Después de saltar a la fama con Hard Candy, David Slade era una de las grandes promesas del cine de género, pero no ha cumplido con su potencial. Todo ha sido pasarse al género vampírico, y cagarla. Primero no consiguió sacarle el gran potencial que tenía a 30 Días de Oscuridad, y luego se volvió un blandengue con La Saga Crepúsculo: Eclipse. ¿Hay forma de salvar su carrera? Quizás sí, si se cumple eso de que a la tercera va la vencida, ya que Phoenix Pictures está en negociaciones con él para que dirija The Last Voyage of the Demeter.

Para quien no lo sepa o no caiga, Demeter era el nombre del barco que llevó al conde Drácula de Transilvania al Reino Unido, para extender su reinado de terror chupasangre con un interesante acento foráneo. La historia del filme se centrará en este capítulo de la obra de Bram Stoker, que en el libro original solo se conoce a través del diario de a bordo y las declaraciones de un lunático, único superviviente del trayecto después de que el vampiro acabase con toda la tripulación y el barco se estrellase contra el puerto.

La cinta, que lleva gestándose desde hace siglos (diez años, concretamente) y todavía tiene que asegurar su financiación, se basa en un guion de Bragi Schut y estará protagonizada en principio por Ben Kingsley y Noomi Rapace, con el rol del conde todavía sin adjudicar.

Y lo de 'en principio' viene a colación de que, tratándose de un proyecto a medio plazo, igual alguno de los actores tiene que bajarse del carro por otros compromisos cuando finalmente se ponga en marcha. Sin ir más lejos, Rapace tiene en cartera el rodaje de Prometheus, con Ridley Scott (en la que, por cierto, compartirá pantalla con Michael Fassbender y Charlize Theron), y ya se la rifan para muchos otros proyectos.