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Especial OSCARS 2008: ¿Cómo se Votan los Oscar?

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Damned Martian, 24/02/2008


[size=6]¿CÓMO SE VOTAN LOS OSCAR?[/size]
Estamos en año electoral, así que tiene sentido echar una mirada hacia otro proceso de votación menos importante para nuestro futuro: los Oscar. Seguro que la mayoría de vosotros piensa que votar en los Oscar es tarea sencilla. Como en los Premios CINeol: rellenas tus nominados, los envías, se hace un recuento y voilá, los nominados.
Pues no. Es bastante más complicado, tanto por el propio sistema como por las enormes diferencias entre categorías. En este artículo intentaremos analizarlo todo y daros una respuesta sencilla y comprensiva para que sepáis no sólo cómo se votan los Oscar, sino algunos problemas relacionados con tal elección.
Para empezar, unos datos vitales: hay unos 6000 miembros en la Academia. Todos los miembros activos tienen derecho a voto. Están repartidos en ramas según su oficio: actores, directores, guionistas, técnicos de sonido, directores de fotografía, etc. Cada miembro pertenece a una, y sólo una, rama de la Academia. A la Academia pueden acceder personas de cualquier nacionalidad, pero la única forma de ser miembro es mediante invitación expresa (basada en los méritos artísticos del sujeto). La pertenencia es vitalicia, aunque se puede renunciar a la misma voluntariamente. Ambos factores influyen en que la media de edad de los académicos sea de unos 50-60 años. Y casi todos son hombres.

1. PRÓLOGO A LAS NOMINACIONES
Antes de pensar siquiera en nominar, hay otras labores muy importantes que hay que hacer. No por parte de los miembros, sino del personal administrativo de la Academia. Lo primero que hay que hacer es elaborar una lista de las películas que se pueden votar, lo que llamaremos películas elegibles.
Cada año se estrenan unas 600 películas en Estados Unidos, pero no todas ellas cumplen las reglas para participar. Estas reglas exigen que la película se exhiba durante el año en al menos un cine de Los Angeles durante una semana seguida, y que sea explotada comercialmente de manera normal (o sea, nada de películas exhibidas en filmotecas). Además, debe pasar un mínimo de 3 meses hasta que aparezca en DVD o sea programada en televisión. Las productoras de cada película deben proporcionar a la Academia los datos necesarios para averiguar si es elegible o no.
En teoría cualquier película extranjera estrenada ese año en Estados Unidos puede también competir, pero una modificación reciente de las reglas lo convierte en casi imposible en la práctica: pueden participar siempre y cuando no aparezcan en DVD o TV en cualquier parte del mundo hasta 3 meses después de su estreno americano. Teniendo en cuenta que las que se estrenan allí lo hacen casi siempre con un mínimo de 6 meses de retraso, es como excluir el 90% del cine extranjero automáticamente.
La cuestión es que esto nos deja con una lista de unas 300 películas elegibles. Sobre esa lista hay una serie de consideraciones extras que hay que hacer. Por ejemplo, decidir qué guiones son originales y cuáles adaptados. Esto es fácil en la mayoría los casos, pero siempre ahí alguna película ambigua (guiones originales demasiado inspirados en otras obras, guiones adaptados demasiado libremente). Un caso reciente fue el de Syriana, adaptación tan superficial de un libro que fue considerada original.
Otra categoría en la que hay que comprobar si se cumplen las reglas es la de Banda Sonora Original. Primero hay que comprobar qué películas tienen BSO instrumental, y después que ésta cumpla las reglas. Por ejemplo, la música debe haber sido creada y grabada específicamente para la película, lo que excluye las adaptaciones de musicales de Broadway o las partituras con demasiados samples. Además, tampoco cuentan las que tienen demasiadas canciones (originales o no) si tienen mayor presencia que la propia banda sonora, ni las partituras compuestas por más de una persona. Y así, considerando todo esto, se saca otra lista.
