Yvonne Blake, presidenta interina de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, ha anunciado esta mañana las tres cintas preseleccionadas para representar a nuestro país en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa en la 89 edición de los Óscar. De esta terna saldrá la película elegida, en una segunda votación, cuyo resultado se anunciará el próximo 7 de septiembre.

La que parte como favorita sobre el papel es Julieta, de Pedro Almodóvar. Su celebrado paso por Cannes, su selección para participar en el próximo Festival de Nueva York y su éxito de crítica y público en todos los países en los que se ha exhibido, unido a la figura internacionalmente mediática y respetada de su director, la hacen la candidata ideal para dos cosas: reconciliar a la Academia con Almodóvar, a quien llevan ignorando desde hace una década (Volver); y pasar al menos la primera criba de la categoría.

Recordemos que las 9 cintas que pasan el primer corte se componen de 6 votadas por los académicos que han visto al menos un 80% de las preseleccionadas (elecciones que suelen ser más clasiconas, porque los que tienen tanto tiempo en sus manos suelen ser artistas retirados), y otras 3 escogidas por un comité de expertos que 'salva' in extremis las cintas más valoradas del año que los votantes han dejado fuera. Aunque Julieta no sea de las primeras, tiene muchas opciones para ser de las segundas. Y viendo la emotividad bergmaniana del film de Pedro, no sería de extrañar que no le hiciese falta el comité.

Sin embargo, vista la trayectoria de elecciones recientes de la Academia, es más probable que escojan para representarnos a La Novia, de Paula Ortiz. La adaptación de Bodas de Sangre de Federico García Lorca tiene a su favor un núcleo duro de apasionados seguidores desde su estreno en el Festival de San Sebastián, como se apreció en los pasados Goya; y una historia conocida más allá de nuestras fronteras, gracias a que Lorca es uno de los pocos autores que hemos exportado con éxito incluso a Estados Unidos.

Por contra, su altísima estilización formal y su teatralidad no suelen ser plato de buen gusto para los votantes de esta categoría de los Óscar, que son poco dados a fijarse en las formas y mucho a fijarse en a temática y los buenos sentimientos. Es también un film que, por su emotividad romántica a flor de piel, apela más al sector femenino (aunque caigamos en el estereotipo), que apenas está representado entre los académicos americanos. Sería una apuesta arriesgada: incluso dentro de nuestras fronteras, hay dos bandos entre sus fervientes defensores y los que no la soportan. ¿Cómo será recibida en Estados Unidos?

La cenicienta del grupo es El Olivo, de Icíar Bollaín, quien no es ajena a esta carrera: en 2010 ya fue seleccionada con También la Lluvia, que de hecho es la última cinta española que consiguió pasar la primera criba, aunque finalmente no fuese nominada. El film es desde luego el más asequible para el académico 'blando': es un drama familiar clásico, con arcos argumentales claros y una carga emocional muy definida y sin aristas. Podríamos meterla en el saco de otras cintas que han representado a España hace poco (y con escaso éxito en estas lides), como Vivir es Fácil con los Ojos Cerrados o 15 Años y un Día.

El problema que tienen este tipo de cintas es que, pese a ser las más fácilmente exportables, las que pueden gustar a un mayor número de personas sin importar su cultura o paladar, también son poco memorables o distinguibles cuando tienen que competir directamente con otros 70 u 80 films. En ese maremágnum de películas, solo las que impactan con fuerza sobresalen. Las que se quedan en un agradable punto medio se olvidan. Así que, si finalmente es la candidata (sería una sorpresa), caben pocas dudas de que correrá la misma suerte que las cintas de David Trueba y Gracia Querejeta.