18/09/2014 - Por Carlos Fernández
0 Comentarios Un año más, cuando septiembre empieza a despedirse y el cuerpo ya se ha acostumbrado a la rutina diaria tras las vacaciones de agosto (aquellos que pudieron disfrutarlas), aparecen marcados en rojo en el calendario de todo cinéfilo 9 días sobre los que alguien ha escrito en letras mayúsculas, y repasando mucho cada una para que no las borre el tiempo, “FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN”; o “ZINEMALDIA”, para los que ya nos consideramos residentes en Donosti al menos durante 10 días al año.
Para muchos de los que durante estos días estaremos en la capital guipuzcoana, el certamen es nuestro particular peregrinaje a La Meca. Un camino que, desde mañana viernes y hasta el próximo sábado 27, nos llevará a vivir EL CINE de forma intensa. Habrá momentos para las risas (dentro y fuera de las salas), las lágrimas, los codazos en las butacas, los “¡mira quién es ese!”, los autógrafos, las fotos, los “¡pues es mucho más guapo en las pelis!”; habrá tiempo para que el sueño haga acto de presencia y lucharemos en las butacas (algunas son incómodas para que ganemos la batalla) por no caer en los brazos de Morfeo; en definitiva, habrá situaciones en que saquemos lo mejor (y lo peor) de nosotros mismos, pero para todo eso habrá que esperar a que empiece la fiesta.
UNA SECCIÓN OFICIAL MUY ATRACTIVA
Si bien es cierto que el Festival de Cine de San Sebastián tiene nombre suficiente como para llamar la atención de cualquier amante del séptimo arte, no es menos cierto que en ocasiones una Sección Oficial poco atractiva o con falta de nombres importantes han dejado una sensación agridulce compensada, en algunas ocasiones, por la alta calidad en secciones paralelas como Nuevos Directores o Zabaltegi (con Perlas y sin ellas).
José Luis Rebordinos lleva cuatro años a los mandos de la máquina y ya puede decirse que le ha dado al Zinemaldia una personalidad que parecía que se había ido diluyendo algunos años atrás. Parece que cada vez se tiene más claro que el crecimiento de Toronto (festival que le come terreno año a año a Venecia) no sólo no perjudica, sino que en algunos casos puede hasta beneficiar, permitiendo contar con la presencia de grandes nombres del cine mundial en general y del europeo en particular. Así, tener en la Sección Oficial a nombres como Danis Tanovic, Susanne Bier, Bille August, Christian Petzold, François Ozon o Mia Hansen-Løve es un triunfo que hace, a priori, mucho más atractiva la sección competitiva que años anteriores.
Haciendo un poco de memoria (y tirando de hemeroteca, para qué vamos a engañarnos) vemos que algunos de los directores vuelven al Zinemaldia después de una larga ausencia, como en el caso de Susanne Bier (A Second chance), que hace diez años pasó por el festival con Hermanos, película por la que el actor y la actriz protagonistas recibieron la Concha de Plata, y que suponía su segunda participación consecutiva tras Te Quiero para Siempre. Mia Hansen-Løve ha cambiado Cannes (donde participó con sus primeras dos películas) y Locarno (recogió una mención especial por Un Amour de Jeunesse) por la costa vasca buscando el Eden a ritmo de música house French touch. Christian Petzold (Phoenix) y Bille August (Silent heart) también se estrenan en Zinemaldia con unas filmografías a sus espaldas que consiguen hacer crecer la ansiedad por ver sus nuevos trabajos. Punto y aparte está François Ozon (Une Nouvelle amie), al que habría que ponerle casa en San Sebastián: con esta suma su cuarta participación tras Bajo la Arena, Mi Refugio (por la que consiguió el Gran Premio del Jurado) y la magnífica En la Casa (por la que recibió el premio al mejor guión y la Concha de Oro).
Pero hay mucho más y variado en la Sección Oficial. Aquí tenéis los títulos (pulsando sobre ellos podréis acceder a sus fichas con toda la información:
- The Equalizer. El Protector, de Antoine Fuqua (EE UU). Inauguración. Fuera de concurso.
- Samba, de Eric Toledano y Olivier Nakache (Francia). Clausura. Fuera de concurso.
- The Casanova variations, de Michael Sturminger (Francia - Austria - Alemania).
- La Entrega (The Drop), de Michael R. Roskam (EE UU).
- Eden, de Mia Hansen-Løve (Francia).
- Haemoo, de Sung Bo Shim (Corea del Sur).
- Magical Girl, de Carlos Vermut (España).
- Une Nouvelle amie, de François Ozon (Francia).
- Loreak, de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga (España).
- Phoenix, de Christian Petzold (Alemania).
- La Isla Mínima, de Alberto Rodríguez (España).
- Silent heart, de Bille August (Dinamarca).
