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Especial Óscar 2014: Mejor Película

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He aquí el premio de los premios, el más importante de la noche y el que marcará cuál es la triunfadora de la noche, más allá del número de estatuillas que se lleve cada una. Tradicionalmente, la ganadora suele ser una película épica, histórica o de amor de gran presupuesto, aunque en los últimos años esta tendencia ha ido fluctuando y acercándose más al estilo de los años 70; es decir, que las cintas típicas de los Óscar se alternan con otras menos populistas y más oscuras. Se podría decir que la Academia está ahora más cerca del criterio de la crítica de lo que lo ha estado en toda su historia, quizá porque ahora hay unas 800 asociaciones de críticos entregando también premios y acaparando buena parte de la atención mediática durante los meses previos a las votaciones. El imparable crecimiento de los festivales de cine norteamericanos (Toronto, Sundance, Tribeca, Telluride, SXSW…) es otro factor que define la situación actual, permitiendo a los estudios que sitúen sus caballos ganadores en la carrera hacia el Óscar, pero también dando visibilidad a cintas pequeñas que, sin el impacto causado en estos certámenes, no serían tomadas en consideración.

Este es el tercer año consecutivo que tenemos 9 nominadas a mejor película, las mismas desde que la Academia cambió las reglas para que pudiese haber un número variable de entre 5 y 10, con lo cual ya sabemos que la estrategia no les sirvió para nada. El vencedor se decide por voto preferente: los académicos entregan su papeleta con las nominadas ordenadas por orden de preferencia, y en una primera ronda se contabilizan solo los votos hacia las películas que ocupan el primer puesto de estas listas. En sucesivas rondas se van eliminando las cintas menos votadas y distribuyendo esas papeletas a los filmes que ocupen las siguientes posiciones en esas listas. Y así, hasta que una película logre más de la mitad de los votos. Todo esto es para evitar que una película pueda ganar con solo el 12% de los votos, que es lo que podría pasar si en la papeleta solo hubiese que escoger una de las nominadas. Lo que se busca es que la ganadora sea una cinta de consenso, que haya gustado mucho a una gran mayoría. Las nominadas, en orden de menos a más probabilidades de hacerse con la estatuilla, son:



PHILOMENA

Productores: Gabrielle Tana, Steve Coogan (1ª nominación para ambos),
Tracey Seaward (2ª nominación / 0 Óscar)


Cuando uno piensa en los Óscar, piensa en Harvey Weinstein. El nombre del antiguo pope de Miramax está irremediablemente unido a su obsesión por estos premios, y su oronda sombra planea desde hace más de 20 años por la temporada de fin de año. No se entendería la promoción para ganar una estatuilla sin él, como tampoco estaría completa una terna de nominados sin una película que él produjese o distribuyese. Este año, sin embargo, su presencia es casi anecdótica. Pese a contar con más películas con potencial que ningún otro (Fruitvale Station, Agosto, Mandela. Del Mito al Hombre, El Mayordomo y esta película, además de las que se retrasaron a 2014: Grace of Monaco, Un Largo Viaje, The Immigrant, Tracks…), pese a ello, solo ha conseguido 10 nominaciones. Y la única que aspira al premio de mejor película es la británica Philomena.

El filme de Stephen Frears (cuyo último viaje al Dolby Theatre fue con The Queen) cuenta la historia de una anciana irlandesa que lleva 50 años buscando al hijo que dio a luz y que le fue arrebatado por unas monjas para darlo en adopción, en contra de su voluntad. En su búsqueda, la mujer (Judi Dench) es ayudada por un reportero caído en desgracia (Steve Coogan, también guionista) que ve en ella la noticia que puede devolverle al primer plano. Pese al dramón que se intuye, la cinta mezcla la tragedia con momentos más ligeros gracias al carácter afable y campechano de la protagonista, lo que hace este recorrido sea más fácil de digerir para el gran público. La crítica la ha alabado de forma casi unánime dentro de lo que es, un drama comercial con emotividad de manual, pero destacando la honestidad y solidez de su propuesta. El público también ha respondido bien, y está claro que ha gustado a una parte de la Academia, ya que pese a no tener apenas presencia durante esta temporada, ha logrado hacerse un hueco entre las nominadas. Sin embargo, es un tipo de película que habría funcionado mejor en los años 90, una época en la que estas cintas arrasaban a poco que fuesen medio buenas. Hoy en día el cine ha pasado página, aunque siga reservando un huequecito para estos flashbacks de otra época.

A FAVOR: Harvey Weinstein. El voto británico. Es una película accesible y menos trágica de lo que su argumento podría hacer pensar, además de tener contenido social para darle más peso. Muchos votantes del sector veterano se pueden sentir muy cercanos a la carismática protagonista.
EN CONTRA: El voto británico no le ha servido para ganar ningún premio en su tierra, así que es dudoso que lo consiga en Estados Unidos. Nadie duda de que sea una cinta correcta o hasta muy buena, pero también es comúnmente aceptado que se olvida fácilmente. Es dudoso que logre ganar más votos que los que le dieron la nominación, porque personas entusiasmadas con la película como para decir que es la mejor del año hay tres o cuatro en todo el mundo.