Y esto es realmente todo en lo que concierne a las categorías normales, que veremos cómo se votan en el siguiente apartado. Hay otras categorías, que denominaremos de aquí en adelante CATEGORÍAS ESPECIALES, que se manejan de forma distinta a las demás, y que por tanto veremos por separado en su propio capítulo. Son las siguientes:
-Mejores Efectos Especiales
-Mejor Maquillaje
-Mejor Canción Original
-Mejor Película de Animación
-Mejor Documental (corto o largo)
-Mejor Película de Habla No Inglesa
-Mejor Cortometraje de Animación/Ficción

2. VOTANDO LAS NOMINACIONES
Lo más importante que hay que saber respecto a las nominaciones es que cada rama vota lo suyo. Es decir, los actores votan a los actores, los directores de fotografía a los directores de fotografía, etc. La única categoría donde todos los miembros pueden votar es Mejor Película.
En la fecha señalada, cada miembro de la Academia recibe en su domicilio un sobre con lo siguiente:
-Una lista de las películas elegibles.
-Otra lista donde se detallan las películas elegibles para la categoría a la que pertenece el votante. En el caso de los actores, por ejemplo, la lista de películas elegibles incluye el reparto completo de cada una. En el de los guionistas, qué guiones son originales y cuáles son adaptados. En el de los compositores, una lista con las bandas sonoras que pueden escoger. Etcétera.
-Sendas papeletas para votar en cada categoría en la que el miembro pueda hacerlo.
Cada papeleta tiene cinco espacios, numerados del 1 al 5. Los votantes deben rellenarlas por orden de preferencia, y enviárselas de nuevo a la Academia por correo antes de que termine el plazo de votación. Por ejemplo, un voto para la categoría de Mejor Actor podría ser este:
1. Daniel Day-Lewis (There Will Be Blood)
2. George Clooney (Michael Clayton)
3. Tommy Lee Jones (In the Valley of Elah)
4. Ryan Gosling (Lars and the Real Girl)
5. Brad Pitt (The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford)
Ahora estaréis pensando que el recuento es muy simple: el primero se lleva 5 puntos, el segundo 4, etc. Pues no. Es bastante más complicado, ya que en las “categorías normales” la Academia utiliza el llamado sistema de voto preferente, utilizado en las elecciones primarias Demócratas en algunos estados. A ver si podemos explicarlo de manera sencilla.
La empresa que recuenta los votos los recibe, los separa por categorías y se los entrega a uno o varios de sus empleados, que se encargan del recuento a mano. Usemos la categoría de Mejor Actor como ejemplo recurrente. Lo primero que hacen es contar las papeletas. Pongamos que hay 600. Ahora hay que calcular el número de votos mínimo que necesita un actor para ser nominado, para lo cual se divide esa cifra por el número de nominados + 1. Como en esta categoría debe haber 5 nominados, se divide por 6, y así obtenemos que para que un actor esté nominado necesita superar la mágica cifra de 100 votos.
A continuación se dividen las papeletas en varios montones, según al actor que tengan en el primer puesto. Y se cuentan los votos que hay en cada montón. Pongamos que obtienen lo siguiente:
Daniel Day-Lewis (There Will Be Blood) = 180
George Clooney (Michael Clayton) = 110
Viggo Mortensen (Eastern Promises) = 85
Tommy Lee Jones (In the Valley of Elah) = 65
Emile Hirsch (Into the Wild) = 55
Johnny Depp (Sweeney Todd) = 50
Ryan Gosling (Lars and the Real Girl) = 20
Denzel Washington (American Gangster) = 15
Josh Brolin (No Country for Old Men) = 10
James McAvoy (Atonement) = 5
Philip Seymour Hoffman (The Savages) = 4
Nicolas Cage (Next) = 1 (el gracioso de turno)
Pues bien, de aquí se extraen dos conclusiones. Primero, todos los demás actores de este año quedan automáticamente eliminados. Da igual que Russell Crowe esté el segundo en 500 papeletas, está descalificado. Lo segundo es que ya tenemos dos nominados oficiales: Daniel y George. Sus respectivos montones se apartan y ya no se vuelven a utilizar.
