de autoparodia del exceso de Anne Hathaway en Colossal; el poderío individualista de Lucy Walters en Here Alone; la dualidad entre niña ilusionada y diosa fría e impasible de Elle Fanning en The Neon Demon; el proceso de caída destructiva y resurrección icónica de Abbey Lee en el film de Nicolas Winding Refn; la efectividad adrenalínica de Noomi Rapace en Rupture; la determinación oscura y sacrificada de Catherine Walker en A Dark Song; o los pocos pero bien empleados minutos de Dale Dickey (deslenguada, irascible), Katy Mixon (cálida y comprensiva en una escena, reivindicativa y desafiante en otra) o Margaret Bowman (flemática y tronchante) en Comanchería, son otras de las actuaciones más destacadas de esta edición tan femenina.

Por su parte, para hablar de los mejores actores masculinos hay que centrarse sobre todo en dos películas: Swiss Army Man y Comanchería. La primera es un recital de Paul Dano y Daniel Radcliffe, con una química entre ellos absoluta. El primero muestra su vulnerabilidad y necesidad de afecto de forma sensible y a veces alocada; el segundo consiguen sacar lágrimas (de risa y tristeza) de un personaje que debe mostrar su inocencia juvenil y transmitir emociones desatadas que no sabe controlar (amor, afecto, traición, diversión, libertad) sin apenas poder variar su expresión de cadáver putrefacto, añadiendo además todas las variadas trastadas a las que somete a su cuerpo.

La segunda tiene a Jeff Bridges al nivel monstruo de la interpretación; a Ben Foster con un papel muy similar a los que suele hacer, pero que perfecciona al máximo eliminando la sobreactuación sin sacrificar la tensión y la rabia, y dotándole de cantidad de matices íntimos y de una ternura fraternal que le complementan perfectamente con su hermano en la ficción; y a Chris Pine logrando finalmente dejar atrás su perfil de eterna promesa, con una interpretación dura y rugosa, a medio camino entre sus dos compañeros. Aparte de este trío y del sólido Gil Birmingham, el film tiene un plantel de secundarios y extras episódicos al nivel de cualquier film de los Coen o de Robert Altman. Memorables.

Aparte de ellos, cabe destacar la versatilidad humorística de Sharlto Copley en Hardcore Henry; la presencia decadente pero poderosa, capaz de infundir respeto con una mirada, de Xiaogang Feng en Mr. Six; la equívoca oscuridad de Jérémie Elkaïm y el miedo de raíces emocionales de Théo Van de Voorde en Dans la forêt; la perfecta dupla ambigua de bondad vs maldad de Tye Sheridan y Emory Cohen en Detour; la devoción tranquila e interiorizada de Joel Edgerton en Midnight Special; la contención y carisma de Nicolas Cage en Dog Eat Dog; o la capacidad para mantener el equilibrio entre hombre común y sociópata de barra de bar de Jason Sudeikis en Colossal.




Eso es todo por ahora, pero para este fin de semana preparo otro artículo más analítico y sesudo en el que analizo los temas y discursos que han vertebrado la programación de esta edición. Inicialmente iba a ser parte del mismo, pero como siempre, se me ha ido la mano escribiendo. Espero que sirva para que lo disfrutéis igual que yo disfruto componiéndolo y ordenando ideas.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 2318 veces


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Comentarios (1)

01:18 - 29/10/2016

CoyoteWB

Gracias una vez más Damned por este análisis tan completo. No soy yo un gran aficionado a lo que se suele ver por Sitges, aunque si le tengo muchas ganas a Comancheria


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