10 películas por las que Dios nos quiere exterminar

El estreno más fuerte de esta semana es Legión, aunque eso sea decir poco, visto que es un film de serie B sin muchas posibilidades de hacer taquillazo. Ciertamente, siempre que se tocan temas religiosos se monta una polémica, vuelan acusaciones de falta de respeto y el sentido del humor de algunos se hunde en un pozo sin fondo gritando angustiado por salir de ahí. Aún así, ahí va el TOP10 DE CINEOL de esta semana (con permiso de Perdidos).

El título es engañoso: no es que sean películas concretas lo que vamos a discutir. En lugar de eso, cada puesto se centrará brevemente en uno de los diez mandamientos de Moisés y cómo lo ha tratado el cine, principalmente el de Hollywood, que se ha nutrido en gran medida de provocar la ira de Dios destruyendo estos preceptos. La desventaja de una lista tan cerrada es que no puedes introducir menciones especiales. Lástima.

10. NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS

O lo que es lo mismo, el pecado de la envidia. Se podría decir que buena parte del ‘sueño americano’ se mueve con esta motivación: el vecino/jefe tiene más cosas que tú, un coche nuevo, una esposa escultural, ¿vas a ser tú menos? Eso es lo que se necesita para ser feliz. Y con ese argumento se justifican buena parte de las acciones de los personajes cinematográficos, sobre todo porque, para que el espectador no se sienta culpable, dicho enemigo suele ser un tipo insoportable que no se merece todo lo que tiene. Por tanto está bien despreciarle, e incluso despojarle de lo que posee si se da el caso. Esta apología de la envidia la hemos visto en distintas formas en películas como Click, Frenos Rotos, Coches Locos o El Talento de Mr. Ripley. Incluso en Toy Story hay un montón de envidiosos. La palma se la lleva Eva al Desnudo, donde la motivación de todos y cada uno de los personajes parece contradecir directamente los mandatos de este apartado.

9. NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS

Que se lo digan a Michael Bay o a cualquier otro director de películas de acción. Si hay algo que Hollywood ha aprendido con los años es que la libertad sexual significa que puedes poner más mujeres esculturales con menos ropa en tu película. Y siempre habrá una horda de salidos que la vean precisamente por eso. De hecho, en un alarde de machismo recalcitrante, el 90% de las películas de alto presupuesto americanas tienen al menos uno o dos personajes femeninos cuya labor es exclusivamente la de mostrar cacho y ser objeto de deseo sexual del protagonista. Véase Transformers o cualquier otra película de Megan Fox, la saga A Todo Gas, Dos Policías Rebeldes… Y si no, el cine de terror, donde prácticamente saquean la mansión de Hugh Hefner para meter pimpollos en cada film. La cosa también está empezando a funcionar de esta forma para ellas, con las tabletas de chocolate retocadas de 300, Luna Nueva y filmes similares, que incitan a las muchachas a desgañitarse de deseo.

8. NO DIRÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS

En el cine está mal mentir... si eres el villano de la historia. Si eres el héroe, mentir tiene siempre un propósito noble. La mitad de las tramas de las comedias románticas se resolverían en pocos segundos si el protagonista sencillamente se parase un momento y fuese sincero. En lugar de eso, se tira toda la película metiéndose en líos por mentiroso. Y al final, en lugar de perder a la chica por su falta de sinceridad, esta considera que es el gesto más romántico de la historia y cae rendida en sus brazos. Fuera de este género también hemos visto grandes embusteros: Mentiroso Compulsivo, Ilusiones de un Mentiroso, Nixon, etc. Pero la palma se la lleva Roberto Benigni en La Vida es Bella, que convierte su descomunal, continuada e insistente trola en el gesto más noble de la historia (y posiblemente en fuente de traumas psicológicos cuando el pobre crío descubra la verdad del ‘juego’ en el que participó con papá).