¿Siguiente paso? Se coge el montón con menos votos (Cage). El actor queda eliminado, y su voto se añade al montón del que tenga en segunda posición. Si resulta ser un actor eliminado, o ya nominado oficialmente, se mira el tercer lugar. Si ocurre lo mismo el cuarto, y si aún así sigue pasando el quinto. Si no se puede poner en ningún montón, el voto sería considerado nulo y la “cifra mágica” de la que hablábamos antes se debe recalcular (cuando sólo hay un par de votos nulos esto apenas tendría efecto, pero si la cifra va pasando de 10-15 ya se volvería importante).
Y así se sigue procediendo: se elimina el montón con menos votos, se añaden esos votos a otros montones. Cuando un actor alcanza la cifra mágica, queda oficialmente nominado y sus votos se apartan. ¿Hasta cuándo? Hasta que sumando los nominados oficiales y los montones que quedan sobre la mesa contemos 6, por ejemplo:
Nominados = Daniel Day-Lewis, George Clooney, Viggo Mortensen
Tommy Lee Jones (In the Valley of Elah) = 75
Johnny Depp (Sweeney Todd) = 70
Emile Hirsch (Into the Wild) = 60
Nulos = 5
En ese momento no tiene sentido distribuir los votos del último clasificado entre los otros, obviamente.
El orden en que se han ido eliminando/clasificando, y su número de votos, quedan registrados para posibles eventualidades. ¿Por ejemplo? Bueno, puede pasar que un actor tenga suficientes votos para estar nominado como mejor principal y como mejor secundario (que puede ocurrir en papeles que están bailando entre ambas clasificaciones, o en papeles que los estudios se han empeñado en publicitar en la categoría donde obviamente no corresponden, creando confusión en los votantes). En ese caso sería nominado en la categoría donde obtenga más votos, y en la otra ocuparía su lugar el que quedó en 6ª posición.
¿Ventajas de este sistema? La más importante es que garantiza que sólo los que han despertado verdadera pasión sean nominados, y además facilita que actores y películas minoritarias tengan más oportunidades de estar presentes siempre y cuando tengan un sector de admiradores. Y es que como habréis comprobado si votasteis en los Premios CINeol, hay una cosa llamada “síndrome del quinto puesto”. Uno siente la tentación de llenar los 5 huecos de que se disponen aunque no tenga 5 favoritos, y esto hace que termine votando a alguien que tan sólo le parece “bueno”. Y puede que, sumando todos esos votos, ese actor consiga ser nominado pese a que nadie realmente lo considere excepcional. Esto sucede con tanta más facilidad cuanto mayor sea la popularidad del film “del quinto puesto”. Con el sistema de los Oscar, en cambio, se puede afirmar que todos los nominados tienen un sector de fans más o menos considerable, y se limita el inevitable impacto de la popularidad del film.
¿Desventajas? La más obvia es que sólo se vota efectivamente a una película/actor por persona, con lo cual si uno ha visto varias películas en un determinado año que merecen ser nominadas, su opinión no sirve más que para ayudar a una de ellas. En realidad más que desventaja es un arma de doble filo: como cada criterio personal sólo tiene una posibilidad de expresarse, es habitual encontrar nominadas de muy distinto tipo que apelan a sectores demográficos o intelectuales distintos, lo cual beneficia la variedad; pero perjudica en el sentido de que si un tipo de película ha dado dos obras maestras ese año, es muy probable que una eclipse a la otra o que se anulen entre sí, dejando el camino libre a películas menores de subgéneros apreciados por otros sectores. Es posible que esta sea la raíz de muchos de los famosos “olvidos” de la Academia.

3. CATEGORÍAS ESPECIALES
Vayamos paso por paso viendo cómo se nomina en cada una de las categorías anteriormente nombradas. La votación de los ganadores la incluiremos más adelante.
