El Abuelo

Don Rodrigo: Es que el tiempo es una cosa muy rara.
Nelly y Dolly: ¿Sí?
Don Rodrigo: Voy... voy a deciros un secreto: Somos prisioneros del tiempo.

Las personas bien educadas, no se ocupan de las vidas ajenas. Y si no os interesa la vida de Temístocles, menos os tiene que interesar la mía (Pío Coronado).

Por los amores eternos, por lo poquito que duran (un brindis de Lucrecia)

En el corazón de una mujer, del amor al odio apenas hay un tic tac de reloj (Lucrecia)

El dinero lo ganan todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de quienes lo pierden (Don Rodrigo)

El hombre que al hablar de sí mismo no se engaña es un hombre sabio y por ser sabio también es humilde (Don Rodrigo)

¡Lucrecia Richmond! Quizá dios te perdone, yo también lo haría si pudieran ir juntos el perdón y el desprecio (Don Rodrigo)

Prior de Zaratay: Por última vez señor Don Rodrigo, le invito a considerar que es una locura oponerse a esta santa reclusión.
Don Rodrigo: ¡Santa Reclusión! ¡Qué blasfemia!
Prior de Zaratay: Reclusión dispuesta por la família, patrocinada por los amigos
Don Rodrigo: Yo maldigo a la família y maldigo a los amigos y a la facultad... ¡y me cago en Zaratay!

Tomad nota de esto, criaturas. La villanía es perdonable, la ingratitud nunca (Don Rodrigo)