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Los 10 personajes ficticios más sobreutilizados

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José Hernández, 02/06/2012

"¿Otra película de Blancanieves? ¿Pero no pusieron una hace un par de meses? ¡Qué pesados!" Este es el pensamiento más habitual de los cinéfilos esta semana, con el estreno de Blancanieves y la Leyenda del Cazador, la segunda versión del famoso cuento que se llega en 2012 tras Blancanieves (Mirror, Mirror). Pese a que apenas podréis nombrar más de tres o cuatro películas sobre el personaje, da la sensación de que hubiese aparecido en unas 117 obras. Pues bien, este no es un número elegido al azar o una exageración por efectos humorísticos. Es el número real aproximado de versiones que se han hecho del cuento en la gran y pequeña pantalla, tal y como hemos averiguado en el proceso de elaborar el TOP10 DE CINEOL de esta semana.

La siguiente lista se ha elaborado utilizando solo personajes procedentes de medios publicados, sea novela, cuento, obra de teatro, cómic o relato corto. Nada de personajes históricos (como Napoleón) ni de leyendas populares (como Robin Hood) si no han surgido de la pluma de un autor o han alcanzado su mayor popularidad a través de una versión ficticia concreta. Se han intentado incluir solamente las obras en las que el personaje en cuestión (y/o los imprescindibles en su historia) sean utilizados en algo más que un cameo, o las cintas en las que el argumento original se siga más o menos con fidelidad, aunque se hayan alterado algunos nombres y situaciones. Se incluyen películas, cortometrajes, telefilmes, series, cintas directas al mercado doméstico e incluso episodios televisivos, pero se quedan fuera documentales y programas televisivos de sketches. Tomando todos estos criterios y buceando extensivamente en IMDb, hemos obtenido un número de obras en las que los personajes han aparecido. Sin embargo, dado que hasta esta base de datos es incompleta y que muchas cintas tienen poca información o en otro idioma, tomad la cifra como un número aproximado. En cualquier caso, si es incorrecto, seguramente lo sea a la baja, porque estos personajes ni siquiera necesitan presentación.
Menciones especiales:
- Superman: El superhéroe creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1932 ha sido objeto de 105 adaptaciones, la primera de ellas en 1941. Como aquella versión de Dave Fleischer, la mayoría han sido en formato corto y animado, aunque últimamente proliferan sobre todo los fanmade. Pese a todo, el más famoso Superman sigue siendo el Christopher Reeve de 1978.
- Ebenezer Scrooge: El Cuento de Navidad de Charles Dickens ha sido adaptado en muy diversas formas hasta en 107 ocasiones, y el gruñón y avaro de Scrooge ha sido interpretado por actores tan distintos como George C. Scott, Albert Finney, Michael Caine, Alastair Sim, Mr. Magoo y Yosemite Sam. Su primera versión data de 1901, y de ella se conserva un fragmento.
- Don Quijote: El ingenioso hidalgo de La Mancha ha traspasado las fronteras españolas y ha tenido 109 versiones distintas en países tan sorprendentes como Rusia, Israel, Japón, Checoslovaquia o China. Sin embargo, la universalidad del personaje de Miguel de Cervantes no ha hecho que cualquiera de estos Quijotes sea más recordado que el Fernando Rey de la miniserie que realizó TVE hace ahora 21 años.

10. DR. JEKYLL Y MR. HYDE
Nº de obras: 112.
Primera aparición: Dr. Jekyll and Mr. Hyde, cortometraje de 12 minutos realizado en 1908 (22 años después de la publicación de la novela de Robert Louis Stevenson). El primer Jekyll fue el actor Hobart Bosworth. A día de hoy, todas las copias del filme se han perdido.
Última aparición: Es el antagonista del doctor Frankenstein en una serie cómica de Adult Swim llamada Mary Shelley's Frankenhole. Que está hecha con marionetas, porque ya no quedan nuevas formas de rodar la misma historia.