1) Mejores Efectos Especiales
Un comité compuesto por miembros activos de la rama se encarga de estudiar las películas elegibles y seleccionar una lista de las 7 candidatas que mejor se ajustan a sus criterios de calidad, complejidad y contribución al film. Una vez se hace pública esta lista, las productoras de cada film deben proporcionar a la Academia un dossier detallando el trabajo realizado y un video (máximo 15 minutos) con escenas donde se puedan valorar los criterios anteriores. A continuación se convoca un pase especial para los miembros de la rama, en donde se exhiben los videos y se discuten los méritos de cada uno. Tras esto se reparten papeletas a cada miembro, en donde deben votar 3 películas en orden de preferencia, y el recuento se hace por el sistema de voto preferente que hemos explicado antes.
2) Mejor Maquillaje
Básicamente es igual. Un comité, una preselección de 7 films según criterios de calidad y complejidad, tras lo cual las productoras proporcionan material para valorar directamente el film. Se proyecta el material, y los que estén presentes pueden votar sus 3 preferidas tal y como hemos descrito antes.
Hay que decir que independientemente de que estén presentes para votar en la candidatura de su rama o no, todos los miembros activos de estas dos ramas reciben en su domicilio la papeleta para votar a Mejor Película.
3) Mejor Canción Original
Cada productora puede presentar las canciones que desee. Primero se valora si cumplen las reglas (deben haber sido escritas específicamente para el film y estar claramente presentes durante una parte sustancial del mismo, o justo al comenzar los créditos). Así se llega a una lista preliminar.
A continuación se convoca una reunión de miembros de la rama de compositores. Se les da una plantilla con las nominadas que van a oír y se les presentan fragmentos de cada canción. Lo que deben de hacer es valorar cada una de ellas en la plantilla con una nota de entre 6 y 10 (valen medios puntos). Se hace la media de esas calificaciones, y se eliminan todas las que estén por debajo de 8’25/10. El número de canciones que supere esta cifra es lo que determina si hay 3 nominadas o 5 (o si se declara desierta la categoría). Las nominadas serán las que más nota hayan sacado.
4) Mejor Película de Animación
Cada productora presenta sus películas a consideración, y la Academia valora si cumplen las reglas (al menos el 75% del film debe ser animado). Si hay menos de 8 películas viables, la categoría se declara desierta; si hay entre 8 y 15, habrá un máximo de 3 nominados; y si hay más de 15, el máximo son 5 nominados.
A continuación la Academia organiza pases especiales de cada película preseleccionada, a los cuales puede acudir cualquier miembro de cualquier rama. En cada pase se les pide a los miembros que puntúen la película entre 6 y 10 (sin medios puntos). Se hace la media, y se eliminan las películas que saquen menos de 7’5/10. Si ninguna supera esta cifra, la categoría se declara desierta, y si sólo lo hace una se le da un Oscar especial. Las nominadas serán las que mayor nota han sacado.
Hay que añadir que para que se cuente el voto de un miembro, éste debe ver al menos el 80% de las películas. Y debe hacerlo en los pases especiales programados, o aportar pruebas de haberlo hecho en un cine. No vale ver las películas en DVD.
5) Mejor Documental (corto o largo)
La lista de requerimientos que deben cumplir los documentales (en ambos formatos) para ser elegibles es extensa y difícil de transcribir en poco espacio. Digamos que deben de cumplir los mismos requisitos que las películas, pero además ser exhibidos en al menos otros 14 estados, contener sobre todo material original y no formar parte de una serie de documentales. Además, las productoras son responsables de presentar el film a consideración para que se valore si se cumplen las normas para incluirlo.
Con todo esto se obtiene una lista de películas y cortos. A continuación, un comité de miembros activos de esta rama se encarga de verlos todos y hacer una primera criba según sus criterios de calidad. Esto nos deja 15 largometrajes y 8 cortos, que son los que serán exhibidos para los miembros de la rama que quieran votar. La votación de los largos se lleva a cabo por voto preferente, y la de los cortos por puntuación media. Para que el voto de un miembro valga debe haber visto todos los semifinalistas, bien en los pases especiales, bien acreditando haberlos visto en el cine.
