'La buena hija'

¿Qué hay más terrorífico que estar indefenso? ¿Peor que ser tomado por sorpresa cuando no eres capaz de defenderte? ¿Y qué hay más indefenso que un niño? Débil, inocente y desesperado, necesitado de la protección de un adulto.

Estreno en España: 16 de Octubre de 2009
CRÍTICA
¿Qué hay más terrorífico que estar indefenso? ¿Peor que ser tomado por sorpresa cuando no eres capaz de defenderte? ¿Y qué hay más indefenso que un niño? Débil, inocente y desesperado, necesitado de la protección de un adulto. Pero ¿y si fuéramos nosotros quienes necesitásemos protección contra ellos? ¿Qué hay más perturbador que una carita inocente que esconde un cuchillo tras la espalda?

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La huérfana se une al grupo de las películas con niño inquietante que nunca pasan de moda. De hecho, constituyen casi un género en sí mismas. Desde Los chicos del maíz, a la española ¿Quién puede matar a un niño?, o la japonesa The ring, hasta llegar a la más reciente Expediente 39, los pequeños perturbados, poseidos, maltratados o simplemente locos, pueblan nuestras pesadillas con sus risitas espeluznantes. Y sin ser ni mucho menos la mejor de ellas, La huérfana aprueba holgadamente el examen del suspense.
Pero si queremos encontrar una verdadera comparación, tendremos que recordar El buen hijo, sin duda la mejor interpretación del solitario Macauly Culkin que convertía la vida del pequeño Elijah Wood en un infierno. Extraña, sádica, retorcida, manipuladora, la pequeña Esther ha llegado a casa de los Coleman para quedarse. Cueste lo que cueste.
El problema de La huérfana es haber sido vendida como un producto más de susto barato y facilón, cuando su verdadero interés está en la psicología de la niña (buenísima Isabelle Fuhrman, ¿de dónde sacarán los americanos a estos pequeños genios?) y su carencia de límites. De hecho, no alcanza una mejor puntuación, por culpa de una exagerada dosis de sustos tontos que desvirtúan la buena historia. Por favor, no más personajes que se esconden tras puertas de neveras o se reflejan de pronto en el espejo del baño. No era necesario y a estas alturas provocan más risas que tensión.
Subidones de música y sobresaltos innecesarios a parte, el español Jaume Collet Serra, que ya llamara la atención con La casa de cera (aunque más por los gritos de Paris Hilton que por las virtudes de la historia), realiza un buen trabajo, que llegaría a notable si se quitase el manual de tópicos de la cabeza.
Guión interesante, se agradece que no se eche a perder con un torpe desenlace, como es costumbre en el género, sino que la película suma puntos en sus minutos finales. Además, el suspense sobre la nieve está de moda gracias a Stieg Larsson, así que los paisajes nevados de Ontario crean un marco perfecto para la pequeña y dulce Esther. Viendo una película así, ¿quién no se muere de ganas de adoptar a un indefenso niño?

Belén Gómez

16/10/2009

Valoración

6.00

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