Encarnación más icónica: Las versiones de la historia que más se han quedado en el imaginario colectivo son las de John Barrymore (1920), Spencer Tracy (1941) y, sobre todo, Fredric March (1931), que se llevó un Oscar por su interpretación. Las transformaciones y los maquillajes creados para estas películas han sido ejemplo para casi todas las adaptaciones realizadas con posterioridad. Aunque si de popularidad estamos hablando, hoy en día se recuerda principalmente su más famosa versión apócrifa (es decir, que no es una adaptación oficial aunque sea obviamente una versión de la historia): El Profesor Chiflado, tanto la comedia de Jerry Lewis como el remake de Eddie Murphy.
Momento más vergonzoso: Demostrando que la parodia y las tetas son los caminos más fáciles cuando todos se han explorado ya, en los últimos 30 años han proliferado las versiones de alto contenido sexual (ejemplo, El Dr. Jekyll y las Mujeres) y aquellas en las que Hyde es una mujer (ejemplo, El Doctor Jekyll y su Hermana Hyde), en una reinterpretación en absoluto misógina del relato de Stevenson. No hay más que ver lo 'bien' que salió ese engendro titulado Dr. Jekyll y Mrs. Hyde, que encima no es la más cutre de estas versiones.
Dato curioso: En casi todas las versiones del libro, el experimento y transformación de Jekyll en Hyde y viceversa es el quid de la trama, siguiendo al personaje como protagonista e incluso haciendo que lo interprete el mismo actor. Sin embargo, en la novela original la historia estaba contada desde el punto de vista de un amigo de Jekyll, y la identidad de Hyde era el misterio a resolver durante todo el libro, hasta que en el giro final se descubría que era el propio doctor. La popularidad de la fuente escrita hizo que esta sorpresa, que dejó a miles de lectores con el culo torcido, no fuese trasladable a las versiones rodadas.

9. MACBETH
Nº de obras: 119.
Primera aparición: En IMDb aparece una versión de 1898, una época en la que el cine estaba tan en pañales que lo que se rodaba duraba como mucho un par de minutos y solían ser escenas cotidianas y sin argumento. Dado que el actor que hace del rey escocés es un intérprete de larga trayectoria teatral llamado Johnston Forbes-Robertson, es muy posible que se trate de una grabación de una de sus representaciones.
Última aparición: Algo llamado Daniel Coll, que al parecer es un director australiano, ha estrenado este año en DVD una versión titulada The Tragedy of Macbeth, que tiene una pinta de amateur que tira p'atrás.
Encarnación más icónica: La versión más conocida y respetada de la historia, aunque muchos ni siquiera sepan que se trata de una adaptación, es Trono de Sangre, de Akira Kurosawa, en donde Toshiro Mifune interpreta a un Macbeth reformulado para encajar en el Japón medieval. Pero hay otras versiones más 'directas' del material original que también han pasado a la historia, como el Macbeth dirigido y protagonizado por Orson Welles, o la adaptación de Roman Polanski con Jon Finch a la cabeza.
Momento más vergonzoso: Aunque Macbeth: The Comedy puede presentar cierta competición por este título (al fin y al cabo, sus creadores creen que esta definición resulta motivante para el espectador: "junta a dos lesbianas hambrientas de poder, un rey tonto, un secuaz caribeño, tres brujos mariquitas y un puñado de perdedores y, ¿qué tienes? ¡Macbeth, por supuesto!"), la palma del absurdo se la lleva Macbeth 3000: This Time, It's Personal. Con agentes secretos, pistolas, explosiones, sables láser y un presupuesto que hasta Carpanta se podría permitir.
Dato curioso: El rey Macbeth de Escocia existió históricamente, aunque la versión escrita por William Shakespeare no se parece gran cosa a su vida. En realidad, fue un rey noble que luchó por su pueblo y llegó al trono a raíz de una guerra sucesoria. Toda la conspiración y las premoniciones y la maldad de Lady Macbeth y los remordimientos (o sea, todo lo que hace memorable la obra del bardo) fueron licencias artísticas.

8. ROMEO Y JULIETA
Nº de obras: 133.
Primera aparición: Romeo and Juliet, una versión francesa dirigida en 1900 por el fotógrafo Clément Maurice de la que hoy en día no se conserva ninguna copia.
Última aparición: Hasta que dentro de unos meses se estrene la versión dirigida por Carlo Carlei y protagonizada por Douglas Booth y Hailee Steinfeld (y en la que también intervienen actores como Stellan Skarsgård o Paul Giamatti), la última adaptación de la obra de Shakespeare es la homosexual Private Romeo, en la que la acción se traslada a un campamento militar y los personajes son todos masculinos.
