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Especial Óscar 2014: Lo que el Óscar ignoró

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Las reglas de la Academia lo dicen muy claro: cada año solo puede haber entre cinco y diez nominadas a mejor película. En ningún caso pueden superar la decena, por mucho que se repartan los votos o muchas obras de calidad que se estrenen. Y se estrenan un montón. Aunque es casi imposible tener una cifra cerrada, en 2013 se estrenaron en los cines de Estados Unidos como mínimo 685 películas, casi dos al día. Las que compiten por el Óscar son menos, ya que tienen que cumplir unas reglas muy concretas de exhibición y tienen que ser presentadas a la Academia por sus productores, pero el número sigue siendo desorbitado: 289 películas en esta edición.

Hay mucha morralla en esa lista, y fácilmente la podríamos dejar en la mitad sin hacer sacrificios, pero aun así: ¿cuántos de vosotros visteis más de 140 películas de estreno el año pasado? La media entre los cinéfilos de pro es mucho menor, y entre los miembros de la Academia no es distinto, por mucho que ellos trabajen en esto. Así que, entre que hay más películas de las que se pueden ver y que hay solo 10 puestos máximo que cubrir, muchas películas que se merecerían ser consideradas para el Óscar se quedan en el camino. Las más señaladas por potencial, por calidad, por premios, por lo que se esperaba de ellas o por lo cerca que se quedaron de optar a la estatuilla, son las que se incluyen en este artículo.





El límite de puestos en la categoría reina de los Óscar es una realidad especialmente dolorosa para las integrantes de esta sección. No hay un motivo claro por el que no hayan sido nominadas en lugar de Philomena, Dallas Buyers Club o El Lobo de Wall Street, por ejemplo. Sencillamente, no han logrado conquistar a suficientes votantes. Está claro que todas ellas recibieron votos y estuvieron presentes en el recuento que realizan los señores de PricewaterhouseCoopers, pero sus votos tuvieron que ser redistribuidos entre las actuales nominadas, por no llegar al mínimo imprescindible.

Porque no olvidemos una cosa: la Academia en bloque no ha votado por las nueve películas nominadas. Unos han votado por unas, otros por otras. Los que han votado por 12 Años de Esclavitud no tienen por qué pensar que Capitán Phillips es buena, y viceversa. Al fin y al cabo, la Academia es un ente mucho más heterogéneo que cualquier comunidad cinéfila online o grupo de amigos amantes del séptimo arte. No hay nada que haga pensar que Michael Haneke, Olivia de Havilland, Gregg Araki, Ava DuVernay, Jet Li, Martin Scorsese, Pedro Almodóvar, Scarlett Johansson, Vin Diesel, Andy Tennant, Javier Bardem o Steven Spielberg tienen gustos siquiera parecidos. Todos ellos son miembros de la Academia, todos ellos votan en los Óscar, pero ninguno de ellos busca lo mismo en una película que los demás.

Y así, las integrantes de esta sección habrán convencido a muchos de ellos, pero no a los suficientes como para lograr la nominación.


A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS

Joel y Ethan Coen estaban en racha. Después de años siendo mayormente ignorados por la Academia, todo cambió cuando ganaron el Óscar por No Es País Para Viejos. Desde entonces, se habían convertido en habituales de las ceremonias. Volvieron a colar la casi inaccesible Un Tipo Serio entre las nominadas y acumularon 10 candidaturas con Valor de Ley. Con su nueva película se las prometían también muy felices desde que se estrenó en el Festival de Cannes entre aclamaciones del público y la crítica, ganando el Gran Premio del Jurado. Desde entonces no aflojó el entusiasmo. La temporada de premios le reportó un centenar de nominaciones, especialmente de asociaciones de la crítica, pero también de los Globos de Oro, los Critics’ Choice y los Independent Spirit, además de galardones como el NSFC y el Gotham. Sin embargo, a la hora de darse a conocer los premios de los sindicatos, la industria la ignoró casi por completo. Y la Academia siguió esa línea. Quizá esta historia de un cantante de folk de los años 60 que navega de fracaso en fracaso contenía demasiada desesperanza o su emotividad era demasiado sutil para llegar a un sector mayoritario.


