La película que ven Daniel y Sam para resarcirse de sus penas es Titanic de James Cameron.

La sorpresa que Mark regala en forma de canción a su amigo Peter en la boda de éste está inspirada en el entierro de Jim Henson al que Richard Curtis asistió. En él los amigos titiriteros de Henson trajeros a sus muñecos y cantaron una canción con ellos.

Las escenas de final y principio de la película están rodadas en un aeropuerto británico con cámara oculta. Después de la grabación se pedía autorización a los enfocados para introducir las secuencias en el film.

Cuando Hugh Grant (Primer ministro) llega a Downing Street podemos ver que hasta que conoce a Natalie según los planos lleva diferentes corbatas. Esto se debe a que en el rodaje Hugh Grant no se dio cuenta de que cambió la corbata cuando paró a echarse una siesta entre toma y toma. Los realizadores de dieron cuenta tarde y decidieron no repetir las tomas.

En un principio, el cameo que hace Claudia Schiffer lo iba a hacer Madonna.

Richard Curtis quiso ambientarse en la residencia de Tony Blair para la del primer ministro que aparece en la película, pero no le dejaron. Sin embargo consiguió colarse 10 minutos gracias a un ujier favorable.

La escena en la que el camarero se mete con la organizadora del catering por la comida era una escena que sobró de Cuatro Bodas y un Funeral.

Richard Curtis decidió ambientar el film en navidad porque según él es la época en que somos más proclives al sentimiento amoroso.

Curtis (director) concibió la idea de escribir una historia con un primer ministro hace más de veinte años, durante la administración del conservador Edward Heath (1970-74). Le divertía imaginar a un primer ministro que se enamoraba de alguien inadecuado, como por ejemplo una chica rubia de 22 años.