Encarnación más icónica: Depende de la generación. Los niños pequeños conocen la historia por Gnomeo y Julieta, sus hermanos mayores recién independizados o sus padres jóvenes se acuerdan sobre todo del extenso videoclip de Baz Luhrmann, y para los hijos de la era de Acuario solo existe la versión de Franco Zeffirelli.
Momento más vergonzoso: Aunque la infantil Fofita y la jetliana Romeo Debe Morir son duras competidoras, el premio se lo disputan la Troma, con su delirante, grotesca e indescriptible Tromeo y Julieta; y la comedia amateur Romeo & Juliet vs The Living Dead, donde ella es una noble Capuleto y él es un zombie hambriento de cerebros.
Dato curioso: La primera versión de la historia fue una de las primeras películas 'sonoras' que se realizaron. Sí, sí, en el año 1900. La técnica, llamada Photo-Cinema-Theatre, consistía en que los actores grabasen en un disco su actuación vocal, y luego rodasen las imágenes moviendo los labios de acuerdo a este sonido. Posteriormente, ambas grabaciones se exhibían sincronizadas (de forma más o menos aproximada) en los cines. Se rodaron unas 25 películas con esta técnica antes de que se perdiese en el olvido, hasta ser redescubierta varias décadas más tarde. Para entonces, casi todos los filmes rodados se habían perdido ya irremisiblemente.

7. D'ARTAGNAN Y LOS TRES MOSQUETEROS
Nº de obras: 142.
Primera aparición: La primera vez que se rodó algo de la novela de Alejandro Dumas padre fue en 1898. Fencing Contest from The Three Musketeers era solamente un trozo de la obra de teatro rodado por el cinematógrafo, pero a día de hoy poco más se sabe de este filme inglés perdido, ni siquiera el nombre del director. Las siguientes adaptaciones, de las que tampoco se conoce mucho más que su existencia histórica, fueron en Francia (1903) e Italia (1909).
Última aparición: En esta ocasión no hay que irse a los barrios marginales del cine para encontrar la adaptación más reciente, ya que se trata de la desatinada película que realizó Paul W.S. Anderson el año pasado, y que fue un fracaso de taquilla en todo el mundo, en parte por lo gastado de la historia, en parte porque era completamente ridícula.
Encarnación más icónica: Entre los cinéfilos más clásicos hay dos escuelas de pensamiento: están los que adoran la versión inocente, saltarina y colorista de Gene Kelly, y los que defienden la adaptación más realista y seria de Michael York, que dio lugar a varias secuelas. Sin embargo, para la 'generación Goonie' no hay mosquetero (perdón, mosqueperro) más valiente que el pequeño D'Artacán y su nariz que se encendía como una bombilla. También alguno recuerda con cariño la versión Disney con Chris O'Donnell, cuando parecía que el actor iba a ser una estrella. ¡Qué tiempos más ingenuos aquellos!
Momento más vergonzoso: A Portos, Atos, Aramis y D'Artagnan los hemos visto reformulados como película del oeste, wuxia oriental y mil géneros más, los hemos visto combatir codo con codo con el Zorro y con un perro, y los hemos visto protagonizar momentos eróticos totalmente injustificados. Pero nada es peor para el legado de Dumas que ver cómo Barbie y sus amigas destrozan las infancias de las niñas con su saturación de colores y sonrisas, capaz de provocar ataques epilépticos.
Dato curioso: D'Artagnan existió de verdad. Su verdadero nombre era Charles Ogier de Batz de Castelmore, y su trayectoria como mosquetero de Luis XIV fue premiada siendo nombrado conde de Artagnan. Las tres novelas escritas por Dumas poco se parecen a la vida del personaje real, ya que se basó en una biografía casi inventada escrita por Gatien de Courtilz de Sandras. Dumas lo sabía, pero le daba igual, porque a él lo que le interesaba era escribir novelas de aventuras, no ser historiador. Y el mundo de la literatura se lo agradece.

6. CAPERUCITA ROJA
Nº de obras: 170.