Finalista: Globo de Oro, BAFTA, BIFA, Satellite, Southeastern, Phoenix, BAFTA*, Londres*.
*Mejor película británica.





EL LOBO DE WALL STREET

Productores: Leonardo DiCaprio, Emma Tillinger Koskoff, Joey McFarland (1ª nominación
para todos), Martin Scorsese (2ª nominación / 0 Óscar como productor)


Se ha dicho ya muchas veces, pero conviene recalcarlo: Martin Scorsese tiene ya 71 años. Y ahí sigue, dándolo todo con la película más juvenil de todas las nominadas. Y levantando ampollas, haciendo correr ríos de tinta y cuantas frases hechas y manidas se os ocurran para decir que su película no es para todo el mundo. Dicho sin eufemismos, hay gente que se ha cabreado de verdad por culpa de este Lobo. Famosa se ha hecho ya la anécdota de un pase para miembros de la Academia en el que, al finalizar la película, uno de los académicos cogió a Marty del brazo y se puso a cantarle las cuarenta por lo que acababa de ver. “Debería darte vergüenza”, decía escandalizado. Y mientras tanto, otros muchos se rompían las manos aplaudiendo. Esa es la naturaleza de la película que tenemos entre manos: o la odias, o la amas.

El filme narra el ascenso y caída de Jordan Belfort, que desde muy joven siempre supo que quería ser un bróker de Wall Street. Una vez metido en ese mundillo de estafadores de las altas finanzas, Belfort hizo una fortuna y junto a sus secuaces se dio la vida padre sin ningún tipo de límite. Sexo, drogas, burradas, una carencia absoluta de sentido de la moral y un amor por el dinero que entra en el terreno de la psicopatología son las señas de identidad de este despreciable y carismático timador. Scorsese le presenta como una especie de telepredicador financiero, un triunfador del vacío tan pueril como avispado. Su mirada es sarcástica y a ratos hasta paródica, recreándose en la autocomplacencia de los personajes (tanto sus excesos como sus interminables diálogos improvisados) y sin ahorrar en momentos en los que muestra el magnetismo de Belfort y lo mucho que disfrutaban del dinero robado. Es una sátira, una crítica de todo eso a través del exceso y la reflexión final, pero por el camino conquista a tanta gente como repugna. Es curioso, pero a algunos los conquista por los motivos equivocados y a otros los repugna por los motivos correctos. Es la paradoja de este género tan complejo de realizar con éxito, y también el motivo por el que lo que ha construido Marty es tan descomunal como veneno para el Óscar.

A FAVOR: La Academia le debe un Óscar a Scorsese por una película más potente que Infiltrados, y esta que nos ocupa es su mayor éxito mundial hasta la fecha. Sus admiradores son numerosos y muy fervientes. Su temática es quizás la que tiene mayor actualidad social de todas las nominadas.
EN CONTRA: Es sin duda la película que más división de opiniones provoca de las nominadas, lo cual viene muy bien para ser nominada pero muy mal para ganar. Además de ser polémica y explícita, está narrada como una sátira, con humor negro y cargado de ironía que mucha gente se toma de forma literal y directa. Nada de eso ha sido carne de Óscar en el pasado, y este año no es el ideal para que cambie la cosa.


Ganador: AFI.
Finalista: PGA, DGA, WGA, ACE, Globo de Oro (comedia), Critics' Choice, NBR, Satellite, Boston, Dallas, Southeastern, Las Vegas, San Francisco, Londres, Ohio, Oklahoma, Austin, Georgia, Denver, Indiana, North Carolina, Boston Online.





HER

Productores: Megan Ellison (3ª nominación / 0 Óscar), Spike Jonze, Vincent Landay
(1ª nominación para ambos)


Las películas de ciencia ficción que han sido candidatas al Óscar a mejor película (o que han sido nominadas más allá de los apartados técnicos) se pueden contar con poco más que los dedos de una mano: Origen, Avatar, District 9, E.T., el Extraterrestre, La Guerra de las Galaxias y La naranja mecánica. Y para de contar. Seis películas de un total de 503 que habían optado hasta este año a ese premio. Así que contar aquí con un filme del género (o con dos, según como uno interprete Gravity) es todo un acontecimiento, y más si nos damos cuenta de que la mitad de las cintas de CF nominadas lo han sido en los último cinco años. ¿Está cambiando algo en la Academia? ¿O será simplemente que esta película es una de las mejores del año tanto para la crítica como para la industria y los cinéfilos?