AL ENCUENTRO DE MR. BANKS

Si la anterior película podía ser demasiado oscura para la Academia, la exclusión de este biopic de Walt Disney y P.L. Travers en su colaboración para hacer Mary Poppins no tiene explicación racional. Todo en el filme parece apelar a la Academia: una historia de la industria, una carga emocional muy potente y clara, un final inspirador y luminoso, un diseño de producción y vestuario muy vistoso y atractivo, unas actuaciones soberbias en papeles de personas reales por parte de dos actores oscarizados que no estaban tan bien desde hace años… Pese a ser pura fórmula de Óscar, las críticas y la reacción del público fueron muy positivas. Puede que fuese típica, pero funcionaba. Sin embargo, parece que los votantes ya no se conmueven con estos productos. O quizá no aprobaron que Disney se echase flores a sí mismo.


BLUE JASMINE

Cada cierto tiempo se habla de la resurrección de Woody Allen. Pasó con Match Point, pasó con Midnight in Paris y ahora ha pasado también con Blue Jasmine. Siguiendo su ritmo, le tocaba esta vez una película floja, pero en cambio ofreció una obra madura que nada tiene que envidiar a sus filmes de los años 80. Esencialmente una reinterpretación moderna y adaptada a la generación Madoff de Un Tranvía Llamado Deseo, ha sido uno de los mayores éxitos de la carrera del neoyorquino gracias en buena parte a sus actrices, y ha estado presente en buena parte de los premios más importantes de la temporada. Sin embargo, la Academia no ha encontrado hueco para ella, quizá por su tempranera fecha de estreno, porque ha sido un año muy fuerte o porque esa inspiración en un clásico no ha sido bien recibida.


RUSH

Otro del que ya no se esperaba nada, tras sus tediosas aventuras de Robert Langdon y su lamentable comedia ¡Qué dilema!, es Ron Howard. Como máximo, las expectativas en torno a este biopic sobre la rivalidad entre James Hunt y Nikki Lauda eran que fuese blandito y comercial, como sus anteriores dramas premiables. Sin embargo, sorprendió a todo el mundo con su mejor película hasta la fecha: emocionante, inteligente, equilibrada, inspiradora, técnicamente irreprochable y dirigida con un nervio y una solidez pasmosas. La escasa popularidad de la Fórmula 1 en Estados Unidos la condenó en la taquilla, así que fue rápidamente olvidada y no tuvo el empujón promocional que se merecía. Pensaremos que su Óscar por Una Mente Maravillosa se lo ha llevado por este filme y santas pascuas.


FRUITVALE STATION

Desde su estreno en el Festival de Sundance, donde causó sensación hasta el punto de obtener los premios del jurado y del público, este drama basado en un hecho real estuvo en el radar de los Óscar. El hecho de que Harvey Weinstein adquiriese el filme para su distribución parecía sellar su destino como la película indie del año en los premios de la Academia. Su estreno veraniego buscaba el mismo efecto que Bestias del Sur Salvaje, dejando suficiente tiempo a los académicos para descubrir el filme. Sin embargo, no llegó a eclosionar en taquilla y, pese a que comenzó bien la temporada (con varias menciones al director y el protagonista como revelaciones del año), pronto su estela se difuminó en favor de otras cintas. Harvey vio lo que pasaba y apostó por Philomena. Nunca más se supo.

Otras cintas que formaron parte activa de la carrera: El Mayordomo, Agosto.





Al comenzar el año, todos los expertos en el arte de la oscarología y demás periodistas especializados echan un ojo a las películas que van a estrenarse durante esos doce meses y empiezan a adjudicar etiquetas, en función de su potencial para estar en la carrera de premios de ese año. Hay determinados filmes que, por su argumento, temática o fuente en la que se inspiran, parecen destinados a pasearse por el Dolby Theatre. Otros son destacados por las personas que están detrás de ellos, sean directores, actores, guionistas o productores, que le dotan de un pedigrí al proyecto que hace necesario mantenerlas en el radar de galardones. Otras cintas, por su parte, tienen el apoyo de estudios potentes que a buen seguro las pondrán en el mapa de la Academia a poco que cumplan con las expectativas.

