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Seminciando 2010: Disfunciones y medio ambiente

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7 Comentarios

El frío ha llegado a Valladolid, aunque los castellanos no parecen haberse percatado, porque mientras yo voy con gorro y abrigo, todavía se ve a gente en manga corta por la calle. Tres cosas a destacar: al entrañable Carlos Pumares peleándose con una mujer de Intermón al grito de "deje a los negritos tener la religión que quieran"; los cubos de comida que ponen en algunos restaurantes; y lo agradable que es poder tener conversaciones cinéfilas con personas anónimas sobre las películas que se han visto. Por algo he repetido este año.


Pero dejemos las anécdotas y vayamos de lleno a la Sección Oficial, que este año parece tener un tema recurrente: la familia. De eso trata la canadiense À l'Origine d'un Cri, una película que no pasará a la historia ni por lo bueno ni por lo malo. Técnicamente es impecable, tiene algunas buenas ideas en lo visual y en lo narrativo, e incluso se puede decir que los actores están perfectos. Sin embargo, es una cinta vacía y aburrida. El guión es demasiado monótono, redundando continuamente en los mismos conflictos sin desarrollarlos a lo largo de sus excesivos 112 minutos, o rompiendo el ritmo al detenerse en conversaciones farragosas que poco aportan, y que a veces ponen en palabras lo que el director no sabe mostrar a través de la imagen o el relato. Además, el punto de partida de la trama nunca está suficientemente justificado, teniendo en cuenta que Robin Aubert busca que simpaticemos y entendamos a este viudo que huye con el cadáver de su esposa, desencadenando un argumento que gira en torno a las frustraciones de una familia que aparentemente lo tiene todo, pero que en realidad se siente abandonada. El resultado final: un filme insustancial en su contenido pero rodado de forma competente, para el que un café puede ser imprescindible.


Y si bien esta cinta ha provocado indiferencia entre el público, lo contrario se puede decir de la española La Mosquitera, que ha levantado comentarios para todos los gustos e incluso cierta polémica. La película coge el testigo que dejó el año anterior La Isla Interior, al contar una historia de personas disfuncionales en un ambiente cotidiano, aunque la película de Agustí Vila es todavía más radical. Con un estilo que mezcla el drama y la comedia negra, y que recuerda a Todd Solondz en más de un momento, la cinta es tan excesiva en la amoralidad de sus personajes como contenida en su forma. De nuevota familia es la columna vertebral de la cinta, y hacia esta institución se dirigen sus cargas de profundidad, ya que se plantea como algo nocivo y corrupto, sometido a las pulsiones y caprichos de los miembros que la componen y a su incompetencia en materia educativa. El problema de la película estriba en su escasa cohesión, ya que cada personaje tiene su vivencia individual sin que influya para nada en los demás, lo que hace que el conjunto carezca de solidez narrativa. Es como una colección de cortos entrelazados vagamente, en lugar de un largometraje con todas las de la ley. Y como ocurre en estos casos, algunas de las historias son más interesantes y con más contenido que otras, quedando una cinta algo irregular, aunque encomiable. Es más que posible que arañe algún premio entre el jurado.


La última cinta familiar de la Sección Oficial es la danesa En Familie, que fue una de las sorpresas del día. Y lo fue porque con ese argumento (un patriarca enfermo de cáncer terminal y cómo la enfermedad afecta a su esposa y sus hijos), parecía que iba a ser un dramón lacrimógeno de los que te dan ganas de suicidarte después. Pues no. Pernille Fischer Christensen evita cargar las tintas y presenta la historia de forma sencilla y directa, lo que la convierte en un drama honesto y refrescante sobre un tema tan dado a los excesos. Gracias a esta mano sutil y firme, la cinta supone un retrato lleno de sensibilidad sobre los conflictos vitales que se presentan en cualquier situación de la vida, y sobre la forma en la que los sucesos cercanos pueden cambiarnos. Dicho en otras palabras: lo que importa en el filme no es el cáncer, sino la forma en la que este mal transforma la dinámica de la familia y descubre cosas de los personajes en su forma de enfrentarse a esta tragedia. Aún es más, el final es liberador y optimista sin recurrir a elementos externos. Por ponerle una pega, el filme podría haber potenciado más la mezcla entre momentos alegres y tristes para entroncar más con el discurso del patriarca (parafraseando, "la vida son momentos duros y felices, y ninguno de ellos tiene valor sin los otros"), ya que están hasta cierto punto separados en dos mitades. Así que sin ser una obra maestra, es una película muy destacable. Y aunque estamos a martes todavía, ya pueden ir llamando a Jesper Christensen para que venga a Valladolid, porque la Espiga de Plata está cantada.