El filme se sitúa en un futuro cercano y narra la historia de amor entre Theodore (Joaquin Phoenix, en una interpretación contenida y muy complicada) y su sistema operativo, una inteligencia artificial llamada Samantha (un aparato al que pone sensual y emocional voz Scarlett Johansson). Además de explorar las distintas ramificaciones científicas, sociales e incluso metafísicas de este avance tecnológico, y cómo afecta a la forma en la que nos relacionamos entre nosotros y con el mundo que nos rodea, la película de Spike Jonze es un viaje emocional de profundas ramificaciones. Hay en ella mucho dolor contenido, mucha felicidad descubierta, mucho miedo al corazón roto, mucha ilusión por el futuro, mucha tristeza hacia la soledad, mucha ternura hacia la intimidad, mucho desasosiego por la obsolescencia, mucha calidez humana, mucha preocupación y admiración por lo que somos, individual y colectivamente, y por lo que podemos llegar a ser si abrimos nuestro corazón y lo compartimos con los demás. A caballo entre la melancolía, el romanticismo y el análisis especulativo, se trata de una propuesta estimulante a nivel intelectual y emocional… pero solo para los que sean capaces de entrar en su juego, ya que el cine de este género tiene que superar una barrera mayor en cuanto a la suspensión de incredulidad y los conocimientos de su público. El sector joven y el sector más ‘artie’ de la Academia han perdido la cabeza por ella, pero hay que hacerse una pregunta: ¿Qué pensará de ella el nonagenario miembro de la Academia Mickey Rooney? Pues eso.

A FAVOR: Es sin lugar a dudas la más romántica de las nominadas, la única que le habla al corazón, cosa que siempre se valora mucho en la Academia. Spike Jonze ya es un valor seguro que aquí vuela a su nivel más alto, y al sector más indie de la Academia se lo tiene ganado.
EN CONTRA: Es un sector poco numeroso, no lo suficiente como para ganar, y menos ante competidoras tan potentes y mucho más vistas que ella. También está el problema de los votantes veteranos, esos que como mucho saben usar un móvil para llamar, y que pueden ver la película como una marcianada sin interés en lugar de como una historia emotiva. Además, la Warner ya tiene su caballo ganador en Gravity.


Ganador: WGA, Los Ángeles, NBR, AFI, Oklahoma, San Diego, Detroit, Austin, Georgia, Kansas*.
Finalista: PGA, ACE, Globo de Oro, Critics' Choice, Chicago, Crítica Online, Dallas, Southeastern, Las Vegas, Washington, St. Louis, Londres, Toronto, Ohio, Indiana.
*Mejor película fantástica.





DALLAS BUYERS CLUB

Productores: Robbie Brenner, Rachel Winter (1ª nominación para ambos)


La Academia americana siempre ha sido muy dada a premiar películas que tratan temas ‘importantes’. Las comillas vienen de que la importancia de dichos temas está dada por la percepción de los votantes, no por su importancia real. Así, la falta de moral en la sociedad contemporánea o el avance de las nuevas tecnologías respecto a las emociones humanas son cuestiones demasiado vagas frente a temas como 'el sida', 'la esclavitud' o 'el aborto', cosas concretas y con un discurso mediático ya establecido que, si son tratadas de forma directa y abierta, son abrazadas por la Academia. A no ser que sean una mierda demasiado grande, claro. Si la calidad del filme alcanza un mínimo y el estudio responsable la hace visible a los votantes, es un caramelo difícil de rechazar.

No quiere decir esto que Dallas Buyers Club haya sido nominada por compromiso, ya que las críticas han sido unánimes a su favor y el público también la ha recibido muy bien. Pero sin duda, contar con un tema ‘importante’ como motor de la trama ha ayudado a que entre casi por sorpresa en la terna, dejando fuera a los Coen o a Walt Disney. El filme cuenta la historia real de Ron Woodroof, un vaquero que contrajo el sida en los años 80 y que, indignado con la falta de tratamientos y la lentitud burocrática con la que se expedían licencias de medicamentos que funcionasen, se montó su propia red de contrabando de fármacos traídos del extranjero. Su iniciativa (y la de otros en su misma situación) contribuyó a mejorar la calidad de vida de muchos enfermos y a cambiar el sistema de gestión farmacéutica de Estados Unidos. Se trata de una película directa, comercial, con una estructura canónica dentro del género del biopic (es decir, un tanto episódica y llena de elipsis), pero también tiene una definición de personajes muy cuidada, una inmediatez visual que subraya el naturalismo de las actuaciones y varios momentos poéticos que ayudan a darle un cierto contenido expresivo al filme. Vamos, que nadie iba a echarla de menos si no la hubiesen nominado, pero tampoco chirría su presencia en la terna.