Pero está claro que no todas las películas cumplen con lo que prometen. Pueden tener la historia más académica, el género más oscarizable, el director más reconocido, el actor más de moda, el guionista más celebrado, el estudio más poderoso, el productor más artero, que si son una mierda, no hay nada que hacer por ellas. Si la crítica y el público les da la espalda o se convierten en el hazmerreír de los círculos cinéfilos, ni siquiera un biopic histórico de un superviviente del Holocausto interpretado por un actor al que le deben el Óscar, escrito por Akiva Goldsman y dirigido por un peso pesado del cine serio puede competir en estos premios. Como les pasó a estas películas.


EL QUINTO PODER

La carrera de Bill Condon ha ido alternando entre la mierda de serie B (Candyman 2, La Saga Crepúsculo: Amanecer) y los dramas de prestigio (Kinsey, Dioses y Monstruos, Dreamgirls). Por esta última vertiente ha estado continuamente a un paso de ser un favorito de la Academia, pero al final siempre se ha quedado a medio camino. La historia de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, tenía sin embargo todos los elementos necesarios para lograr el favor del Óscar: intriga, drama, lucha de poder, dilemas morales, temas políticos y sociales de actualidad, antihéroes… Además contaba con dos actores emergentes a un paso del estrellato, ¿qué más se podía pedir? Por ejemplo, que la película fuese buena. En lugar de eso, la crítica descubrió una colección de lugares comunes y diálogos manidos, unos personajes caricaturizados, una visión simplista y maniquea de la sociedad y la ética periodística, y un tono un tanto reaccionario. Pero lo más grave es lo de la taquilla: el público le dio la espalda de forma tan rotunda que se convirtió en uno de los mayores fracasos del año. Su implosión fue tan espectacular que una semana después de su estreno nadie hablaba ya de su existencia.


EL CONSEJERO

La última vez que supimos de Cormac McCarthy en el cine, fue con el doble puñetazo de No Es País Para Viejos y The Road (La Carretera), una sesión doble tan colorida y alegre que es responsable del 10% de los suicidios a escala mundial, pero que logró excelentes críticas y, en el caso del filme de los Coen, varios premios de la Academia. Que el escritor ganador del Pulitzer se lanzase a escribir un guion era una noticia prometedora, y que Ridley Scott lo dirigiese con un reparto de lujo hacía salivar. Cine negro de alma y género con potencial de premios… pero el resultado es una mezcla densa e irregular de disquisiciones filosóficas, anécdotas surrealistas y diálogos confusos que logra que el espectador sea incapaz de enterarse de una trama sencilla. La crítica la puso a caldo y el público pasó de ella.


DIANA

Hablando de mojones, una película sobre una princesa que se puede vanagloriar de ser la reina de este año en cuanto a críticas demoledoras. Sobre el papel, un biopic de Diana de Gales, de su último amor y de su trágico fallecimiento se escribe casi solo para que sea material de Óscar. Con el alemán Oliver Hirschbiegel al frente y la magnífica Naomi Watts haciendo de Lady Di, todo iba sobre ruedas. Y directos a un túnel. Cuando lo más positivo que tiene la crítica que decir de tu película es que es muy divertida en un sentido totalmente ridículo y de novela rosa que se vende a céntimo el kilo; cuando el público no acude a verla ni siquiera en el Reino Unido, baluarte de Santa Di; entonces no se puede aspirar a nada más elevado que el Razzie.


GANGSTER SQUAD

Los Intocables de Elliot Ness, L.A. Confidential, Camino a la perdición, Enemigos Públicos… Cada cierto tiempo, Hollywood intenta recuperar el cine negro de décadas pretéritas, bien situándolo en el policíaco Los Ángeles, bien escogiendo figuras icónicas de la mafia de la época de la prohibición. Los resultados suelen ser positivos y muchas veces merecedores de Óscar. ¿Podría el inexperto Ruben Fleischer lograr otro hito en el género con un reparto espectacular y un criminal como Mickey Cohen? La respuesta es no. La crítica alabó el estilo visual del filme, pero subrayó su incapacidad para manejar el ritmo y su espantoso guion, con una trama mal dibujada, demasiados personajes poco desarrollados y unos diálogos acartonados. El filme pasó sin pena ni gloria tras haberse retrasado para huir sabiamente de la temporada de premios.

Otros filmes denostados que tenían potencial: Parkland, Jobs, To the Wonder, Solo Dios Perdona, La Gran Revancha, ¡Menudo fenómeno!, La Trama, Emperador, Oldboy.





