La tecnología todavía no estaba preparada para aguantar tan duras condiciones ambientales y, por ejemplo, en las escenas del Death Valley, fue necesario empapar las cámaras en toallas húmedas para preservarlas mientras no se utilizaban.

Fue la primera película rodada enteramente en localizaciones (San Francisco, Oakland y el Death Valley), incluso en los interiores.

El montaje original duraba 10 horas. Después de darse cuenta de lo excesivo que era para su exhibición, Erich von Stroheim hizo un montaje de 6 horas, ideado para ser visto en dos noches. Desde el estudio Goldwyn se insitió que ésa seguía siendo una duración demasiado larga, así que con el trabajo del director Rex Ingram y del editor Grant Whytoc, se redujo a cuatro horas para ser visto en dos sesiones.