Primera aparición: Le Petit Chaperon Rouge, dirigida en 1901 por el genial Georges Méliès, y a juzgar por la descripción del filme que aparece en IMDb, tuvo que ser en su época una de las mayores producciones de la factoría del autor francés.
Última aparición: Es uno de los personajes recurrentes de la serie de la ABC Érase una Vez, aunque su historia combina elementos familiares del cuento de Perrault y los Grimm con otros totalmente distintos para encajarlo en el universo particular del programa.
Encarnación más icónica: Las últimas películas con cierta fama sobre el personaje, Caperucita Roja y Hoodwinked, han dejado bastante que desear, así que habría que retroceder hasta la versión licántropa que rodó Neil Jordan en los 80, En Compañía de Lobos, que se inspira muy libremente en el cuento. O eso, o habría que alejarse aún más de la obra clásica y atender a otras reformulaciones más modernas y apócrifas, tales como Freeway (Sin Salida) y Hard Candy, en ambos casos centradas en el componente sexual y perverso del relato original para mostrarlo en el mundo real y actual.
Momento más vergonzoso: Llega un punto en todo intento por llevar más allá los componentes más oscuros de un relato en el que las películas acaban pasándose de la raya gracias a un director sensacionalista y con talento de cochiquera, entrando así en el terreno de lo grotesco y lo estúpido. Molina's Ferozz es esa película.
Dato curioso: Aunque la versión 'original' del cuento es obra del francés Charles Perrault, que concretó en un relato escrito los cientos de versiones folclóricas distintas que pululaban por toda Europa, la que ha llegado con más fuerza a nuestros días es la de los hermanos Grimm. En el cuento de Perrault, Caperucita va a casa de su abuela y se encuentra al lobo, que le sonsaca información sobre la casa, llega allí más rápido que ella, se come a la abuela y se hace pasar por ella, y cuando llega Caperucita se la come también. Y ahí se acaba la historia, porque la niña cometió el error de hablar con extraños, que se joda. Los Grimm pensaron que esto era muy cruel y erótica, así que la suavizaron y se inventaron la parte del heroico rescate del cazador y la muerte del lobo, que por otro lado plagiaron de su propio relato El Lobo y las Siete Cabritillas.

5. FRANKENSTEIN Y SU MONSTRUO
Nº de obras: 174.
Primera aparición: La primera versión del monstruo se encuentra en el Frankenstein dirigido en 1910 por J. Searle Dawley, y que se puede ver en Youtube. Fue realizado por los estudios de Thomas Edison, y la criatura se parece bien poco a las encarnaciones más populares, y bastante más a engendros deformes como el Vengador Tóxico y compañía.
Última aparición: Dentro de poco veremos varios proyectos basados o inspirados en este relato, o que simplemente utilizan al famoso monstruo: las animadas Frankenweenie, de Tim Burton, y Hotel Transylvania, de Genndy Tartakovsky; The Lords of Salem, de Rob Zombie; y una de esas películas baratas para el mercado doméstico llamada Frankenstein's Patchwork Monster. Pero hasta entonces, la última cinta estrenada ha sido Frankenstein: Day of the Beast. Que también es de esas cutronas rodadas en digital porque ahora cualquiera puede rodar una película y venderla por Internet.
Encarnación más icónica: Pocas veces se ha dado un caso tan rematadamente claro. El Doctor Frankenstein, rodada en 1931 por James Whale y protagonizada por Boris Karloff en uno de sus habituales personajes creados a partir de toneladas de maquillaje, consiguió cimentar para siempre la imagen que todos tenemos del monstruo como un tipo enorme, vestido de negro, con la cabeza cuadrada y tornillos en el cuello. Y medio zombie. Y todo eso hay que agradecérselo a la película, porque el personaje literario no se parece en nada a esa descripción, y sí mucho más al Frankenstein de Mary Shelley dirigido por Kenneth Branagh.