A FAVOR: Su presencia en los premios de los sindicatos y sus 6 nominaciones (el doble de las que se esperaba) indica que el filme ha tocado un punto sensible en la Academia. Tiene una fuerte carga emocional y trata un tema importante de forma inspiradora, cargada de buenos sentimientos. Se podría decir que es la nominada más clásica de todas.
EN CONTRA: También es la más convencional, junto a Philomena. Como la cinta inglesa, muy pocas personas hablan mal de ella, pero los que hablan maravillas tampoco son numerosos. Parece que cuenta con más apoyos a priori que aquella, pero es muy dudoso que logre ampliarlos lo suficiente como para ganar.


Finalista: PGA, SAG, WGA, Critics' Choice, Dallas, Southeastern, Las Vegas, Oklahoma, Phoenix, Houston, Austin.





CAPITÁN PHILLIPS

Productores: Scott Rudin (6ª nominación / 1 Óscar), Dana Brunetti (2ª nominación / 0 Óscar), Michael De Luca (3ª nominación / 0 Óscar)


No hay nada que guste más en Estados Unidos que un buen héroe americano, honesto, incólume, valiente, entregado y victorioso. Preferible llevar bandera en ristre y cantar el himno yanqui con la mano en el pecho. Sobre el papel, la historia real del capitán de carguero Richard Phillips tenía todos los ingredientes para mostrarnos a uno de esos tipos capaces de resolver ellos solitos el día y colgarse una medalla que reciben con la mayor de las humildades y con el más profundo orgullo salido del American Way of Life. En el año 2009, el barco que capitaneaba Phillips fue atacado y secuestrado por piratas somalíes en las costas de África. Sin embargo, la astucia del marino y del resto de su tripulación logró dar la vuelta a la tortilla y expulsar a los piratas del navío, con una baja: el propio Phillips, retenido como rehén por los jóvenes e inexpertos asaltantes, que huyeron con él en el bote salvavidas. La tensa situación se mantuvo durante tres días, hasta que la armada estadounidense vio la oportunidad para actuar y logró liberar ileso al capitán.

Es fácil ver cómo Hollywood puede retorcer esta historia para que el protagonista sea un fucking awesome héroe y los piratas unos terroristas desalmados que merecen el justo castigo del ejército de los yuesei, ¡YU-ES-EI, YU-ES-EI! Por suerte para nosotros, el proyecto cayó en las manos del británico Paul Greengrass, que se aleja por completo de este acercamiento maniqueo y emplea el estilo procedimental y analítico, más cercano al documento periodístico que al cine de ficción, que ha hecho grandes a cintas como United 93 o Bloody Sunday. Con un ritmo tenso y firme, un montaje que mezcla varias líneas narrativas y un guion que caracteriza con la misma humanidad a todos sus personajes, sin importar del lado del conflicto del que se sitúen, la cinta ha convencido de forma unánime a público y crítica, y ha recuperado para el séptimo arte a Tom Hanks, que últimamente andaba perdido. Su nominación al Óscar era esperada, aunque su buen funcionamiento durante la temporada no ha sido recompensado todo lo que uno esperaría, demostrando que quizás su impacto no sea tan perecedero como para hacer frente a sus poderosos rivales.

A FAVOR: Es una experiencia visceral y emocionante, pero también con calado social, lo cual la convierte en una película bastante completa con potencial para ampliar sus bases. La presencia de Tom Hanks promocionándola siempre es un plus. Además, Paul Greengrass ya se ha ganado las suficientes medallas como para que la Academia empiece a pensar en recompensarle.
EN CONTRA: No le beneficia la elongación del periodo de voto, ya que se difumina en la memoria más rápido de lo que parece. Aunque tiene 6 nominaciones, le faltan dos muy importantes, director y actor, pese a que Greengrass y Hanks fueron nominados por sus sindicatos: quizá los académicos la tienen en menor estima que la industria. Además, su estudio está pendiente de La Gran Estafa Americana.


Ganador: WGA, ACE, AFI.
Finalista: PGA, DGA, Globo de Oro (drama), BAFTA, Critics' Choice, Satellite, Dallas, Southeastern, Oklahoma, Phoenix, Austin, Denver, Indiana.





NEBRASKA

Productores: Albert Berger, Ron Yerxa (1ª nominación para ambos)


Parece mentira, pero hace ya 10 años que se estrenó Entre Copas, la película que supuso un antes y un después en la carrera de Alexander Payne. Hasta entonces, el realizador indie por excelencia había tenido cierto éxito con sus primeras obras, especialmente Election y A Propósito de Schmidt, pero un par de proyectos mal concebidos podrían haber acabado fácilmente con su carrera como, por ejemplo, le pasó a Neil LaBute o a Atom Egoyan. Sin embargo, el drama cómico sobre dos perdedores que buscan un futuro entre copas de vino y relaciones imposibles conectó realmente con crítica y público. Más de 100 premios avalaron al filme, que fue un taquillazo y logró 5 nominaciones al Óscar (aunque todavía duele que ignorasen a Paul Giamatti). Si Clint Eastwood no hubiese aparecido por allí en el último momento, quién sabe si Payne no tendría ya alguna estatuilla más. Lo que sí ocurrió es que desde entonces todo lo que ha hecho ha sido recibido con elogios, premios y visitas al Dolby Theatre.