El sistema de voto de los Óscar premia ante todo una cosa: la pasión. Las cintas que son capaces de reclutar a defensores fervientes que las coloquen en lo más alto de sus listas de lo mejor de año son las que tienen más posibilidades de ser nominadas. En este sentido, es mucho mejor dividir opiniones entre amor y odio absoluto, que despertar la aprobación indiferente de todo el mundo. Si el máximo piropo que se puede conseguir es el de “está bien”, es muy poco probable que la película entre en la terna. De hecho, es muy poco probable que obtenga siquiera algún voto.

Por supuesto, todos los años hay muchas más cintas de encogimiento de hombros que de aplauso y alabanza. Hay que tener mucho talento para hacer una obra maestra y hay que ser muy inepto para tener todas las facilidades del mundo y entregar un mojón, así que el término medio se impone. Incluso cuando uno tiene unas aspiraciones artísticas elevadas, el resultado puede quedare lejos de alcanzar esas metas, pero eso no quiere decir que se hunda uno en el barro. Tampoco que alguien vaya a votarle para el Óscar solo por intentarlo, como les ha pasado a los integrantes de esta sección.


EL GRAN GATSBY

Adaptar una de las obras fundamentales de la literatura estadounidense parece un pasaporte asegurado a la temporada de premios, pero también es un arma de doble filo. El respeto por la obra original siempre impone un baremo muy alto de expectativas, y la complejidad narrativa y temática por la que ha ganado su fama hace especialmente difícil la traslación a otro medio. Muchos han fallado en estas lides, aunque a priori El Gran Gatsby parecía el libro ideal para la sensibilidad estilística y temática de Baz Luhrmann. El australiano ya había triunfado con Moulin Rouge y su visión del amor trágico y del lujo como tapadera encajaba con la melancolía y la crítica social de F. Scott Fitzgerald. Con un reparto de lujo, podía ser la gran favorita del año… o un desastre total. El retraso de su fecha de estreno (de la temporada de premios al verano siguiente) apuntaba a cierta desconfianza que finalmente se hizo real: el filme no era lo suficientemente sólido para optar al Óscar. Tampoco era un desastre, aunque si se hubiese estrenado en diciembre (con las expectativas por las nubes) muchos lo hubiesen calificado así. Era solo una pieza irregular, excesiva, llena de momentos brillantes y otros muchos que no acababan de cuajar. Al final el cambio de fechas fue buena idea.


LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY

Si la cinta de Baz Luhrmann se hubiese quedado en diciembre de 2012, posiblemente habría sufrido la misma suerte que esta comedia dramática de Ben Stiller, remake de una comedia de Danny Kaye de hace 70 años. El filme tenía un acercamiento mucho más serio y emocional que la película original a la historia de un soñador que se ve envuelto en una aventura real. Los tráilers habían pintado una obra inspiradora, épica y humana, de esas que te cambian por dentro o te hacen sentirte lleno de amor por el mundo. Un poco Forrest Gump o Slumdog Millionaire. ¿Podía saltar la sorpresa frente a las esperadas favoritas? No, porque no acababa de arrancar ni se decidía sobre si ser ingenua, poética, romántica o graciosa. Su estreno en temporada alta hizo que quedase tapada por otros filmes y fuese un relativo fracaso.


LA LADRONA DE LIBROS

Hablando de películas que se postularon durante un breve espacio de tiempo como “la tapada de esta edición”, he aquí un filme que marca casi todas las casillas de lo que se conoce como ‘película de Óscar’ (un estereotipo que ha perdido bastante validez este nuevo siglo, pero que de vez en cuando sigue funcionando): Segunda Guerra Mundial, nazis, judíos, Holocausto, niños, cultura, amistad, heroicidades, mensaje inspirador, basada en un best seller… La inexperiencia de su director y su perfil de producción bajo la dejaron en un segundo plano, y cuando finalmente pudo verse, la crítica simplemente le dio un pase y la olvidó. Funcionó razonablemente bien entre el público, pero no lo suficiente para que nadie quisiese darle premios.