Ayer también pude ver al fin dos películas de la otra sección paralela, Tiempo de Historia. Ambas comparten un tema y unas intenciones similares: la defensa del medio ambiente. Sin embargo, los resultados no pueden ser más opuestos.


La castaña del festival se la lleva por ahora el largometraje propagandístico Think Global, Act Rural, de la francesa Coline Serreau. Como evidencian los aplausos de su pase público, gustará a aquellos que elogian cualquier cosa con formato de documental porque asumen que todo lo que se dice es cierto sin pararse a pensar en las tonterías que están oyendo, lo cual lamentablemente incluye a la mayoría del populacho. En realidad es un engañabobos rodado de forma amateur, con el valor cinematográfico de un vídeo casero entre amiguetes y más o menos la misma perspicacia informativa. Su alegato a favor del cultivo ecológico está tan lleno de falacias conceptuales, fallos de lógica, argumentaciones débiles, falsedades, medias verdades, comparaciones descabelladas, información poco fiable y gazapos que haría falta una disección escena a escena para criticar en toda su extensión el despropósito de lo que se plantea. Si cada vez que Serreau presenta un testimonio experto de dudosa fiabilidad y nula objetividad, o evita plantear una pregunta evidente que podría poner en cuestión sus postulados, o edita de forma cutre y flagrante un testimonio para que parezca más coherente, si cada vez Dios matase a un gatito, los ratones celebrarían su liberación final invadiendo el mundo. Y todo ello, unido a un discurso feminista tan maniqueo, trasnochado y metido con calzador que parece que estemos ante un vídeo de reclutamiento de una secta.

Sólo hay algunos tramos y entrevistados aprovechables en todo este panfleto, principalmente cuando toca el tema de los tejemanejes de las grandes compañías con el comercio de semillas. Sin embargo, quien quiera saber de este tema y de todo lo que este documental pretende tratar con más seriedad, objetividad, profundidad y acierto, que se vez Food, Inc. y evite esta bazofia. Así evitará argumentos tan iluminadores como "tras la Segunda Guerra Mundial comenzó la Revolución Verde de los pesticidas; hoy en día dos campesinos se suicidan cada hora en el mundo". Si eres de los que encuentran la relación lógica en esa frase, esta película es para ti.


Para todos los demás que quieran ver algo hecho para informar y abrir los ojos sin tratar al espectador como un imbécil que se traga cualquier cosa está GasLand. Se trata de una obra de factura clásica para el género, estructurada como una road movie por la ‘tierra del gas’ estadounidense. El debutante Josh Fox acumula en este recorrido una gran cantidad de testimonios de personas afectadas por el ‘fracking’, una técnica de extracción de gas natural altamente contaminante para el agua y el medio ambiente, y sin embargo legal y sin restricciones. Pero no sólo de casos particulares vive el documental, si bien en cierto momento resultan excesivos. También hay entrevistas con expertos, análisis científicos, datos en bruto sacados de resoluciones legales y gubernamentales, una explicación de cómo funciona la industria… Es decir, todo lo que uno puede desear en un documental para considerar que su director ha hecho los deberes y quiere concienciar al público a través de hechos, no de opiniones. Su principal defecto está en que Fox no es un cineasta profesional, y como tal sus recursos fílmicos son limitados, a veces peca de ingenuo en su investigación y otras rueda de forma muy poco elaborada. Sin embargo, eso no anula sus virtudes, e incluso le da cierto encanto a la cinta por la humildad y honestidad con la que su director expone sus argumentos y preocupaciones, con una contención alejada del estilo Michael Moore. No es una obra fundamental, pero sí una llamada de atención necesaria y bien construida.