- Aire libre, de Anahí Berneri (Argentina).
- Autómata, de Gabe Ibáñez (Bulgaria - España).
- A Second chance, de Susanne Bier (Dinamarca - Suecia).
- Félix et Meira, de Maxime Giroux (Canadá).
- La voz en off, de Cristián Jiménez (Chile - Francia - Canadá).
- Vie Sauvage, de Cédric Kahn (Francia).
- Tigers, de Danis Tanovic (India - Francia – Reino Unido).
- Lasa y Zabala, de Pablo Malo (España). Fuera de concurso.
- Murieron por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta (España). Fuera de concurso.
Decidir o apostar a estas alturas quién se llevará el premio gordo es una lotería (y más sin haber visto ninguna de las películas). Si se quiere hacer un estudio pormenorizado de las críticas que se han hecho sobre una u otra película tras sus pases en Toronto, la locura puede ser máxima, pues los comentarios sobre una misma cinta van desde el “para ver eso mejor te quedas en casa” al “obra maestra absoluta, revolucionará el mundo del cine”; lo normal, vamos. A toda esa sobre(des)información hay que añadir un elemento casi carente de importancia: que la gran vencedora puede ser un capricho del jurado que no convenza a nadie o casi nadie (todavía se escuchan en el Kursaal los lamentos por Campanella).
Todos estos filmes competirán por llevarse a casa la Concha de Oro, que será fallada (no seré yo quien haga el chiste del fallo OTRA VEZ) por un jurado presidido por el productor Fernando Bovaira, quien, viendo las decisiones de los últimos jurados, seguro que quiere barrer para casa.
DEL ZINEMALDIA A LOS GOYA
A pesar de contar con un festival dedicado exclusivamente al cine español en Málaga, desde hace años el Festival de San Sebastián se está convirtiendo en la antesala de los Premios Goya, llevando a cabo el estreno de las películas que durante el otoño/invierno serán las encargadas de darle vida (y en alguna ocasión también quitársela) a nuestra industria cinematográfica.
Vivir es fácil con los ojos cerrados empezó su carrera triunfal hacia los Goya, que puede durar un poco más si acaba siendo la seleccionada para representarnos en los Oscar, en una mañana de septiembre de 2013. Se unía así (junto con Caníbal y La Herida, en menor medida) al grupo de películas que, como Pan negro, Blancanieves, No habrá paz para los malvados o El secreto de sus ojos, fueron presentadas al gran público en el fantástico escenario que es el palacio Kursaal, desde donde se inició un recorrido que terminó en la mayoría de los casos recogiendo el Goya a Mejor Película.
Aunque este año la 'espantada' de El Niño, aun habiendo anunciado hace un año que estaría en San Sebastián (incluso se hablaba de una posible inauguración con la película), parecía que iba a deslucir un poco la representación española en la Sección Oficial, la realidad es bastante distinta. Mientras el interés por la película de Daniel Monzón disminuía a medida que se acercaba el estreno (una vez estrenada, ese interés ha vuelto a crecer), las miradas se dirigían al nuevo trabajo de Alberto Rodríguez tras la notable Grupo 7, La Isla Mínima, y sobre todo hacia una tapada como es Magical Girl, de Carlos Vermut, que no para de recibir elogios allá por donde pasa.
Además podremos ver (al fin) Autómata, un proyecto por el que Antonio Banderas lleva peleando desde hace unos años y que verá la luz en el festival, a pesar de los últimos problemas de distribuidora que ha tenido, y tras unas primeras reacciones muy positivas al lanzamiento del trailer hace unas semanas. A estas tres hay que sumarle (fuera de concurso) la seguro que polémica Lasa y Zabala y la primera incursión en la comedia gamberra de Isaki Lacuesta con Murieron por encima de sus posibilidades.
Y a uno que le encantan las estadísticas y las curiosidades, no podía pasar este artículo sin recordar que, desde 2009, que una actriz española gane la Concha de Plata supone asegurarse el Goya, ya sea como actriz revelación o como actriz principal. Y si no que se lo pregunten a Marian Álvarez, Macarena García, María León, Nora Navas y Lola Dueñas. Y ahora es cuando se abren las apuestas. ¿Será este el año de Bárbara Lennie (yo cruzo los dedos para que sea que sí)? ¿Se llevarán las actrices de Loreak el premio por aquello de jugar en casa? ¿Caerá este año el premio sobre una actriz extranjera y se romperá la racha?
¿QUÉ NO ME PUEDO PERDER?
Con una Sección Oficial tan amplia (21 títulos), y pendientes todavía de si queremos aplaudir (o abuchear, que siempre es más liberador) la decisión del jurado, hay que intentar acertar lo máximo posible en las elecciones del resto de secciones paralelas.