6) Mejor Película de Habla No Inglesa
Cada país, menos Estados Unidos, puede presentar una película a consideración. Los requisitos es que la película esté financiada al menos en parte por alguna empresa del país, sea realizada por gente del mismo (es decir, que la mayoría del trío productor/director/guionista sea de esa nacionalidad) y esté en cualquier idioma distinto del inglés.
Cuando se tiene una lista firme de películas que cumplen todos los requisitos, un comité especial compuesto por miembros voluntarios de cualquier rama (comité que sólo cambia de una edición a otra si alguien renuncia) se encarga de visionarlas todas en sucesivos pases organizados por la Academia. A continuación cada uno vota por sus 5 favoritas. Las 9 películas con más votos avanzan a la siguiente fase, en la que otro comité formado por 10 miembros escogidos al azar del anterior y otros 20 miembros voluntarios de la Academia (10 de Los Angeles, 10 de Nueva York) votarán las 5 nominadas finales. Los 20 nuevos tendrán que ver antes las películas preseleccionadas, claro. Ambas rondas de votos se realizan mediante el sistema de voto preferente.
7) Mejor Cortometraje de Animación/Ficción
De nuevo las productoras son las responsables de presentar sus obras a consideración. Para poder competir, los cortos deben haber sido exhibidos comercialmente en Los Angeles o haber ganado el primer premio en algún festival internacional.
De nuevo un comité elegido entre los miembros de cada rama respectiva se encarga de ver todas las obras en pases especiales. Cada miembro debe darle una nota entre 5 y 10 (sin medios puntos) a cada corto, y sólo podrán ser nominados aquellos que con 7’5/10 o más. Dependiendo del número de cortos que superen esta nota, los nominados serán 3 o 5, que serán los que más nota hayan sacado.

4. VOTANDO LOS GANADORES
Esta parte es mucho más sencilla, y se puede resumir en una frase básica: todos los miembros pueden votar en todas las categorías. En efecto, una vez conocidos los nominados todos los miembros de la Academia, indistintamente de la rama a la que pertenezcan, reciben en sus casas una papeleta con la lista de candidaturas. Sólo tienen que marcar su favorita en cada categoría y volver a enviarla a la Academia.
Hay ciertas excepciones. En algunas de las que hemos llamado categorías especiales no puede votar todo el mundo, sólo los que hayan visto todas las nominadas (la Academia controla esto mediante la asistencia a los pases especiales que organiza). Estas categorías son: Mejor Película de Animación, Mejor Documental, Mejor Película de Habla No Inglesa y las tres categorías de Mejor Cortometraje. Sólo los que han visto todas las nominadas de una de estas categorías reciben su papeleta correspondiente.
En esta fase no hay votos preferentes, ni notas medias, ni nada. Es puro conteo de cuánta gente ha marcado X aquí o allá. Obviamente los votos dobles en una categoría son nulos, pero si se quieren dejar categorías sin votar se puede hacer perfectamente. De hecho, la Academia insta a sus miembros a que lo hagan si no han visto todas las nominadas o no saben exactamente qué se valora en esa categoría. Otra cosa es que le hagan caso.

5. DUDAS Y PROBLEMAS
¿Cómo controla la Academia cuántas películas han visto los que votan?
De ninguna manera. Por lo que respecta a la Academia, lo mismo vale el voto de una persona que no haya visto ninguna película este año que el de una persona que haya visto 200. No es algo de lo que se pueda culpar a la Academia, ya que exigir tal cosa es impracticable: ¿cuánto dinero, personal y recursos habría que destinar para conocer los hábitos cinéfilos de 6000 personas? ¿Y cómo podría hacerse? Es imposible saber si fulanito ha visto 30 películas en el cine, 50 en casa o 10 en casa de un amigo. El único control que pueden alcanzar sobre esto es en las categorías menores que hemos visto antes.