UNA VIDA EN TRES DÍAS

Jason Reitman se iba a comer el mundo tras encadenar dos éxitos como Juno y Up in the Air, con numerosas nominaciones al Óscar y críticas supremas. Con Young Adult se cortó su racha por puro cinismo, pero Una Vida en Tres Días parecía destinada a recuperarla. ¿Una adaptación de una novela de Joyce Maynard, autora de Todo por un Sueño y amante de J.D. Salinger, con Kate Winslet y Josh Brolin? ¿Dónde hay que firmar? Los parecidos de la trama con Un Mundo Perfecto, pero con un toque romántico, aumentaban la expectación. Sin embargo, tras su paso por los festivales de Telluride y Toronto quedó claro que el filme no era nada del otro mundo, a tenor por la frialdad con la que fue recibido. Paramount ni siquiera intentó una campaña para darle la vuelta a esta primera impresión, decidiendo centrarse en El Lobo de Wall Street.


MANDELA. DEL MITO AL HOMBRE

Las películas sobre Nelson Mandela no han tenido mucha suerte en los Óscar, pero las de otros activistas antiapartheid sí. El estatus de mito que había alcanzado su figura hacía posible que este filme cambiase las tornas. Estando detrás Harvey Weinstein y teniendo como director a Justin Chadwick, uno podía dudar de que el filme resultante pasase de correcto y funcional, pero eso no quería decir que no lograse colarse en la terna por el poder de Weinstein. Tras la muerte del líder sudafricano, esa posibilidad podría haber cobrado forma si no hubiese sido porque la cinta ya se había podido ver en festivales y la crítica ya la había descartado, calificándola de irregular y de poco calado. Con la cantidad de apuestas que tenía Harvey este año, esta pasó a un segundo plano y nunca encontró a un público.


Otras películas que se quedaron a 20 pasos de ser memorables: Out of the Furnace, The Bling Ring, Pacto de Silencio, Don Jon, Kill Your Darlings, 42, A Cualquier Precio, The Invisible Woman.





A diferencia de lo que pueda parecer, lo primordial para ser nominado (no solo en los Óscar, sino en cualquier galardón, incluidos los Premios CINeol) no es hacer una buena película, sino conseguir que la gente vea tu película. Si ruedas una obra maestra capaz de cambiar el mundo del cine, pero solo la ven 7 personas, ¿quién te va a votar? Desde luego, menos personas que si rodases un filme correcto y olvidable, pero que logra recaudar 400 millones de dólares. Por eso todos los estudios se gastan millonadas en campañas de promoción de cara a los Óscar y en facilitar screeners y proyecciones especiales a los miembros de la Academia: para mantener sus películas en el candelero y conseguir que las vean el mayor número de votantes posibles. El tema de la calidad percibida, como hemos visto en el primer punto, es mucho más debatible e inestable.

El problema de las películas indies es que no disponen de medios para competir en este aspecto. Puede que alguna logre reunir las condiciones para dar el salto (un distribuidor como Harvey Weinstein, una cantidad de premios abrumadora que incita a realizar la inversión, un éxito sorpresa en taquilla…), pero en el camino se quedan muchas obras realizadas con tanto cariño como escasez de recursos. El sacrificio de estas películas ha sido conseguir rodarlas y estrenarlas. Pocas pueden permitirse gastar más dinero para que unas miles de personas las vean, sin garantizar que se obtenga nada a cambio.


ANTES DEL ANOCHECER

Han pasado 18 años desde que se conocieron y los conocimos en un tren en Viena, y muchos pensaban que ya iba siendo hora de que la Academia reconociese esta saga sobre las relaciones de pareja que tantos corazones ha llenado y con la que han crecido varias generaciones de cinéfilos. Estrenada en el Festival de Sundance, la película de Richard Linklater fue recibida con las mejores críticas de la serie y con la sensación de que este amor más maduro finalmente podría conectar con los votantes. Su estreno en salas fue en mayo, de nuevo intentando la estrategia de huir de la temporada alta de premios para no quedar perdida entre tanta película, y dejando tiempo para que el mayor número posible de personas la viesen. La maniobra no fue efectiva, en parte porque las que llegaron detrás fueron muchas y muy potentes, en parte porque, como parte de una saga, el filme no precisaba de tiempo extra para darse a conocer. En cambio, sí podía pasar que se olvidasen de que era de este año, y una insuficiente campaña de promoción no pudo revertir este olvido.