La que nos ocupa quizá sea su mejor película hasta la fecha. Basada por primera vez en un guion ajeno (pero que se acopla a su universo rural, melancólico y autorreflexivo como un guante), la cinta cuenta la historia de un anciano convencido de que ha ganado la lotería, que arrastra a su hijo a un viaje para reclamar el premio que les lleva a visitar los lugares en los que creció y los amigos y familiares que dejó atrás. Un Don Quijote en busca de molinos de viento con un resignado Sancho Panza que acaba descubriendo facetas de su padre que no esperaba ver: los sueños perdidos por los golpes del tiempo, las cosas a las que tuvo que renunciar para tener un futuro, el dolor que dejó atrás, el afecto oculto que solo asoma ocasionalmente entre la maraña de pragmatismo en el que ha volcado su vida y la confusión en la que está sumida su vejez… Se trata de una cinta que lanza una mirada limpia a los errores y aciertos del pasado que nos han ido definiendo como personas, para bien y para mal, y no solo ha logrado conquistar a casi todos los que la han visto (incluido un inicialmente reluctante Carlos Boyero), sino que está tocando la fibra sensible (como mínimo) del sector anciano de la Academia. Y con buen tino, con una sensibilidad nada inmediata, sino de poso relajado y paulatino. Si no tuviese (otra vez) que enfrentarse a tan mediáticos y aclamados competidores, sería la favorita para la victoria.

A FAVOR: Está conectando con un sector muy amplio de los académicos: la parte veterana. Al fin y al cabo, es una película con la que se pueden sentir plenamente identificados, con su anciano quijotesco que reconecta con su pasado. Su emotividad tranquila es de esas que se pegan y se mantienen, lo que la beneficia en el largo plazo. Además, es la mejor obra de Alexander Payne, que aparte de merecerse ya que una de sus películas gane el Óscar, es un director muy valorado en la Academia.
EN CONTRA: Es una película pequeña, muy íntima y doméstica, lo que suele ser ignorado por los académicos en pos de obras más ‘importantes’ o épicas. Sus competidoras son muy potentes, y prueba de ello es que durante toda la temporada de premios ha ocupado el puesto de finalista sin ganar nada, ni siquiera entre la crítica.


Ganador: AFI.
Finalista: PGA, WGA, ACE, Globo de Oro (comedia), Critics' Choice, Independent Spirit, NBR, Dallas, Southeastern, Las Vegas, San Francisco, St. Louis, Londres, Ohio, Phoenix, Houston, Iowa, Critics' Choice*, St. Louis*.
*Mejor comedia.






LA GRAN ESTAFA AMERICANA

Productores: Charles Roven, Richard Suckle (1ª nominación para ambos), Megan Ellison
(3ª nominación / 0 Óscar), Jonathan Gordon (2ª nominación / 0 Óscar)


Pocos directores pueden decir que, en cuatro años, sus películas han logrado un total de 25 nominaciones al Óscar, de las cuales 3 ya han fructificado en forma de estatuilla. Y todas para actores en categorías distintas, lo que explica hasta cierto punto el porqué de la fulgurante resurrección de David O. Russell, un director que se peleó con medio Hollywood y hace años tuvo incluso que dejar sin terminar una película por problemas con los productores (y ahí sigue, por cierto). Un autor con un estilo muy marcado que se vio contra la espada y la pared y, gracias a su amistad con Mark Wahlberg, obtuvo una segunda oportunidad en un proyecto del actor que se había quedado sin director por abandono de Darren Aronofsky. Esa cinta de encargo era The Fighter, y le cambió la vida. Dejó a un lado su ego, suavizó sus pretensiones artísticas para adecuarlas a la historia (por primera vez trabajaba con un guion ajeno) y se volcó en el trabajo de los actores como pilar para levantar la película. Desde entonces, su sello personal ha seguido evolucionando en una dirección totalmente opuesta a la irreverencia hacia la que apuntaba su último proyecto personal, Extrañas Coincidencias.

Con esta película, Russell ha hecho un ejercicio de estilo total, absorbiendo los diversos estilos del cine de los años 70 (de Altman a Scorsese, pasando por Coppola, Lumet e incluso De Palma) y fusionándolos en una trama de timadores en todas las escalas: criminales, agentes federales, políticos, mafiosos… El resultado es un filme fresco y anárquico, con una estructura asimétrica y quebradiza, con estallidos de energía y momentos de parón casi resacoso, cuya trama parece supeditada a los imprevisibles choques verbales y maniobras de manipulación que los personajes, desatados y sin control, van planteando por el camino. Todo ello conforma una historia sobre el poder de la apariencia, sobre la capacidad sofista para adaptar la realidad a lo que uno quiere ver, sobre la habilidad para engañar y para dejarse engañar; tres pilares básicos para entender la sociedad contemporánea de ladrones trajeados, corrupción y picaresca, para definir los polvos psicológicos y sociales de los que vienen estos lodos.