Y sin embargo, en algo tendría que influir esto, ¿no? No se puede tener un criterio igual de sólido sobre lo mejor del año si se han visto 10 películas que si se han visto 100. Se podría debatir el mejor sistema para ponderar esto: ¿establecer un punto de corte para que los miembros puedan votar? Pero si lo pones en 30, ¿por qué le vas a negar el voto a uno que ha visto 29 y no a uno que ha visto 2 más? Quizás entonces, ¿que los votos de los que más films han visto valgan más? Sí, hombre, como si no fuese suficientemente complicado el sistema actual. Aparte de la dificultad intrínseca de manejar decimales en un recuento a mano de 6000 votos.
Así pues, aunque se pudiese hacer, el intentar tener un control sobre esto sería un gasto enorme que no garantizaría mejores resultados con una muestra tan amplia. Por lo demás, la Academia recomienda a sus miembros que no voten si no se consideran capacitados para emitir una opinión fundamentada, y algunos siguen este consejo. No sabemos cuántos, porque los datos exactos son confidenciales, pero alguna declaración hay al respecto. No nos engañemos: posiblemente serán pocos. Los que hayáis votado en los premios CINeol ya sabréis que es muy goloso y tentador marcar casillas…
¿Cómo controla la Academia que sean los miembros los que votan?
Tampoco lo controla. La Academia envía por correo las papeletas a casa de sus miembros, y éstos se las deben devolver por el mismo sistema. En ningún momento hay un control sobre el hecho del voto, por lo que podría estar votando la esposa, el hijo o el secretario del miembro en vez de él, y nadie se enteraría. Y de hecho ocurre. Por declaraciones y rumores, se sabe que hay un número nada desdeñable de miembros que delegan su voto en familiares o trabajadores, bien porque no les interesan los Oscar, bien porque apenas han visto películas. O sencillamente por calzonazos.
Esto no es necesariamente malo, más bien tiene dos caras. Por un lado, es mejor que vote alguien con motivación para hacerlo, o que no haya perdido el interés por el cine con los años, o que haya visto un buen número de películas, aunque no sea un miembro de la Academia. Pero la parte negativa es que desvirtúa la propia naturaleza de estos premios. En teoría son la opinión de los expertos que trabajan en la industria, que están mamando cine todos los días, y por tanto tienen una cierta validez que se pierde si se permite que gente común se involucre en la votación. Lo que se aporta de conexión con los gustos del pueblo se pierde en opinión cultivada.
También existe otro tipo de “votantes fantasma”: los que en lugar de dar su opinión personal realizan una mini-encuesta entre familiares y amigos para averiguar qué es lo que más les gusta, en general, y votar en consecuencia. Puestos a desvirtuar la competencia del votante en pos de un mayor populismo, quizás sea una técnica más adecuada. Por lo menos no depende tanto de caprichos y fobias personales, o de ir a delegar casualmente en un cenizo cinéfilo con gustos atroces.
La única forma que tendría la Academia de controlar que sea sus miembros los que votan es que siguiesen la mecánica de las elecciones políticas: en vez de ir el voto a votante, es el votante el que debe acudir a votar. Claro que en un país donde un 60% de participación en las elecciones presidenciales es visto como un éxito descomunal, y teniendo en cuenta que buena parte de los miembros de la Academia son gente mayor que no tiene ganas o salud para salir de casa, es algo que ocasionaría una tremenda pérdida de votos. Además, es un tipo de votación que requiere algo más de reposo y elaboración que el introducir una simple papeleta en una urna.
¿No son un poco injustas las reglas de las películas extranjeras?