SHORT TERM 12

Nadie esperaba nada de esta película porque, antes de ganar los premios del jurado y del público en el festival SXSW (una de las alternativas a Sundance de menor tamaño que se celebran en la primera mitad del año), nadie conocía de su existencia. Se trata de un drama sobre una joven educadora de un centro de menores delincuentes que causó sensación en el circuito indie y eso se tradujo en unas críticas que la sitúan entre lo mejor del año y un buen número de premios y nominaciones, en especial para su protagonista, Brie Larson. Pero hubiese sido muy ingenuo pensar que tenía alguna posibilidad de abrirse camino entre los 6.000 miembros de la Academia. La pequeña distribuidora apenas pudo costear su estreno en salas, mucho menos enviar screeners a los académicos para que la viesen.


CUANDO TODO ESTÁ PERDIDO

J.C. Chandor tiene que haber nacido con una flor en el culo. Pocos realizadores indies pueden presumir de haber debutado en el cine con una película tan llena de estrellas como Margin Call y de haber logrado ya una nominación al Óscar. Su segundo trabajo era tan esperado por la recepción positiva que tuvo esta ópera prima como por desviarse por completo de lo que aquella ofrecía. En su lugar, era una historia de supervivencia con un solo actor (Robert Redford, otra estrella) y casi ningún diálogo. Cuando el filme debutó en Cannes, la crítica se puso a hacer reverencias por su firmeza narrativa y por el tour de force de Redford en el papel principal. Sin embargo, la película acabó siendo demasiado pequeña y minimalista para atrapar a la Academia. Al fin y al cabo, ya tenían una historia de supervivencia con montones de efectos especiales para votar.


MUD

Después de Shotgun Stories y sobre todo Take Shelter, el nombre de Jeff Nichols es uno de los más respetados en el mundillo independiente americano. No es de extrañar que esta, su tercera película, se estrenase en competición en el Festival de Cannes de 2012. La recepción de la crítica a esta historia reminiscente de Mark Twain fue adecuada, pero no especialmente laudatoria, por lo que le costó encontrar distribuidor. Finalmente se hizo con ella Lionsgate y, sin confianza en sus posibilidades de premio, la estrenó en el mes de abril. La sorpresa fue que la crítica autóctona sí que la puso por las nubes y en taquilla funcionó muy bien, pero a la hora de la verdad, el estudio estuvo más pendiente de contar el dinero de Los Juegos del Hambre que de poner algo de interés en una campaña decente para el filme que recordase a la gente que había salido este año.


CRUCE DE CAMINOS

Otra voz con prestigio en el mundo indie es la de Derek Cianfrance. Su nueva película tras Blue Valentine era uno de los estrenos más esperados de Toronto 2012, por lo que hubo una ligera decepción entre cierto sector. Sin embargo, el filme fue adquirido por Focus Features, lo que significaba que tenía potencial de Óscar. El estudio se decidió también por un estreno tempranero (marzo), pero dadas las críticas y la recepción del público, lo normal habría sido empezar una campaña a final de año para lograr unas cuantas nominaciones y premios. El problema es que, por esa época, la casa madre Universal comenzó un proceso de reestructuración y cierre de parte de Focus, así que la mini-major solo pudo sacar ganas y recursos para apoyar la apuesta más segura, Dallas Buyers Club, dejando abandonado el resto de su catálogo.

Más cine indie demasiado modesto o rarito para el señor Óscar: Frances Ha, Sobran las palabras, The Spectacular Now, Ain't Them Bodies Saints, El Camino de Vuelta, ¿Qué hacemos con Maisie?, Prince Avalanche, The Kings of Summer, Mucho Ruido y Pocas Nueces, Blue Caprice, Spring Breakers, Stoker, Upstream Color.





El caso opuesto al anterior también se aplica. El cine independiente tiene al menos un aura de prestigio, aunque su calidad en muchos casos se quede lejos de esta fama, pero al cine comercial nadie se lo toma en serio. En los días del Hollywood clásico, esto no era así porque los filmes se dirigían al público adulto, fuesen dramas, comedias, cintas épicas o películas del oeste. Los revientataquillas eran historias de novela y teatro, historias de la Historia (valga la redundancia), historias sobre gente hecha y derecha que sufría mucho o hacía payasadas o se enamoraba. Eso cambió en los 70 con el concepto de blockbuster, más orientado al público juvenil. Con el avance de la técnica, este tipo de cine ha ido dejando más de lado la historia y centrándose más en el aspecto visual, bajando con ello la edad objetiva de su público y echando a los adultos de las salas.

