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Aritmética emocional

'Tesis sobre la supervivencia'

Aritmética emocional podría parecer una película sobre el holocausto pero en realidad no lo es, el dominio nazi y los campos de concentración son sólo una excusa para tratar los recovecos de la memoria y cómo las personas afrontan la pérdida, el sufrimiento y la vida.

Aritmética emocional podría parecer una película sobre el holocausto pero en realidad no lo es, el dominio nazi y los campos de concentración son sólo una excusa para tratar los recovecos de la memoria y cómo las personas afrontan la pérdida, el sufrimiento y la vida.
Los personajes de la película arrastran un pasado imposible de olvidar: niños supervivientes de Dranzy (campo alemán en Francia) gracias a la ayuda de un joven escritor, se reencuentran casi cinco décadas después, obligándose a afrontar los recuerdos y el paso de los años.
La película se convierte en una tesis sobre la supervivencia y nos presenta tres modos de sobrellevar la desgracia (en realidad cualquier desgracia), la aceptación (Max Von Sydow), el olvido (Gabriel Byrne) y la obsesión (Susan Sarandon). Tres personajes muy diferentes, que han seguido caminos opuestos pero que, sin embargo, nunca han abandonado las barracas nazis y siguen dependiendo emocionalmente los unos de los otros.
Que nadie espere una película de acción puesto que es una historia construida con detalles, llena de sentimientos que no se dicen, de problemas que se barrieron debajo de la alfombra y de actores monumentales. Porque si en algo se apoya esta película es en su espectacular reparto.
Para aquellos que puedan elegir, sin duda recomendamos disfrutar Aritmética emocional en su versión original. La presencia de Max Von Sydow, se triplica con su voz profunda y consigue sin esforzarse, convertirse en la piedra angular del grupo entero. Susan Sarandon, por supuesto, está espléndida, pero lo que más llama la atención es todo el elenco masculino que se mueve en torno a ella y cómo el amor que todos sienten por su personaje la han conducido hasta la casi locura que parece.
Sin duda la mayor sorpresa de todo el reparto es Christopher Plummer, no porque el actor no haya demostrado una y mil veces que merece un puesto entre los grandes, sino porque, haciéndose cargo de un papel antipático y segundón, consigue conmover e incluso hacer sonreír, de la manera más natural. Nada de grandes dramas ni salidas de tono, los personajes viven su dolor con la tranquilidad con la que van pasando los días frente al lago canadiense junto al que vive la familia de Sarandon.
Para los enamorados de la naturaleza, además la película cuenta con el plus de retratar la maravilla que es Canadá. Una pintoresca casa de madera, rodeada de praderas y con vistas a un sereno lago. Árboles en otoño, tiempo imprevisible. Desde luego el paisaje se convierte en uno más dentro de esta trama donde cada uno sobrevive como puede.
Sobresalientes en el guión, los personajes del marido, hijo, e incluso el nieto de Sarandon, esa otra cara de la moneda del sufrimiento, aquellos que parecen no tener derecho al dolor por vivir junto a alguien que ha vivido el más cruel de todos.