¿¿Un poco?? Será un eufemismo, ¿no? De hecho es una categoría que lleva más de 30 años creando polémica, y pese a multitud de ajustes y modificaciones en sus reglas para intentar solventar vacíos de previsión que han dejado fuera a candidatas excepcionales, sigue siendo caldo de injusticias por doquier. Por ejemplo, recientemente se eliminó la regla que estipulaba que el film debía desarrollarse en el país de origen y ser hablado en su idioma, una norma que impidió que Caché compitiese por Austria y que hubiese impedido de existir que El Laberinto del Fauno compitiese por Méjico. Y con la regla de que el equipo creativo debe ser del país selector (que existía antes y sigue existiendo) ninguna de ellas hubiese podido competir por ningún país.
Y sin embargo, las injusticias siguen ahí. La más clara: ¿por qué sólo una película por país? Se podría dar el caso de que las dos mejores películas del año vengan del mismo sitio, o que por politiqueos internos un país seleccionase una película que no es la mejor que han hecho. La explicación es que hay que poner algún tipo de límite en las películas a concurso. Para que un comité las pueda ver todas, y así las pueda valorar justamente, tiene que ser un número manejable. O se limita el número de países, o el de películas por país, o se hace como en los cortos: sólo participan las que hayan ganado algún festival internacional. En cualquier caso vas a dejar fuera a películas que se lo merecen y vas a tener que incluir a otras que no. Es un callejón sin salida.
Es un problema que merece solución, ya que la categoría es imprescindible. Sin la publicidad generada por esta categoría para el cine extranjero no se habría generado un interés, y por tanto una demanda, por este tipo de cine. Casi nadie se arriesgaría a distribuir una película extranjera en Estados Unidos, y hasta es posible que el número de películas foráneas estrenadas allí fuese una décima parte del actual. Es una categoría importante para los amantes del cine ese lado y para las industrias de este lado.
Por tanto, debe haber un cambio. Y éste debe pasar antes que nada por controlar más a los miembros del comité de selección. Como deben ver tantas películas, los miembros de este comité deben ser gente con mucho tiempo libre. Ergo, gente que no trabaje mucho. O sea, semi-retirados. Y es obvio para cualquiera que un americano de 70 años no es la persona más indicada para valorar en su justa medida la calidad del cine extranjero, más dado a experimentar y a tratar temas arriesgados con miradas más innovadoras o extremas. He aquí un ejemplo de unos miembros de la Academia que podrían perfectamente formar parte de este comité: parte 1, parte 2. Por si creéis que es una exageración, sabed que uno de los directivos de la Academia hizo hace poco unas declaraciones acerca de la sorprendente eliminación de todas las favoritas en la ronda previa. Dijo que preguntó a varios miembros del comité qué había pasado, y le respondieron básicamente que esas películas eran aburridas, o que tenían finales pesimistas y por eso no les gustaban. Está claro que hay que barrer la casa urgentemente, tanto en este comité como en otros (porque lo de mejor canción también comienza a ser extraño).
¿Se puede comprar a un miembro de la Academia?
¿Eres consciente de que el soborno es ilegal, y de que se arriesgan a acabar en la cárcel o algo parecido si se llega a descubrir algo, no? Algo así nunca ha sucedido, así que si alguna vez se ha comprado algún voto, ni la Academia ni la policía se han enterado. Dejo a vuestra libre interpretación si la gente del cine es tan lista como para ocultar un timo así. Tan sólo aportaré un dato: nadie ha conseguido nunca sobornar a los meros empleados que hacen el recuento, cuyo sueldo posiblemente es minúsculo, para que digan cómo de cerca se quedaron dos candidatos. ¿Se puede entonces comprar a alguien que cobra millones y millones?
¿Y qué hay de la publicidad? ¿Qué está permitido y qué no?
Actualmente, los estudios tienen muy limitada la posibilidad de hacer publicidad “directa” hacia los académicos. De hecho, lo único que pueden hacer es organizar pases para ellos (en donde no puede haber ni regalos, ni buffet, ni siquiera presencia de reparto o equipo del film), o darles entradas para ver la película en algún cine (pero la entrada a secas), o enviarles DVDs para que vean la película en casa (los cuales deben ir pelados de extras y publicidad en el disco o la caja). Como mucho les pueden enviar información de dónde se celebran los pases especiales, siempre y cuando no incluyan nada más que dicha información, o listados de los créditos de la película.