Momento más vergonzoso: Aquí, en cambio, hay una gran variedad para elegir. Los japoneses, fieles a su estilo, hicieron del monstruo un gigante que combate con dinosaurios en Frankenstein Conquers the World; los italianos, obsesos sexuales como son ellos, lo convirtieron en un pichabrava de enorme miembro en la erótica Casanova Frankenstein; nada que no hubiesen hecho ya los americanos en Kiss Me Quick!, que reunía alienígenas, criaturas clásicas del cine de terror y, sobre todo, chicas en bikini desnudándose; menos bikinis y muchos más alienígenas había en la rematadamente cutre Frankenstein Meets the Space Monster, serie Z de las que te dejan sin amigos si la pones en una fiesta; y si aumentamos el nivel de gore, música y estupidez, nos encontramos con Rock 'n' Roll Frankenstein. Aunque quizás nada sea tan terrible como mezclar al monstruo con Alvin y las Ardillas
Dato curioso: Aunque se suele identificar a Frankenstein con la criatura, en realidad esta no tiene nombre, y debería ser llamada simplemente 'monstruo de Frankenstein'. La novela se llama así por el protagonista, el doctor Victor Frankenstein, que es llamado en su subtítulo 'el moderno Prometeo' por ser su historia una especie de reinterpretación de este mito (si el héroe griego fue castigado por robar el fuego a los dioses y dárselo a los humanos, el estudiante de medicina de la novela es perseguido por la criatura que ha creado con sus artes científicas novedosas). Sin embargo, tanto el pueblo llano como los aficionados e incluso los propios cineastas cometen el error de atribuirle al monstruo el nombre de su creador. Hasta en el caso más famoso: la secuela de la película realizada por los estudios Universal se llama La Novia de Frankenstein, cuando en realidad es la novia del monstruo, no del doctor. Y ese error continúa a lo largo de toda la saga por la popularización de esta forma de llamarlo.

4. CENICIENTA
Nº de obras: 199.
Primera aparición: Cinderella and the Fairy Godmother, producción inglesa de 1898 con la que George Albert Smith no solo filmó la primera versión de esta historia, sino el primer cuento infantil que jamás se rodó para la gran pantalla. Un año después, Georges Méliès pondría su granito de arena con Cendrillon, que a veces ha sido incorrectamente atribuida con estos méritos, pero que a diferencia del filme británico, puede verse en Youtube (aunque la copia que se conserva es de pobre calidad y está algo incompleta).
Última aparición: Aparte de un par de proyectos que no han empezado aún a rodarse (el más avanzado es Cinderella and the House of Plagues, que atendiendo a su productora, parece familiar cercano de las películas de Asylum), la última versión del cuento de Perrault ha sido Z'olushka, una comedia rusa que sitúa la acción en un presente muy kitsch.
Encarnación más icónica: Aunque Drew Barrymore obtuvo bastante popularidad a finales de los 90 con Por Siempre Jamás, una versión más juvenil de la historia, Disney puso el listón demasiado alto con su Cenicienta de 1950. Tanto es así que casi todas las versiones del cuento que han venido tras ella parecen inspirarse más en este filme que en el cuento original.
Momento más vergonzoso: Hacer versiones de la historia con pingüinos o con caballos entra dentro de lo entendible, ya que estamos hablando de historias para los niños. Menos justificable es lo de Sinderella and the Golden Bra, que como su título indica no pierde precisamente un zapato de cristal, sino lencería gruesa para abueletes verdes; pero al menos aún conserva algo de ingenuidad, porque lo que es Cinderella 2000, versión futurista, musical y marrana del cuento para mentes salidas setenteras, no tiene mucha explicación. Aunque ambas películas, por muy mala combinación que tengan entre cochinadas y público infantil, parecen estar realizadas por seres humanos. No como Abadeha Neo-Ethnic Rock Cinderella, que viene a ser la adaptación hawaiana del relato con momentos musicales de los que dan mal nombre al término canción, peleas de capoeira para inválidos, gallinas como mascotas y un aspecto de Power Point que ya quisieran para sí la mitad de los correos en cadena.
Dato curioso: El cuento ha originado dos términos sociológicos distintos, cada uno centrado en un aspecto distinto del relato. Por un lado está el Síndrome de Cenicienta, según el cual los padrastros y madrastras tienen más probabilidades, según los datos obtenidos en varios estudios, de maltratar, ignorar o abusar de los niños que no son suyos que sus padres biológicos. Por otro está el Complejo de Cenicienta, que se refiere a cómo determinadas mujeres parecen buscar siempre relaciones con un alto grado de dependencia, en las que sean tratadas como sirvientes o incluso esclavas sin capacidad de decisión.

