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SEMINCIando '09: Resumen en corto

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José Hernández, 02/11/2009

Ha llegado la hora de echar la mirada atrás y ver qué nos ha ofrecido la 54ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Han sido nueve días de los que este corresponsal sólo ha podido vivir la mitad, pero en ese tiempo he podido ver 14 de las 19 películas de la Sección Oficial. Lamentablemente, el azar ha querido que entre las otras cinco se encuentren dos de las más premiadas, con lo que se entiende que cualquier valoración que haga del festival será incompleta.
Pero antes...

Los cortometrajes
Y es que buena parte de las películas exhibidas iban acompañadas de uno de los 10 cortos que competían en la Sección Oficial, de los cuales he podido ver casi todos. Y su nivel ha sido altísimo, pero tres de ellos han destacado sobre el resto.
El que se ha alzado (con toda justicia) con la Espiga de Oro es Semáforo, una comedia sobre un policía de una pacífica y diminuta aldea que planta un semáforo en un puente con tal de tener algún método para hacer cumplir la ley. De esta premisa, Giulio Ricciarelli consigue sacar 15 minutos de risas ininterrumpidas llenas de personajes hilarantes y un buen gusto no exento de cierto humor negro. Por su parte, Runaway es un corto de animación centrado en las desventuras de un tren que pierde el control. Dirigido por Cordell Barker, uno de los máximos exponentes del National Film Board of Canadá (seguramente el estudio de animación alternativa más importante del mundo), es sin duda su obra más perfecta, uniendo al humor alocado, surrealista y conceptual unas gotas de crítica social e incluso algo de romanticismo. El tercero en discordia por el título de mejor corto exhibido es Mama, del húngaro Gela M. Toth (nominado al Oscar hace un par de años por Maestro). Se trata de una obra más abstracta y experimental que las otras, pero con una carga simbólica muy potente y emotiva, además de un planteamiento tan original como visualmente asombroso.
Un pasito por debajo de estos tres estaría la sueca Slitage, una comedia muy negra sobre el sexo y la tercera edad con algunos momentos antológicos, aunque su final sea un poco decepcionante y tramposo. Algo parecido ocurre con el belga Phone Story, una bonita historia de amor entre el dueño de un locutorio y una de sus clientas que se desinfla un poco al final, ya que su resolución no termina de estar a la altura del resto. En cambio, lo que sucede con Amor es que es demasiado previsible, aunque teniendo en cuenta que desarrolla su historia de amor en tan poco tiempo, es todo un logro que sea totalmente convincente y conecte con el espectador. No se queda a la zaga en este grupillo la otra premiada del festival, The Six Dollar Fifty Man, una historia sencilla sobre un niño que se cree un superhéroe y con ello consigue afrontar de forma increíble las adversidades que se le presentan en el colegio. No es una obra maestra, pero es tierno y entretenido.

Tampoco es que todos hayan rayado a un nivel tan alto. Dentro de la Sección Oficial tenemos Jade, un corto inglés que sigue la premisa de 'menos es más', derivando en un 'menos es obviamente menos'. Muchos planos cámara al hombro de la protagonista andando, mucho primer plano y, sobre todo, muy poco diálogo pretenden contar la historia de una adolescente que descubre que está embarazada. Sin embargo, lo que consiguen es que el corto no cuente absolutamente nada más allá de eso. Cualquier pregunta que te surja sobre el personaje o sobre sus decisiones está planteada de forma tan críptica que no consigue transmitir nada. Claro que sigue siendo mejor que el español Yelda, la noche más larga, un aburrido y artificioso documental sobre refugiados que consigue con su obvia preparación de escenas y su pedante narración que incluso dudemos de si estamos viendo un problema real o inventado.
La experiencia
Ya dije en su día que este era el primer festival al que acudía acreditado. La realidad es que no es tan distinto de acudir a un festival sin acreditación. Lo único es que todo es más fácil. Las entradas hay que recogerlas por adelantado, como si las reservases, pero no cuestan nada, y además dispones de una sala con ordenadores e información de películas gratuita para tu esparcimiento, y puedes asistir a ruedas de prensa y cosas así. Lamentablemente, lo último no pude aprovecharlo. Para poder ver el mayor número de películas en el escaso tiempo que tenía, y escribir a diario sobre ello, tuve que sacrificar algún coloquio al que me hubiese gustado asistir -por ejemplo, la rueda de prensa de La Isla Interior o su correspondioente fiesta nocturna-. Esto se queda como asignatura pendiente para el próximo año, en el que espero repetir experiencia. Por ahora, me conformaré con haber visto a Maribel Verdú -para envidia de mis amigos- y con haber hablado con Carlos Pumares y con el equipo de Eloïse (productor, director y protagonista). Poca cosa, lo sé.