RUEDA DE PRENSA

Por mucho que estemos acostumbrados a ver a Susan Sarandon en televisión, tenerla delante impresiona. Es quizá un mezcla entre la profesora de matemáticas que todos temimos, y la madre perfecta. Severidad y ternura en una. Decir que tiene las ideas muy claras sería una obviedad cuando la vemos una y otra vez alzándose contra el gobierno de Bush en un país donde llevar la contraria está peor que mal visto; pero ella no se calla y habla condenadamente bien. La rueda de prensa empieza como cualquier otra, hablando de la película.
Siempre es difícil hablar de sentimientos en pantalla, pero tener a su alrededor a un gran reparto ¿es una ayuda o provoca tensión?
Cuando empiezas a trabajar en una nueva película, entras en un mundo nuevo, un lugar desconocido donde da igual la experiencia que tengas, porque todos comenzamos desde cero. Tu meta es encontrar el mejor método para conseguir el mejor trabajo, así que, especialmente en una película como esta, todos dependemos de todos. Cada personalidad aporta algo al rodaje y se convierte en indispensable. Luego, al ver el resultado, puede que encuentres cosas sorprendentes que rodando no te esperabas. En este caso, yo resaltaría la química especial que surge entre Christopher Plummer y Max Von Sydow; cuando están juntos en escena, y por muy dramática que sea la situación, consiguen extraerle el humor.
La película plantea opciones para superar un duro revés de la vida. En su caso, ¿preferiría olvidar o recordar?
Creo que me olvido de la mayoría de las cosas (risas). No, lo cierto es que lo mejor sería recordar, para que los errores no vuelvan a repetirse, pero siendo capaz de perdonar.
Últimamente hemos podido verla en proyectos muy diferentes, desde la comprometida En el Valle de Elah, hasta Speed Racer o Encantada. ¿Cuáles son sus criterios a la hora de elegir proyectos?
Desde luego el guión tiene que llegarme de alguna manera y ser algo que no haya hecho antes; un nuevo reto, porque sino no habría manera de que me pasase cuatro días de promoción hablando sin parar de la película. Lo que sí suelo hacer antes de aceptar un proyecto es reunirme con el director y hacerle varias preguntas muy sencillas. La primera, ¿por qué quieres hacer esta película? Es sorprendente la gran cantidad de directores que no son capaces de responder. Después, me intereso por el casting. Unos actores u otros, pueden cambiar radicalmente un proyecto y las ideas del director en este sentido ya te dan una pista muy clara de hacia que dirección se moverá la película. Bueno, y claro está, el dinero tampoco es un mal motivo para aceptar un proyecto (risas). Todo depende del proyecto y de lo que te puedas permitir. Yo, por ejemplo, acabo de rodar una película por la que no he cobrado nada. El guión me interesaba y el rodaje duraba sólo dos semanas, así que me lo podía permitir. Si hubieran sido tres meses, supongo que la cosa habría cambiado.
Para preparar su papel de superviviente del holocausto, ¿habló con protagonistas de los hechos o usó su instinto?
En realidad lo que hay que saber es cómo alguien afronta los momentos duros de su vida, la tragedia o la pérdida. No se trata sólo del holocausto, mi personaje sufre lo mismo que alguien que haya sufrido una tremenda pérdida. Mi interés era averiguar cómo alguien es capaz de sobrellevar esa pérdida y seguir adelante con su vida pero sin perderle el respeto a ese ser querido. En realidad la película trata de eso y de cómo una persona que ha sufrido vuelca todas sus energías en que algo así no vuelva a sucederle a nadie, aunque sea incluso a costa de su propia familia.
Entonces, a la hora de prepara sus personajes, ¿usa el método o la intuición?
Pues yo nunca he estudiado interpretación, así que eso debe querer decir que cualquiera puede actuar. Supongo que la clave es creer en uno mismo, usar la cabeza, saber escuchar y sobre todo, desarrollar la imaginación. Si eres capaz de sentir empatía por el dolor de una madre, es imposible no reaccionar.
¿Cómo fue trabajar con el director Paolo Barzman? ¿Les daba muchas indicaciones o bien les dejaba a su aire?
La verdad es que toda la información que necesitábamos estaba ya en el guión. Teniendo un buen guión está casi todo hecho. Y además, el rodaje estaba muy bien preparado. Paolo es un director que proporciona mucha seguridad a los actores, parece tenerlo todo controlado y eso es algo que te hace sentirte muy protegido. Lo cierto es que todo el equipo franco-canadiense se portó fenomenal y fue increíble trabajar con ellos, y eso que fue un rodaje muy duro por culpa de la climatología. Comenzamos a rodar en otoño con un tiempo espléndido y al cabo de un par de semanas, la lluvia no paraba de caer y el set se convirtió en un barrizal. Sin embargo, Barzman no tuvo problemas con los imprevistos del tiempo, es una persona muy flexible y era capaz de cambiar la idea que tenía de una secuencia si era necesario, sin que perdiera ninguna fuerza. Eso es algo admirable y no todos los directores son capaces de hacerlo.
¿Qué cree que sobra en el Hollywood actual?
Yo vivo en Nueva York, así que no lo sé con seguridad. Supongo que si se dejasen de hacer una y otra vez el mismo tipo de películas la cosa mejoraría. Ahora mismo, todo el interés está volcado en ganar dinero repitiendo los proyectos que han tenido éxito. Lo que deberían hacer es financiar películas que de verdad les impactasen y preocuparse de ganar dinero con ellas. Así el cine mejoraría mucho. Hay muchos buenos proyectos independientes por ahí que no llegan a nada por falta de distribución, aunque ganen montones de premios en festivales. Es una lástima.
Y a partir de aquí, la rueda de prensa cambió. Sarandon dejó de ser una actriz presentando una película, para convertirse en la activista anti-bush que la hace ocupar más espacio en televisión que sus películas. Entre sorprendida y entregada, la actriz contestó a las preguntas sobre la gestión y el futuro de su gobierno con enorme claridad. Y la primera, como no podía ser distinto fue:
¿Qué opina usted sobre la victoria de Obama?