3. HAMLET
Nº de obras: 201, por si echabais de menos a Shakespeare en la lista.
Primera aparición: Le Duel d'Hamlet, otra de las películas 'sonoras' dirigidas por Clément Maurice en 1900. No es una adaptación de toda la obra, cosa imposible durando solo 2 minutos, sino que es un trozo de la misma, en concreto el duelo final entre Hamlet y Laertes. Aunque sin el sonido pregrabado en su época, se puede encontrar en Youtube.
Última aparición: Hasta que llegue al mercado doméstico Hamlet A.D.D., versión en ciencia ficción barata de la historia, la última película es una adaptación moderna y bastante ramplona escrita, dirigida y protagonizada por un tal Bruce Ramsay, conocido por exactamente las mismas personas que pusieron dinero para su filme.
Encarnación más icónica: Por mucho que nos pese dejar de lado a Mel Gibson y a Simba, el papel del príncipe danés tiene dos rostros ineludibles. El clásico es el de Laurence Olivier, intérprete shakespeariano por excelencia, que en 1948 se alzó con los Oscar a mejor película y mejor actor por la versión más completa del personaje hasta la fecha. Sin embargo, su labor palidece con la versión realizada en 1996 por su 'heredero', Kenneth Branagh, una cinta épica y mastodóntica que se antoja la definitiva por calidad y envergadura.
Momento más vergonzoso: Es imposible elegir entre qué es más bochornoso, si Kadin Hamlet (literalmente, Mujer Hamlet), versión turca y femenina de la historia que une al famoso cutrerío hiperextremo que define al cine de este país un aire de delirio pop que confirma que los 60 no llegaron a Turquía hasta 1976; o Hamlet, the Vampire Slayer, una basura descomunal rodada con el presupuesto de medio chicle por un puñado de aficionados sin talento que, además, pretende parodiar de paso la serie Buffy haciendo que el protagonista sea un aspirante a cheerleader y combatiendo vampiros.
Dato curioso: Como seguramente ya habréis imaginado, William Shakespeare es de largo el autor más adaptado en la historia del cine. En IMDb se reflejan 890 créditos del bardo, Slate afirma que son 831, pero tras el análisis concienzudo que ha requerido este artículo, es más que posible que solo con la información recogida en la base de datos por excelencia y que no está correctamente enlazada se pueda alcanzar la mágica cifra de 1.000 adaptaciones. Lo cual triplica al segundo autor más adaptado, Anton Chekhov, con unas 320 obras inspiradas en sus libros.

2. SHERLOCK HOLMES
Nº de obras: 242.
Primera aparición: Sherlock Holmes Baffled, realizada en 1900 por Arthur Marvin en un sistema llamado Mutoscopio, que a diferencia del cinematógrafo no mostraba las películas en una pantalla, sino que era un aparato donde la gente veía el filme individualmente. El corto, de apenas un minuto, utiliza el nombre de Sherlock como podría haber empleado el de Roosevelt, porque el argumento no tiene nada que ver con el personaje: es solo un tipo al que le roba un ladrón que aparece y desaparece, una mera muestra de los trucos visuales de la época. Para la primera adaptación del Sherlock literario hay que irse a 1905 y a Adventures of Sherlock Holmes, de J. Stuart Blackton, que se basaba en la novela El Signo de los Cuatro. La cinta, que se supone perdida, convirtió al actor Maurice Costello en el primer Holmes oficial del cine.
Última aparición: Dentro de unos meses veremos a Gary Piquer poniéndose en la piel del detective de Arthur Conan Doyle en Holmes. Madrid Suite 1890, la última película de José Luis Garci. Pero mientras esta versión cañí no llegue, el Sherlock más reciente es el encarnado por Benedict Cumberbatch en la serie de la BBC, que lleva al detective al mundo contemporáneo, una idea que en absoluto ha copiado la CBS para Elementary, adaptación del personaje con el rostro de Jonny Lee Miller que veremos la próxima temporada. Y con Lucy Liu de Watson, por si pensabais defenderla.