La cuestión es que la mayor parte de la Academia es adulta, así que el cine comercial que antes copaba las nominaciones ha ido quedando cada vez más relegado a cintas con una pátina de seriedad, importancia y trascendencia que han tenido éxito, y eventos culturales tan significativos que cualquier otra consideración ha quedado de lado (como Avatar o las películas de Pixar). Así que lo normal es que, ante los blockbusters o las películas de géneros tradicionalmente considerados como superficiales (thriller, terror, acción, infantil, fantasía, ciencia ficción), los académicos miren hacia otro lado sin importarles las críticas y la recepción del público. Y eso se deja en el camino muchas joyas que merecerían mejor suerte.


PRISIONEROS

¿Qué tienen el común Seven, Psicosis, Sospechosos Habituales, Zodiac y Memento? Dos cosas: todos ellos son thrillers aclamados por crítica y público; y ninguno de ellos fue nominado al Óscar como mejor película. El estigma que tenía que superar Prisioneros para alcanzar la estatuilla era muy grande. Sin embargo, muchos confiaban en que el salto al cine americano del canadiense Denis Villeneuve lograría superar esta barrera. Contaba con un reparto inundado de estrellas, con un argumento que tocaba la fibra sensible (el secuestro de unas niñas) y con un subtexto sociopolítico muy claro y actual (la validez y la moral de la tortura como método para obtener información). Su paso por Toronto y Telluride fue muy positivo, así que parecía que el filme podía cuajar… pero a la hora de la verdad, funcionó solamente ‘bien’ en taquilla y la crítica la clasificó claramente como producto de género, centrándose sobre todo en comentar sus aspectos procedimentales en lugar de diseccionar su vertiente dramática. La percepción de la Academia se había establecido como thriller whodunit y Warner Bros dejó de prestarle atención. Cuando la hora de publicitarse, estaban a manos llenas intentando subrayar que Her y Gravity tampoco eran solo cine de género, así que pasaron de ella.


EL ÚNICO SUPERVIVIENTE

Peter Berg nunca ha sido un nombre que inspire confianza. Sus trabajos más serios han sido Friday Night Lights (más reconocida por su serie) y La Sombra del Reino (que no era gran cosa), dedicando el resto de su filmografía a cintas de acción y aventuras como la fracasada (en todos los sentidos) Battleship. Por ello, no había motivo para prestarle atención a este filme bélico sobre una operación fallida en Afganistán. En el mejor de los casos podía ser un Black Hawk Derribado light, en el peor, un Tras la línea enemiga. En cualquier caso, la Academia no iba a prestar atención. Ni siquiera Universal sabía si confiar en ella como producto comercial o película de Óscar. Le concedieron un estreno técnico a final de año pero apenas realizaron promoción, y las voces que destacaron su impacto emocional llegaron tarde para cambiar la percepción de cine de acción sin más.


FROZEN. EL REINO DEL HIELO

Cuando la Academia amplió a 10 el número de nominadas a mejor película, tuvimos un par de años de oasis en los que parecía que habían finalmente aceptado la animación como un género premiable en categorías mayores. Up y Toy Story 3 se colaron en la terna y daba la impresión de que iba a ser una constante. Todo fue perder algo de lustre el cine de Pixar y acabarse la racha. Se ve que era el prestigio del estudio lo que había logrado saltarse los estereotipos, porque ni siquiera Disney ha logrado colarse entre los nominados. No lo consiguieron el año pasado por ¡Rompe Ralph! y tampoco este año por la que ya es considerada por muchos como uno de los clásicos indiscutibles del catálogo de la casa del ratón, al nivel de joyas como El Rey León o la primera candidata animada al Óscar de mejor película, La Bella y la Bestia.