Y eso es todo por hoy. Para mañana dejo la mejor película que se ha visto hasta ahora en el festival, una de esas que te deja tan tocado que como no le den un premio, estoy por quemar el Teatro Calderón. Si es posible, con Flipy dentro. Y esta noche, esperemos que el Murcia venza al Madrid, que sé que no tiene nada que ver con el cine, pero a uno le pueden las raíces y el espíritu de Alcorcón.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 1537 veces


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Comentarios (7)

10:44 - 27/10/2010

charlyr2d2

Hay ganas de saber cual es de momento la mejor película del festival, espero que no te pase como a mi, que mi favorita nunca se lleva el premio, XD XD.

Al final no fue una victoría, pero un 0-0 no está mal.

15:46 - 27/10/2010

Tentaculo Morado

Jaja... no te preocupes que en el Bernabeu os daremos vuestro merecido :P

Me sorprende la caña que le das al documental sobre los pesticidas, tan descarado es su vertiente personal? Cómo sabes que algunas cosas que cuentan no son ciertas?

Y Pumares tan excesivo como siempre... qué tío...

13:05 - 28/10/2010

The Lobo

Creo que por desgracia se da cada vez más ese espíritu en los documentales. Creo que han convertido lo que antaño era algo noble y elogiable como la conciencia ecológica, en un sistema de adoctrinamiento para ganar dinero. La gente que fomenta eso, son una fábrica de cínicos.

02:03 - 31/10/2010

Damned Martian

Tentaculo Morado escribió:Jaja... no te preocupes que en el Bernabeu os daremos vuestro merecido :P

¡No me cabe duda!

Me sorprende la caña que le das al documental sobre los pesticidas, tan descarado es su vertiente personal? Cómo sabes que algunas cosas que cuentan no son ciertas?

Es que hay tantas cosas que no puedo acordarme de todas, pero por ejemplo:

-La película se tira media hora entrevistando a campesinos que se han pasado del cultivo habitual al cultivo ecológico en una cooperativa brasileña. La misma cooperativa. Y todos dicen lo mismo, como si fuese un vídeo de reclutamiento de una secta. De hecho, sus frases son exactamente lo que se suele decir en una teletienda, pero aplicadas a este cultivo (que si antes no producía nada y ahora al pasarme a este producto es la hostia).
-Dice que hay que volver a los comienzos, a la agricultura de nuestros antepasados. Pero luego procede a decir que arar la tierra es una aberración y que la perjudica, soslayando el hecho de que hay hasta dibujos de los egipcios que les muestran arando la tierra, que es una de las cosas más habituales de toda la vida. De hecho, para poner un ejemplo de la destrucción muestran una máquina de arar, cuyas cuchillas entran más o menos lo mismo que las de un arado tirado con bueyes de los que se usaban en la Edad Media. Una incoherencia total.
-Ataca los pesticidas diciendo que son perjudiciales para la tierra, aunque evita decir que son efectivos contra las plagas. Y dice que la agricultura ecológica tiene sus métodos para combatir las plagas. Y eso es todo lo que dice sobre el asunto. No te dice cuáles son esos métodos. Básicamente porque no existen, la agricultura ecológica está sometida a las inclemencias del tiempo y las plagas, por lo que un año te puedes quedar sin cosecha porque la ha picado la mosca. Es el riesgo que tienen que asumir los que cultivan de esta forma, pero eso en ningún momento te lo dice.
-Una mujer que es una líder de una comunidad de cultivo ecológico (como TODOS Y CADA UNO DE LOS QUE HABLAN EN EL DOCUMENTAL) dice que los pesticidas son producto derivado de la 2ª GM. Es cierto. Y procede a decir a partir de esto que la agricultura moderna es una agricultura basada en la guerra, que es todo lo contrario de la agricultura basada en la vida del cultivo ecológico. Una frase súperrotunda y guay, pero una demagogia barata de tres pares de cojones. Es la trampa de coger una cosa que quieres atacar y compararla con algo intrínsecamente negativo, con lo cual le atribuyes las características negativas de ello aunque no lo hayas comparado directamente. La cosa está en que sí, los pesticidas están basados en investigaciones con armas químicas. Pero es que durante la guerra y gracias a ella se han dado avances en infinidad de campos, desde la informática hasta las telecomunicaciones, pasando por la medicina, la psiquiatría, la neurología, etc. Si no fuese por las heridas de guerra, hoy en día no sabríamos ni la mitad de lo que sabemos sobre el cerebro. ¿Hay que acabar con la medicina porque es una "ciencia de la guerra"? Es una soplapollez.
-En un momento hay un tipo que dice que no nos podemos fiar de los datos que dan los estudios científicos, ya que éstos necesitan una financiación de alguien, y los únicos que financian estudios son las grandes compañías, que los financian para que den resultados en su favor. Por ejemplo, ninguna compañía de pesticidas va a financiar un estudio que pretenda exponer que sus productos son perjudiciales. Tiene sentido. Los estudios financiados por ellos son sin duda así. El problema de esta afirmación es que SÍ QUE EXISTEN los estudios científicos financiados por otras entidades que no son grandes empresas: las universidades, los organismos internacionales, los estados, los centros de control de calidad, etc.