No se les pueden enviar ni CDs con la banda sonora, ni carteles, ni camisetas, ni juguetes, ni press-kits, ni enviarles e-mails, ni darles una dirección web, ni llamarles por teléfono, ni hacerles llegar ningún tipo de publicidad que describa las bondades de la película o que incluya críticas de la misma. Así puestos, los estudios explotan sobre todo la llamada publicidad “indirecta”, es decir, llegar a los miembros a través de un intermediario: la prensa.

Para empezar tenemos los famosos For Your Consideration, que por si alguien no los conoce, son anuncios de películas donde se destacan las categorías y los nombres de los que los estudios quieren apoyar. Pese a que algunas veces se ponen en periódicos importantes, casi siempre se utilizan los espacios publicitarios de las dos revistas a las que medio Hollywood (y por tanto, media Academia) está suscrito: Variety y The Hollywood Reporter. Incluso se llegan a utilizar para saltarse la regla de “nada de regalitos”: este año se han llegado a regalar en sus páginas bandas sonoras de películas como si se tratase de muestras de perfume.
La otra utilización de la prensa consiste básicamente en tratar a los periodistas como no les dejan tratar a los académicos. Todos esos regalitos promocionales, esos buffets libres, esos pases con rueda de prensa y demás van a parar a ellos. La última moda son los gimmicks como regalar batidos puerta a puerta o pasearse por media ciudad en una furgoneta amarilla (ya sabréis a qué películas me refiero). Todo esto se les ofrece a los informadores con la esperanza de que, de alguna forma, esta inundación les aliente a hablar más de X película, o a tratarla como si fuese más favorita. Y es que muchas veces la percepción lo es todo: si se alimenta a la prensa con material para hablar bastante de un film, los votantes pueden percibirlo como un candidato más firme que otro del que se hable poco o nada. Y no es lo mismo dar el último empujoncito hacia la nominación a una película de las que te gustan, que tirar tu voto en una película que también te gusta pero no tiene posibilidades.
Hace unos años el panorama no era éste. Había un vacío en las reglas que permitía a los estudios emplear las tácticas promocionales más descabelladas. El epítome de esto, y el hombre cuya desmesurada rapiña de este hueco legal hizo que la Academia tomase nota para cambiar sus reglas, es Harvey Weinstein. Durante los años 90, en los que llevó a Miramax de ser una subsidiaria menor de Disney a ser la división de prestigio de la compañía, llevó a cabo tácticas tan brutales y desquiciadas que alimentaron el mito de que, en efecto, se pueden comprar los votos. Hablamos de fiestas especiales para los miembros, bombardeo de merchandising, e incluso, si hay que creer a los rumores, llamadas personales de teléfono para preguntar a los votantes qué habían puesto en su papeleta (y obviamente, si le decían que no era su película les echaba un discursito). Él consiguió que películas como Chocolat o El Cartero (y Pablo Neruda) estuviesen nominadas. Su presión y perseverancia logró que Roberto Benigni ganase el Oscar, y que Shakespeare in Love arrebatase el triunfo a Salvar al Soldado Ryan. Sus tácticas de guerrilla convirtieron a Las Normas de la Casa de la Sidra en la presunta alternativa a American Beauty.
Hoy en día, ya fuera de Miramax, con unas reglas distintas y una temporada acortada, Harvey sólo es una sombra de lo que fue, y su nueva compañía ha conseguido en 3 años la friolera de 3 nominaciones al Oscar de las 23 películas que ha realizado.
Y eso es todo por lo que respecta a este artículo. Espero que os haya resultado tan entretenido e informativo como el farragoso tema lo permite. Recordad que esta noche, a horas intempestivas, se emite la gala de entrega de los Oscar. Mañana por la mañana tendréis un resumen somero de lo ocurrido en esta misma página, CINeol.
-José Hernández

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