Encarnación más icónica: Cada uno tiene su Holmes favorito, porque los actores que lo han encarnado son muchos (hasta 75, según afirma el Guinnes de los Récords) y normalmente lo hacen durante bastante tiempo. Sin embargo, el que encarna la imagen del Sherlock clásico que todos tenemos en mente, con su vestimenta, su gorra y su pipa, es Basil Rathbone, que entre 1939 y 1946 dio vida a este papel en 14 ocasiones. Otros Sherlock famosos han sido Peter Cushing (dos películas y una serie), Robert Downey Jr. (por ahora dos películas), Jeremy Brett (cuatro series y dos telefilmes) y John Barrymore (una película), aunque no son los que más veces han encarnado al detective: para eso hay que irse a la época muda, a actores como George Tréville (8) y sobre todo Eille Norwood, quien interpretó a Holmes en 45 cortos y dos largos. Eso sí, para los treintañeros de hoy en día es difícil olvidarse del Sherlock Holmes de Miyazaki o de El Secreto de la Pirámide.
Momento más vergonzoso: Ah, The Asylum, qué poco caso os hemos hecho en este artículo y cuánto os lo merecéis por vuestras adaptaciones de baratillo y plagios oportunistas directos al mercado de los despistados e ignorantes. En 2010, y en absoluto para aprovechar el éxito de la película de Guy Ritchie, sacaron su propio Sherlock Holmes, en donde el detective tenía que luchar contra robots, dragones, dinosaurios y otras criaturas de la ciencia ficción de serie B, solo que un poco más lejos en el abecedario, a juzgar por el resultado. También es cierto que no son los únicos en querer aprovechar el tirón del personaje para algo vergonzoso. Ahí está la saga de dibujos animados para niños cristianos renacidos Veggietales, que en Sheerluck Holmes and the Golden Ruler convirtieron a Sherlock en un pepino y a Watson en un tomate. Porque son vegetales. Para los niños. Y con mensaje cristiano.
Dato curioso: A diferencia de la mayoría de los componentes de esta lista, Sherlock se beneficia del hecho de que su personaje aparece en 60 obras literarias (4 novelas y 56 relatos cortos), con lo que la variedad de fuentes para adaptar es mucho más amplia. Quizá por ello, también es el personaje que más series de televisión y sagas cinematográficas ha generado de todos los de la lista con diferencia. Pese a ello, hay que decir que el relato más adaptado de los escritos por Conan Doyle está bastante claro: El Perro de los Baskerville, que ha sido llevado a la pantalla cerca de 30 veces.

1. DRÁCULA
Nº de obras: 280.
Primera aparición: Pese a ser el personaje más prolífico de la historia, el vampiro creado por Bram Stoker en 1897 es con diferencia el más tardío en aparecer en el cine de toda esta lista. Las fuentes varían, pero al parecer la primera adaptación pudo ser Drakula Halála, cinta húngara que no sigue la trama de la novela. En su lugar, el argumento presenta a una mujer que empieza a tener visiones muy reales del Conde Drácula tras visitar un manicomio en el que uno de los pacientes afirma ser dicho vampiro. En IMDb aparece listado el año 1923, pero según la Wikipedia, los últimos estudios sobre el filme, ahora perdido, lo sitúan en 1921. También hay informaciones no confirmadas de una adaptación rusa realizada en 1920, pero no hay pruebas sólidas sobre su existencia. Sean estos datos ciertos o no, la primera adaptación en formato largo que se rodó fue Nosferatu, una Sinfonía del Terror (1922), que es a la que popularmente se atribuye este título.
Última aparición: En espera de estreno están Hotel Transylvania y Dracula 3D, de Dario Argento, y en preproducción se encuentran The Last Voyage of the Demeter, de Neil Marshall, y dos de esas producciones baratas para DVD: Dracula’s War y The Slacks of Dracula. Eso significa que el vampiro más famoso del mundo ha aparecido por última vez en un cortometraje tan absurdo que debería ir dos apartados más abajo, titulado Crazy Dracula Spring Break Weekend. Tal cual.