Por lo que respecta a la ciudad, sólo tengo palabras de elogio hacia la simpatía de los vallisoletanos, y hacia el ambiente de cultura y de amor por el cine que se respira esos días por sus calles. Amor por el otro cine, entre adolescentes que deberían interesarse sólo por la última película de Michael Bay pero van a ver documentales en masa, entre personas mayores cuya mentalidad debería ser conservadora pero que ven y aplauden películas sobre lesbianismo o drogadicción, entre todo tipo de gente por todo tipo de cine. Así da gusto.
Y por supuesto, tengo que decir que se come de vicio. Es una lástima que uno no disponga de dinero suficiente para permitirse ir de restaurantes de lujo o probar un lechazo a las brasas. A ver si para la próxima edición vuelve a haber descuentos en la comida para los periodistas menos importantes.
El palmarés
Dado que el palmarés se hizo público antes de que pudiese redactar este resumen, habrá que entrar a valorarlo en lugar de intentar predecirlo.

En mi opinión, el jurado ha pecado de falta de riesgo. Volver a premiar a Goran Paskaljevic, que ya es de sobra conocido en el festival y fuera de él, suena a complacencia por haber sido los descubridores internacionales del director serbio. Y más cuando su película está muy por debajo, en calidad y riesgo, de otras que se han podido ver estos días. También es una forma de desaprovechar el impulso que puede darle una Espiga de Oro a un director desconocido dentro de nuestras fronteras, o de corta y prometedora trayectoria.
Por lo demás, tampoco ha habido grandes sorpresas o injusticias. Por ejemplo, estaba claro que uno de los premios actorales iba a ser para La Isla Interior, tras su buena acogida, aunque yo personalmente creía que iba a ser para el trío de féminas. Mucho mejor así, puesto que ni Candela Peña ni Cristina Marcos hacen un trabajo destacable, cosa rara en ellas, dejando así el paso franco a la danesa Trine Dyrholm, que ganó con todo merecimiento. También merecido que su película, Pequeña soldado, haya sido otra de las grandes triunfadoras del certamen. Es una película pequeña que bien podría haber pasado desapercibida o no haber encontrado su hueco, como ha ocurrido con El padre de mis hijas o Eloïse -esta última en la sección Punto de Encuentro, aunque bien podría haber participado en la Sección Oficial y haber optado a más galardones-.
Así que lo único que se echa en falta es mayor riesgo para premiar películas poco convencionales -The Girlfriend Experience-, de cinematografías que no suelen llegar a España -Dirty Mind- o, por qué no, quitarse el complejo de que para ser un festival serio no hay que premiar una película americana -Adam, que es de las que ha recibido apoyos más unánimes entre prensa y público-.

Mi palmarés
A la hora de resumir lo mejor del festival en cuanto a películas, uno se ve en la tesitura de si seguir el esquema del jurado del certamen -con lo que se quedarían fuera algunas de las mejores películas vistas- o si ser más convencional y optar por los tops. Dado que el jurado ha ido por lo seguro, yo también iré. Así, esto es lo mejor de lo visto en unas breves cápsulas:
Mejor película:
1. The Girlfriend Experience
2. El padre de mis hijas
3. Pequeña soldado
4. Eloïse
5. Adam
6. Dirty Mind
Mejor actuación masculina:
1. Hugh Dancy - Adam
2. Jeff Goldblum - Adam Resucitado
3. Louis-Do de Lencquesaing - El padre de mis hijas
4. Mohamed Benbrahim - Casanegra
5. Alberto San Juan - La Isla Interior
6. Peter Gallagher - Adam

Mejor actuación femenina:
1. Diana Gómez - Eloïse
2. Trine Dyrholm - Pequeña soldado
3. Anna Franziska Jaeger - My Queen Karo
4. Sasha Grey - The Girlfriend Experience
5. Laura Conejero - Eloïse
6. Rose Byrne - Adam
Peor película: (ordenadas de lo horrible a lo soportable)
1. Ritu
2. Castillos de cartón
3. Adam Resucitado
4. My Queen Karo
5. Cocinando con Stella
En general se ha echado en falta la presencia de una auténtica obra maestra, una película de sobresaliente -aunque, pese a que no sea una opinión muy popular, lo último de Steven Soderbergh se queda muy cerca-. El nivel global ha sido bueno, con el ocasional bodrio que contrasta con cintas muy buenas y merecedoras de una amplia difusión. Pero la constante ha sido el bien o el notable, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que al hacerse pública la selección no puse muchas esperanzas en el nivel competitivo. Y es que la ausencia de directores como Atom Egoyan, los hermanos Coen o Michael Haneke, todos ellos con películas nuevas y muy bien recibidas en otros festivales, fueron tan sorprendentes como motivo de desconfianza.
El tiempo no me ha dado la razón. Lo que unido a la suerte que he tenido para escoger hotel y para que se retrase mi vuelo justo cuando iba a perderlo de haber salido a su hora, entre otras cosas, me hace pensar que tengo una suerte cojonuda. Esperemos que la racha dure para el año que viene y pueda volver a asistir a Seminci.