IRON MAN 3

Aunque no hay nada confirmado, se sabe que El Caballero Oscuro y WALL·E fueron las dos películas que provocaron la decisión de la Academia de ampliar las nominadas al Óscar, al ser ignoradas en favor de la denostada The Reader. Y si bien el cine de animación se ha beneficiado un poco de ello, no se puede decir lo mismo del cine de superhéroes. Por muy buenas críticas que tenga, por mucho éxito que consiga, por mucho que se convierta en un icono popular, ninguna cinta de este tipo ha sido tomada en serio por la Academia. Ni la última entrega de la trilogía de Batman, ni el fenómeno Los Vengadores, ni esta tercera parte que muchos consideran la mejor de la saga y que contiene el arco dramático más elaborado y humano de las películas Marvel. Si esta cinta no lo consigue, es dudoso que lo logre alguna en el futuro cercano.

Más cine comercial con sello de calidad que ha sido ninguneado: El Hobbit: La Desolación de Smaug, Los Juegos del Hambre. En Llamas, Star Trek. En la oscuridad, Trance, Dolor y Dinero, Juerga hasta el fin, Expediente Warren, Efectos secundarios, The East, Una Cuestión de Tiempo.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 5148 veces


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Comentarios (3)

13:18 - 02/03/2014

Arshabyn

Venga, seamos justos, Rush es mejor película que American Hustle. Por lo menos cuenta algo...

Las exclusión de Prisioners en mejor película también da asquete, pero es que lo de Rush es alucinante: ni mejor actor de reparto, ni mejor sonido, ni mejor montaje, ni mejor película... Mal, muy mal...

Y bueno, las exclusiones en categorías interpretativas de Tom Hanks por Capitan Philips (en lugar de Bale) y Emma Thompson por Saving Mr.Banks (en lugar de Meryl) son lamentables. Dos lecciones de interpretación. De hecho, estoy segura que Tom Hanks hubiese sido un candidato muy a tener en cuenta para la victoria.

Y lo peor es que también podían haber estado Oscar Isaac o Joaquin Phoenix.

15:02 - 02/03/2014

MrFloppy

Mi artículo favorito del año, junto con el de los pronósticos del año que viene :P

Antes e entrar en esa lista: mi total indignación por muchas ausencias de Her.

De las que he podido ver:

• Inside Llewin Davis no me gustó nada, nada, nada. Así que contento :P

• Blue Jasmine es un poco 'meh'. Puede ir contenta con las merecidas nominaciones (y ganadora) de sus actrices.

• Rush. Tampoco me parece la hostia en vinagre como a muchos. Pero viendo el nivel de algunas candidatas, se les podría conceder ese deseo de ocupar su lugar :P

• Lo de Fruitvale Station no lo entiendo por más que lo intento. Es un telefilme barato! Ni B. Jordan ni nada.

• El Mayordomo fue un coñazo, aunque Oprah podría haber entrado y August a mí me gustó bastante, aunque veo que soy de los pocos :P

• Mud y All Is Lost perfectamente podían quitarle el puesto a muchas de las nominadas (sobre todo esta última). Short Term 12 está bien, pero poco más.

• Lo de 'The Spectacular Now' no lo entiendo. Shailene está adorable, y ya. Miles Teller está hostiable y la peli es muy, muy 'meh'.

• ¿Qué Hacemos con Maisie? está bastante bien, pero no premiable.

• Mi fanboyismo no me hace ser imparcial con 'Mucho Ruido...' Así que no diré nada XD

• Lo de Spring Breakers no lo entiendo tampoco. Aunque sí hay que concederle el mérito de no haber hecho PARA NADA una cutremedia teen.

• Y Upstream Color, muy bonita visualmente, una envidia que la hayan hecho con cuatro duros y una cámara doméstica... pero una película totalmente inaccesible para mi :S

• Prisioneros ha sido una sorpresa muy agradable. Pero tampoco esperaba que fuera a estar en los Oscar.

• ¿El Último Superviviente? ¿Iron Man 3?

• Frozen me gustó bastante. En su categoría propia va a ganar, pero no me parece que pueda competir con los otros ejemplos que mencionas. Será que me estoy haciendo ya mayor y no puedo compararla con los clásicos de mi niñez :P

PD: a ver si veo de una vez la saga "Antes De..." :S

23:09 - 02/03/2014

Damned Martian

Conste que las que vienen en el artículo no son las que yo hubiese puesto, sino las que por recepción de crítica y público o por expectativas o por premios conseguidos se han quedado cerca. Porque si por mí fuese, El Mayordomo y Agosto estarían en la parte de los bluffs, por ejemplo.


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