Encarnación más icónica: Hay cuatro actores que han definido en distintas épocas la figura del vampiro transilvano y, por extensión, la de todo el género de los chupasangres. El primero fue Max Schreck en la citada Nosferatu, convertido en icono del cine mudo. En 1931 llegó el elegante Bela Lugosi, con su pelo engominado y acento cerrado de los Cárpatos, para definir al vampiro seductor y peligroso de la Universal. En 1958, la Hammer inglesa tomó el testigo y convirtió a Christopher Lee en la versión más cruel, sanguinaria y animal del personaje. Y finalmente, en 1992, Coppola le pasó el filtro romántico a la novela de Stoker sin olvidarse de la sangre, con Gary Oldman como camaleónico cómplice. Aparte de ellos, sería injusto olvidarse de Klaus Kinski en el remake de Nosferatu dirigido por Werner Herzog; del hilarante Drácula Negro interpretado por William Marshall en 1972, época gloriosa del exploitation; y sobre todo del más original y alternativo, Wei-Qiang Zhang, un vampiro de rostro asiático en Dracula: Pages from a Virgin's Diary, versión muda, en blanco y negro y en ballet clásico del personaje que triunfó en el Festival de Sitges hace una década.
Momento más vergonzoso: Si algo debería de haber quedado claro con Frankenstein es que los iconos del cine de terror son los ideales para protagonizar las más bochornosas barbaridades fílmicas de serie Z. Y Drácula es el que más, hasta el punto de que es difícil decidirse entre qué es peor. ¿La ridiculez de algunas utilizaciones infantiles del personaje, como Buenas Noches, Señor Monstruo? ¿Las parodias rematadamente imbéciles, como Drácula, un Muerto Muy Contento y Feliz, Aquí Huele a Muerto... (¡Pues Yo no he Sido!) o la indescriptible Brácula: Condemor II? ¿Sus enfrentamientos con Batman (por dos veces), Billy el Niño y Bonnie y Clyde? ¿Sus dos luchas contra el luchador enmascarado mexicano Santo, o su disputa con el grupo (presuntamente) musical español Killer Barbys? ¿Su paseo por el espacio en Dracula 3000, o por la Luna en Dracula vs the Ninja on the Moon, cuya mera existencia es inexplicable? ¿Su viaje a la lejana China en Kung Fu Contra los Siete Vampiros de Oro? ¿O la vez que su esposa se volvió negra en Vampira? Quizá todo eso sea soportable para el personaje. Lo que no puede serlo es ver a José Sancho hacer el ridículo con unos colmillos postizos del chino y pegando patadas en Kibris, la Ley del Equilibrio, película de culto para todo aficionado al cine casposo que hoy en día no se puede conseguir de ninguna forma porque se la ha tragado el agujero negro de su propia basura. Así de mala era.
Dato curioso: Aparte de ser posiblemente la primera adaptación de la novela, Nosferatu es totalmente ilegal. F.W. Murnau no consiguió los derechos para emplear el argumento del libro, pero le dio igual: cambió el nombre de los personajes y algunas cosas de la trama (por ejemplo, fue él quien se inventó que los vampiros mueren al darles la luz del día) en un intento de que no se diesen cuenta de su apropiación indebida. No le salió la jugada. La familia de Stoker le denunció y ganó el pleito, y el estudio alemán que rodó el filme fue condenado a destruir todas las copias de esta obra maestra del expresionismo. Afortunadamente, no todas las copias siguieron dicha suerte, y aunque durante años se creyó que el filme había sido perdido, la tragedia pudo evitarse gracias a muchos coleccionistas y cinéfilos que guardaron copias en sus sótanos, para que luego digan que el pirateo va a acabar con la cultura. Desgastadas muchas de ellas por el tiempo y la falta de conservación, se cree que a la versión restaurada todavía le faltan bastantes minutos que pueden haberse perdido para siempre.
Por supuesto, se han quedado fuera muchos personajes que han sido objeto de decenas de adaptaciones en cine y televisión, aunque ni Batman, ni Alicia, ni Long John Silver, ni Jean Valjean, ni Huckleberry Finn, ni Peter Pan, ni Otelo llegaban al centenar de obras. Sí que hubiese superado esa barrera Robin Hood, pero ya hemos dicho antes que lo eliminábamos porque no hay una obra concreta sobre él, solo hay cantares y relatos anónimos del folclore que han sido la base para sus adaptaciones. Así que mis disculpas a los aficionados a las mallas.