En cuanto a la recepción que ha tenido esta historia, ha habido para todos los gustos. Por lo general, la crítica la ha alabado y su éxito en taquilla denota un boca a boca excepcional. Pero cuantos más premios ha ido ganando y cuanto más se ha ido postulando como la alternativa muy seria a ganar el Óscar que es, más voces en contra han ido apareciendo. Unos simplemente se muestran indiferentes (público de a pie, casi siempre). Otros, en cambio, parecen empeñados en una campaña de acoso y derribo (parte de la prensa). Sin embargo, quienes han tomado la temperatura de la Academia dicen que los pases han sido un éxito descomunal, con ovaciones a actores y director. Es raro encontrar un año en el que tres películas tengan la misma probabilidad de ganar el Óscar, pero este se acerca mucho: si este filme es el tercero en discordia, lo es solo un pasito por detrás y no sería nada extraño que consiguiese la estatuilla.

A FAVOR: David O. Russell se ha convertido en un valor seguro que con este filme logra su obra más completa, algo que la Academia podría querer premiar. Los actores, el gremio más numeroso entre los académicos, adoran la película y el trabajo que hace el director con su reparto. Pero sus admiradores van más allá de este sector, con un nutrido grupo de personas empleando el término de obra maestra y encontrando lecturas metalingüísticas en su aparente comercialidad.
EN CONTRA: Hay bastante división de opiniones respecto a sus méritos, con un sector importante del público y la crítica calificándola de aburrida, vacía o de ser un Scorsese light. Sus detractores, más numerosos de lo que en principio parecía, salieron en masa a derribarla en cuanto ganó el Globo y el SAG y parecía que se ponía en cabeza en la carrera, y su insistencia ha acabado matando buena parte del hype que tenía.


Ganador: SAG*, ACE, Globo de Oro (comedia), Nueva York, AFI, Critics' Choice**.
Finalista: PGA, DGA, WGA, BAFTA, Critics' Choice, NSFC, Satellite, Chicago, Crítica Online, Dallas, Southeastern, Las Vegas, Washington, San Francisco, St. Louis, Ohio, Florida, Oklahoma, Phoenix, Houston, Iowa, Georgia, Denver, North Carolina.
*Mejor reparto.
**Mejor comedia.






GRAVITY

Productores: Alfonso Cuarón, David Heyman (1ª nominación en esta categoría para ambos)


Mucho se ha hablado de esta película durante este año, pero no era un proyecto que surgiese de la nada. Al contrario, llevábamos al menos desde 2010 pendientes de sus dimes y diretes, primero con los numerosos cambios de reparto (Angelina Jolie, Natalie Portman y Robert Downey Jr. fueron turnándose en los papeles que finalmente han interpretado Sandra Bullock y George Clooney) y más tarde con su prolongada producción, durante la cual se comenzaron a escuchar voces comentando la extremada complejidad del rodaje y del planteamiento visual que Alfonso Cuarón quería emplear. Voces que suelen salir del estudio para crear expectación, pero que en este caso se ajustaban perfectamente a la realidad. Y viendo la maestría y creatividad que demostró el realizador mexicano con su anterior filme, Hijos de los Hombres, por no hablar del resto de su filmografía, había motivos para estar excitado.

Así, en este mundo post-Avatar en el que el listón de la espectacularidad está tan alto que poco más puede subir, Gravity escogió estrenarse en un evento totalmente atípico para una cinta con espíritu rompetaquillas: el Festival de Venecia. Allí fue la película de apertura, consiguiendo lo que parecía imposible: que en un certamen compuesto principalmente por cine de autor y europeo, solo se hablase durante 10 días de la aventura de una astronauta obligada por un accidente a buscar en la inmensidad del espacio exterior una forma de regresar a la Tierra. Nacía el blockbuster intimista, el minimalismo grandilocuente, el cine de autor de estudio. Y desde entonces, todo ha sido un camino de rosas para el filme, hasta el punto de que ha estado presente en el 70% de las conversaciones sobre cine de estos últimos tres meses (estimación realizada a ojo por experiencia personal y vicaria).