Lo más fácil y menos arriesgado sería decir “vete a ver todas las Perlas y olvídate del resto”. Una sección donde se reúnen la Palma de Oro de Cannes, el Oso de Oro de Berlín, el Premio del Público de Sundance, la ganadora de la Semana de la Crítica de Cannes, además de películas que han competido en todos los festivales de categoría A (Cannes, Berlín, Sundance, Venecia), es garantía de que vas a acertar SIEMPRE.
Pero reconozcámoslo, ¿dónde queda el riesgo y la emoción de enfrentarse a una película sin saber lo que te vas a encontrar? ¿Sin haber leído más que una escueta sinopsis y haber visto una sola imagen? El riesgo aumenta la experiencia de ver una obra, la valoramos por lo que realmente es y no por las expectativas previas que nos habíamos (o, lo que es peor, nos habían) formado sobre ella. Hay que arriesgarse y lanzarse de cabeza, sin miedo a que la piscina esté vacía, a la sección a Nuevos Directores y dejarse sorprender (para bien y para mal). Es una incógnita lo que vas a encontrar, pero lo que es seguro es que siempre acaba apareciendo alguna joyita (Nothing's all bad, Shelter, Los Colores de la montaña, Arrugas, Silver tongues, 7 Cajas...).
Repasada una sección donde es imposible fallar y otra en la que lo único que puedo hacer es animarte a entrar y ver qué sucede, sólo queda buscar en Horizontes Latinos y en Zabaltegi.
En la primera sección se recogen este año 14 producciones provenientes de Argentina, México, Chile, Brasil, Uruguay y Colombia. Películas que han competido o han sido presentadas en importantes festivales internacionales, pero que no han sido vistas previamente en ningún certamen español ni estrenadas comercialmente en nuestro país. Siempre ha sido una sección a la que me daba cierta pereza enfrentarme, quizás por alguna fobia injustificada y/o injustificable hacia el ritmo del cine latinoamericano, pero en esta edición la cosa ha cambiado para bien. Títulos como Jauja (Premio FIPRESCI en Cannes), Matar a un hombre (seleccionada por Chile para los Oscar), La princesa de Francia (seleccionada para competir en Locarno), Refugiado (seleccionada en la Quincena de Realizadores de Cannes) o Güeros (premio a la Mejor Opera Prima en Berlín) son para marcarlos en fosforito y que no se nos pasen las sesiones durante el festival.
A Zabaltegi, sección no competitiva abierta a las propuestas cinematográficas más variadas, sorprendentes y apetecibles del año, llega tras su paso por el Festival de Venecia y tras su aplaudida trilogía Paraíso la nueva película de Ulrich Seidl, Im Keller, un documental sobre sótanos austriacos y sus dueños. Yo con esos elementos y dirigiendo quien dirige, no puedo esperar más a verla. Otro que llega a Zabaltegi después de saborear las mieles del éxito con el guión de Ocho Apellidos Vascos es Borja Cobeaga, quien, ahora también como director, nos muestra en Negociador su particular visión sobre las negociaciones del gobierno español con ETA.
Para terminar quiero destacar dos documentales. El primero es El último adiós de Bette Davis, documental de producción propia del Canal TCM que reconstruye la visita que Bette Davis realizó al Festival de San Sebastián para recibir el premio Donosti en 1989. Es una de las grandes leyendas de la historia del Festival y, como todo lo que toca TCM, la calidad está más que asegurada.
El segundo documental no puede llegar en mejor momento. The Kingdom of Dreams and Madness recoge el último año de trabajo en el Studio Ghibli mientras se preparaban El Viento se Levanta y The tale of the princess Kaguya. Nos permitirá ver cómo trabaja un maestro como Hayao Miyazaki y puede convertirse en un documento histórico si se confirma el cierre del estudio que tantas alegrías nos ha dado. ¿Qué más se puede pedir?
Llegamos hasta aquí y todavía no he comentado qué personalidades se pasearán por Donosti durante este año. De momento esperamos a Denzel Washington, que recibirá mañana en la gala de inauguración, y antes de que se proyecte su última película The Equalizer. El Protector, el primer Premio Donostia de esta edición. Pero habrá muchos más que vendrán a presentar sus últimos trabajos y de todos ellos (y de los cotilleos, las fiestas, los eventos paralelos y sobre todo de las películas) os iré escribiendo durante los próximos días. Espero poder acercaros toda la emoción, las sensaciones, las reacciones del público (que es bastante educado), de la prensa (ay, la prensa) y haceros sentir que estáis viviendo el Zinemaldia desde dentro. Si no lo consigo, al menos espero que os divirtáis por el camino. Un camino que empieza mañana, así que hasta entonces, ¡nos vemos en los cines!
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Fuente: CINeol | Visitada: 1461 veces
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