Sabía que iba a acabar saliendo esta pregunta, no sé porqué (risas). Me parece fantástico, supone una posibilidad enorme de cambio y eso que parecía imposible porque no era él quien tenía el dinero ni los grandes apoyos como Hillary Clinton. Era ella la que parecía tenerlo más fácil: continuación de una dinastía, grandes inversores... Y sin embargo Obama con pequeñas contribuciones de mucha gente a su campaña lo ha logrado. La verdad es que yo al principio aposté por el tercero en discordia, Edwards, pero claro, con la primera mujer candidata y el primer hombre de color propuesto, la prensa nunca le hizo caso. He tenido el gusto de conocer a Obama en persona y me he podido hacer una idea de cómo sería gobernando. Sabe escuchar, es curioso, tiene una visión global de las cosas, ha viajado (cosa muy rara en nuestro país) y conoce el mundo. Sobre todo, está dispuesto a hablar con la gente que amenaza sin empezar también él amenazando. En los últimos ocho años, la diplomacia de EEUU se ha basado en hablar con los que nos dan la razón e ignorar al resto. Desde luego sería un cambio necesario.
¿Cree entonces que Obama debería aceptar a Hillary como vicepresidenta?
De momento habría que ver si se ofrece o no, porque la cosa no está clara. De todas formas, personalmente creo que no sería bueno para la campaña de Obama, porque él busca el cambio y desde luego Clinton no; sería muy hipócrita por su parte. Ella ya ha decepcionado a muchas mujeres que la apoyaron en un principio, por ejemplo, cuando comenzó la guerra de Iraq y no hizo declaración alguna, perdió muchos apoyos. Esto no se trata de coger a la primera mujer mujer que se ofrezca sólo porque sea una mujer, no es una cuestión de género, sino de hacer las cosas correctamente. La primera mujer que llegue a la presidencia debe ser la correcta.
¿Cree que su activismo política le ha perjudicado en su trabajo?
Sé con seguridad que eventos en los que yo iba a participar se suspendieron por mí y estoy convencida de que he tenido el teléfono pinchado, pero no podría asegurar el haber pedido papeles por ese motivo. En teoría Hollywood no es político. La peor época desde luego fue al inicio de la guerra, porque surgió un movimiento de ultraderecha y desde radios y prensa incluso se decían cosas falsas de mis hijos y se amenazaba. Siempre he tenido una sensación desagradable de no pertenecer a la “tribu” dentro de mi propio país, pero es que los americanos nunca se hacen preguntas, debería haber más gente que se cuestionase lo que sucede a su alrededor. Así que era fácil aislarnos, los que hacían preguntas tenían que ser castigados para que dejaran de hacerlas. Tenían que mantener el miedo en el cuerpo de la gente para así poder recortar una y otra vez los derechos civiles y, lamentablemente, los medios de comunicación colaboraron.
Dada la repercusión que las decisiones de EEUU tienen en el resto del mundo, ¿no cree que habría que convocar un referéndum mundial para elegir al presidente americano?
(Risas) Es una idea interesante. Lo que habría que hacer es enseñar a los americanos cómo afectamos al resto del mundo y que salieran del país y vieran que hay más gente más allá. Los estadounidenses no viajan, pero no es que no viajen al extranjero, es que ni siquiera se mueve de su propio estado, así que sus opiniones se basan en creer a pies juntillas lo que dice la televisión. Para ellos, los iraquís están encantados de que nuestras tropas hayan ido a ayudarles. A veces es más fácil creer una mentira, no tengo claro que si tuvieran toda la información fueran a reaccionar de forma distinta.
Llegados a este punto, a los responsables de prensa se les echaba la hora encima y decidieron cortar la rueda de prensa. La traductora recibió el aviso y agradeció a la prensa asistente sus preguntas. Sin embargo, y sin inmutarse, Sarandon pronunció un escueto “Two more questions” y allí nadie se atrevió a rechistar. Así que, obedientemente las preguntas siguieron.
Según unas declaraciones suyas que se han publicado, se marcharía de EEUU si ganara las elecciones McCain...
Es curioso cómo se escuchan más mis declaraciones que las que hacía Collin Powell. En realidad no dije eso, es sólo una simplificación de mis palabras. En realidad lo que dije fue que era una elección crítica, pero tengo fé en los americanos, en que hagan lo correcto. Considero el carácter de McCain peligroso para la presidencia y tendría que pensar en la seguridad de mi familia si ganase. Por ejemplo, sería capaz de bombardear Irán y habría que plantearse si después de eso sería seguro seguir viviendo en Nueva York. La prensa ha convertido mis palabras en una especie de berrinche, parece que me enfadaría si ganase McCain, pero llevo ocho años sin compartir la política de mi país y sigo viviendo en él.

Ya por último, si tuviera que elegir una película de toda su carrera como favorita, ¿cuál sería? ¿Y qué opina después de tantos años, de su intervención en Rocky Horror Picture Show?

Elegir una sola película es como “la decisión de Sophie” (risas). Sería imposible, porque todas han representado algo en su momento. Por ejemplo gracias a los Búfalos de Durham tengo marido e hijos y Pena de muerte representó un gran reto, porque tuve que levantar el proyecto por mí misma. Me lo paso muy bien con todas, todas tienen algo.
En cuanto a Rocky Horror la verdad es que estoy encantada de haberlo hecho. El rodaje estuvo lleno de energía y nos lo pasamos fenomenal, desde luego algo tiene que tener la película para seguir pasándose en cines de todo el mundo. Ha aportado algo, así que puede ser que después de tantos años de carrera en realidad sea esa película mi legado. “No lo sueñes, vívelo”.
Y así, definitivamente se acabó la rueda de prensa y Sarandon se marchó a descansar dejándonos la sensación de haber escuchado a una mezcla de Katherine Hepburn y Bette Davis; fuerza y una cabeza muy bien amueblada.

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Veerleen

09/06/2008

Valoración

8.00

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