Poco más se puede añadir a esta película sencilla en lo argumental, sugerente en lo metafórico y, sobre todo, revolucionaria, valiente y apabullante en lo visual y sonoro que no haya dicho ya con motivo de los Premios CINeol. En cuanto a la Academia, sus miembros no han recibido la vacuna contra el séptimo arte, así que la recepción del filme ha sido muy similar a la que se ha registrado entre crítica y público: la de estar ante la obra de un visionario y una piedra fundamental en la historia del cine, además de ser una intensa y frenética experiencia en lo emocional y en lo visceral. Pocas voces con criterio se han mostrado en contra del filme, y no se ha conocido hasta ahora ninguna dentro de los académicos, que si los premios de la industria son un indicativo, están salivando tanto por la película que ya está rozando la estatuilla.

A FAVOR: Es la película del año, un éxito descomunal capaz de unir en su adoración a público y crítica, y uno de los tour de forcé narrativos y visuales más significativos de la última década. Ha ganado los dos precursores más importantes de la temporada, el PGA y el DGA, lo que indica el enorme respeto que tiene la industria por el filme. De sus 10 nominaciones, tiene asegurados entre 3 y 5 premios y está en buena posición de ganar hasta 9, y con tanto galardón sería muy extraño que no quisiesen tirarse del todo a la piscina y darle este Óscar.
EN CONTRA: Si la Academia no premió a Avatar, ¿por qué iba a hacerlo con esta película, que es más íntima y personal? Sus pocos detractores afirman que su guion tiene poco peso, un extremo que buena parte de sus admiradores admite; y aunque no lo vean como un defecto, a la hora de votar por ella puede hacer que se lo piensen dos veces y elijan otra más ‘importante’.


Ganador: PGA, DGA, Los Ángeles, AFI, Ohio, Utah, Denver, Critics' Choice*, Denver*, BAFTA**.
Finalista: ACE, Globo de Oro (drama), BAFTA, Critics' Choice, NBR, Satellite, Chicago, Crítica Online, Dallas, Southeastern, Las Vegas, Washington, San Francisco, St. Louis, Londres, Oklahoma, San Diego, Detroit, Phoenix, Houston, Austin, Georgia, North Carolina, Boston Online.
*Mejor película de acción o ciencia ficción.
**Mejor película británica.






12 AÑOS DE ESCLAVITUD

Productores: Brad Pitt, Dede Gardner (2ª nominación / 0 Óscar en esta categoría para ambos), Jeremy Kleiner, Steve McQueen, Anthony Katagas (1ª nominación para los tres)


Durante los primeros quince años de su carrera, el británico Steve McQueen dirigió una veintena de cortometrajes que no le sirvieron para que la gente dejase de pensar que era un apuesto tipo blanco que conducía un deportivo por las calles de San Francisco, no un orondo tipo negro con gafas, pero al menos le reportaron un par de premios. Junto a su labor como artista audiovisual y documentalista, formaron la base ideal para dar el salto al largometraje. Sus dos primeras películas, Hunger y Shame, fueron unánimemente celebradas por la crítica, pero trataban temas controvertidos con un estilo áspero, tan elegante y sugerente como inquietante e incómodo, alejado de los típicos recursos para forzar la emoción y adoptando una mirada fría y sosegada, pero al mismo tiempo inclemente. No eran películas que la Academia fuese capaz de digerir, por lo cual nadie confiaba en que 12 Años de Esclavitud pudiese ser la favorita al Óscar de este año.

El material era propicio para ello: la historia de un hombre negro libre que, a mitad del siglo XIX, fue secuestrado y vendido como esclavo a las plantaciones del sur de los Estados Unidos, pasando más de una década en un infierno de tortura, trabajos forzados, humillaciones y muerte. Los dramas históricos con conciencia son casi la sangre que corre por las venas de los académicos, pero con McQueen detrás, podíamos esperar un filme tan respetado como atípico, con un impacto emocional y visceral que fuese mucho más allá de la musiquita trágica para sacar la lágrima fácil. Es decir, que nadie dudaba de que McQueen iba a hacer pleno con su trilogía de la alienación personal, pero que en Hollywood le abriesen las puertas era otra cosa.

Nada más lejos de la realidad. Desde que el filme se exhibió en el Festival de Toronto ante una audiencia tan conmocionada como entusiasmada, ha sido el favorito claro y ninguna otra cinta se ha atrevido a toserle (en parte porque McQueen ha optado por un acercamiento más clásico y menos radical al material, aunque sin renunciar a las claras influencias de Dreyer y Bresson que pueblan su obra). De esta forma, cada vez que alguna de sus rivales en la carrera hacia el Óscar conseguía un trofeo, este drama duro y terrorífico se hacía con cuatro o más. Y al llegar a los premios más relevantes, cuando sus competidoras han mostrado las garras, 12 Años de Esclavitud no ha flaqueado (aunque haya mostrado algún signo de debilidad pasajero). Sin duda, el impacto provocado en la comunidad crítica se ha traducido también en todos los sectores de la industria cinematográfica, incluida la Academia, donde por cada persona turbada en el mal sentido por su inclemente brutalidad, hay tres que todavía no han cerrado la boca ante tamaña obra maestra.