Y así es una tras otra tras otra tras otra...

13:48 - 31/10/2010

The Lobo

Joder, pues si tienen reparos incluso por el uso del arado... Yo soy de campo, y cultivar hortaliza es lo más desagradecido del mundo, mucho trabajo y poca producción, (amén de que te pagan una mierda por ella), pero es que lo poco que salvas es gracias al uso de sulfatos, y a veces ni así, (este año por ejemplo, en mi pueblo no se ha salvado ni un tomate de la cagada de una mosca, y ningún pesticida ha podido evitarlo). Pero en fin, es comprensible el reparo de la gente a los pesticidas y se puede entender, pero lo de no usar arados... Es que si sale algo de una agricultura sin arados, no es ya una cuestión de ecología sino de un puñetero milagro. Porque si no aras la tierra es que simplemente no se puede hacer nada. No digo yo que en algún país caribeño, que tienen tierras muy fértiles no se pueda, pero aquí en España, pereceríamos de hambre.

16:54 - 31/10/2010

Damned Martian

The Lobo escribió:Joder, pues si tienen reparos incluso por el uso del arado... Yo soy de campo, y cultivar hortaliza es lo más desagradecido del mundo, mucho trabajo y poca producción, (amén de que te pagan una mierda por ella), pero es que lo poco que salvas es gracias al uso de sulfatos, y a veces ni así, (este año por ejemplo, en mi pueblo no se ha salvado ni un tomate de la cagada de una mosca, y ningún pesticida ha podido evitarlo). Pero en fin, es comprensible el reparo de la gente a los pesticidas y se puede entender, pero lo de no usar arados... Es que si sale algo de una agricultura sin arados, no es ya una cuestión de ecología sino de un puñetero milagro. Porque si no aras la tierra es que simplemente no se puede hacer nada. No digo yo que en algún país caribeño, que tienen tierras muy fértiles no se pueda, pero aquí en España, pereceríamos de hambre.

Lo que dicen del arado es que hay que hacer una pasada muy superficial, en plan pasar un rastrillo por la superficie, porque según ellos la tierra que está "viva" no necesita más, lo que pasa es que la hemos destrozado con productos químicos. Y para demostrarlo te comparan dos terrenos, uno en el que no se han echado pesticidas, en el que la tierra está suelta como cuscús, y otro en el que sí se han echado, en el que la tierra está seca y se rompe en bloques. Da la casualidad de que la primera muestra la toman de un terreno húmedo y la segunda de una seco. ¡Qué casualidad!

16:18 - 02/11/2010

Tentaculo Morado

Jaja, me has convencido. Desde luego si es así canta bastante. Yo de campo no tengo ni idea pero tu lógica es más común que la de la directora... y cómo pueden llegar productos tan partidistas al cine o festivales? Tendrán mano en distribuidoras y productoras?


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