A FAVOR: Es la (otra) película del año y la que puede hacer ostentación de su título de obra ‘importante’, situándose como uno de los mejores retratos (si no el mejor) de los horrores del esclavismo. Su impacto emocional es tan fuerte durante la película como persistente en el tiempo. Es la que más premios acumula durante la temporada, incluidos PGA, Globo de Oro, Critics’ Choice y BAFTA. Es decir, que ha convencido a la prensa, la industria y al voto británico. No se puede pedir mucho más.
EN CONTRA: Sus posibilidades en otras categorías son bastante limitadas ante el ciclón de Gravity. Como todas las favoritas que han logrado su título en octubre y han arrasado en los premios de la crítica, tiene que combatir la extenuación por su ubicuidad y la inevitable decepción de quienes han puesto el listón por las nubes después de todo lo que han oído. Su victoria depende de hasta qué punto causa impresión o solo mera admiración, y a tenor de las opiniones que se escuchan, hay mucho de lo segundo.


Ganador: PGA, BAFTA, Globo de Oro (drama), Critics' Choice, AFI, Chicago, Boston, Dallas, Crítica Online, Southeastern, Las Vegas, Washington, San Francisco, Kansas, St. Louis, Londres, Nueva York Online, Florida, Phoenix, Houston, Iowa, Indiana, Boston Online, Nevada, North Carolina.
Finalista: DGA, SAG, ACE, Independent Spirit, NSFC, NBR, Gotham, Satellite, Toronto, Ohio, Utah, Oklahoma, San Diego, Detroit, Austin, Georgia, Denver, Gotham*.
*Premio del Público.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 2434 veces


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Comentarios (8)

17:07 - 19/02/2014

Duppelganger

Creo que a Gravity le puede pesar el hecho de ser de "ciencia ficción"; veo más favorita (por ser más clásica y por el tema) a 12 Años de esclavitud

19:39 - 19/02/2014

Dorengord

Buenas

Poco más de una semana nos queda ya para salir de dudas...

Salu2

20:23 - 19/02/2014

kartesrebollo

Favorita en principio "12 años de esclavitud".... la única alternativa a tener en cuenta sería "Gravity", y hay que tener en cuenta dos cosas. Gravity no está nominada al mejor guion, ni original ni adaptado, eso es punto en contra; el favorito a ganar mejor director es Alfonso Cuarón (Gravity)... normalmente la mejor peli se lleva o bien mejor director o bien mejor guión... que encrucijada este año... apostaría a 12 años de esclavitud simplemente porque Gravity no está nominada a mejor guión. Muy igualado aunque la esclavitud tiene medio pasito más dado que la gravedad.

22:16 - 19/02/2014

Damned Martian

kartesrebollo escribió:Favorita en principio "12 años de esclavitud".... la única alternativa a tener en cuenta sería "Gravity", y hay que tener en cuenta dos cosas. Gravity no está nominada al mejor guion, ni original ni adaptado, eso es punto en contra; el favorito a ganar mejor director es Alfonso Cuarón (Gravity)... normalmente la mejor peli se lleva o bien mejor director o bien mejor guión... que encrucijada este año... apostaría a 12 años de esclavitud simplemente porque Gravity no está nominada a mejor guión. Muy igualado aunque la esclavitud tiene medio pasito más dado que la gravedad.

Titanic y Sonrisas y Lágrimas ganaron sin una nominación al guion. Y normalmente este tipo de pelis épicas y espectaculares son las que ganan sin que gane su guion, así que la nominación no es imprescindible. Es casi más difícil ganar sin una nominación al director, y fíjate el año pasado con Argo. Está claro que la peli tiene muchas posibilidades.

Yo pondría las probabilidades 40% 12 Años, 35% Gravity, 24% American Hustle, 1% de cortesía todas las demás juntas.

03:33 - 20/02/2014

NormanBates

Difícil predecir el ganador de este año, aunque creo que parte con ventaja 12 años de esclavitud.

22:11 - 25/02/2014

chr1one

Yo volvería al formato de 5 nominados. Hay películas que me sobran.

22:22 - 25/02/2014

Damned Martian

chr1one escribió:Yo volvería al formato de 5 nominados. Hay películas que me sobran.

Pues sí, pero también las había con 5. Y aún con 9 hay películas que faltan. Así que yo creo que es cuestión de que mejoren sus gustos, no del número de nominadas ;)

21:44 - 27/02/2014

Miniviciao@

No lo tengo nada claro, esta dificil, o esta o Gravity, de todas formas va sr la noche de Gravity que salvo actores lo va ganr todo, y claro, y si al final le dan pelicula tambien?, y si al final dicen 12 años de esclavitud despues de que Gravity arraso toda la noche y en la direccion?, no se por quien apostar, no tengo ni idea :-?


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