7. NO ROBARÁS

Por algún motivo, el público siente una fascinación malsana por los bandidos. Y el cine se aprovecha de ello. ¿Cuántas películas hemos visto en las que los ladrones son los buenos? Son gente honesta, con un código de honor, que siguen la estela de Robin Hood en cuanto a no robar a los pobres sino a los ricos. En el mundo del cine, todos los ricos son despreciables, sin excepción. Y si no lo son: “todo lo que robemos está asegurado”. Una interesante falacia, ya que desplaza la víctima hacia las grandes corporaciones, que todos sabemos que son malas… aunque en ellas trabajan personas que pueden perder su trabajo. Y por si fuera poco para considerarlos héroes, los ladrones son muy cool. En The Italian Job conducen Minis con estilo, en 60 Segundos son rebeldes pero guapos, en Le Llaman Bodhi son atletas trascendentales, en Ronin tipos duros, en Los Fisgones poco menos que una ONG andante… Y por supuesto, en Ocean's Eleven son tan, tan, tan… todo, que hacen que incumplamos incluso el 9º y 10º mandamientos.

6. NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS

Si el sugerir sexo e incitar el pensamiento impuro vende, el mostrar tetas y sexo vende más todavía. Obviando el cine porno, que es la industria que más dinero mueve aparte de las drogas, el fútbol y la construcción, la gran pantalla ha estado siempre trufada de productos atrevidos que escandalizan a unos cuantos puritanos mientras son devorados ansiosamente por el resto. Cada cierto tiempo aparece uno de estos filmes, y aumentan las ventas de condones y bolas chinas de las ideas libidinosas que nos dan para practicar en casa. En 1896 el escándalo fue un simple beso. En los 60, Russ Meyer y Blow-Up se encargaron de encender los ánimos. En los 70 llegaron Emmanuelle, Calígula y la mantequilla de El Último Tango en París. En los 80 triunfaron Nueve Semanas y Media y Zalman King. Los 90 pertenecieron a El Amante, Instinto Básico y sus imitadores, y en esta última década tuvimos Irreversible, el cine de Catherine Breillat y Larry Clark, The Brown Bunny, Shortbus, 9 Songs…

5. NO MATARÁS

Ya, claro. Como si fuese tan fácil. Si matan a tu familia, secuestran a tu esposa o dicen algo inapropiado en una fiesta de tupperware, ¿qué vas a hacer? Lo que todo americano haría: coger tu escopeta, tu pistola automática, unas cuantas granadas caseras y un bazooka y organizar una masacre que entre en los libros de historia junto a la batalla de Gettysburg. Es el argumento más común del cine de acción. De hecho, en la mayoría de películas, el bueno asesina a más gente que el malo. Pongamos por caso Commando, en donde los malos secuestran a una niña y a cambio Arnold mata a casi 100 villanos, número que superan ampliamente John Preston (118), John Rambo (123, que se pueden sumar a los 164 de las tres entregas anteriores) y Smith (141). En Hard Boiled la cosa está más equilibrada, ya que entre unos y otros se cargan a 306 personas. Y ya ni hablemos de Charles Bronson y sus películas de vengadores. Al final, el héroe recibe una medalla al valor. Conclusión: matar es maravilloso.

4. HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE

Este mandamiento está mal. Debería incluir un colofón: “si se merecen ser honrados”. El cine, fiel reflejo de la realidad cuando quiere (y es económicamente prometedor), está lleno de padres horribles que hacen más mal que bien a sus hijos. Tenemos desde simples incompetentes (Solo en Casa) hasta criminales convictos (Los Goonies), pasando por psicópatas (El Padrastro), sociópatas (Pozos de Ambición), locos (El Resplandor), pedófilos (Happiness), drogadictos (Tideland), maestros del lado oscuro (El Imperio Contraataca), ausentes (Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal), pusilánimes (Regreso al Futuro), irresponsables (Las Vacaciones de una Chiflada Familia Americana), abusadores (Vida de Este Chico), terroristas (Arlington Road), harpías (El Mensajero del Miedo, Carrie), rameras de buen vestir (El Graduado) e hijos de perra varios (Asesinos Natos). Incluso algún cadáver, para añadir color a la cosa (Psicosis). Si algo nos ha enseñado el cine, es que hay que exigir credenciales antes de cumplir este mandamiento.

3. SANTIFICARÁS LAS FIESTAS

Un día rojo es el momento idóneo para grandes festejos, reuniones familiares, buenos deseos y demás. Los productores lo saben, y por eso se empeñan en aguarnos todas las fiestas a santificar. Hay una perversa fascinación por ver cómo todo se tuerce durante un acontecimiento, sobre todo si es en la gran pantalla y no hay que vivirlo directamente. Bien sea una intriga de asesinatos y policías corruptos en plena Nochevieja (Días Extraños), un psicópata suelto el día de Halloween (La Noche de Halloween) o de San Valentín (San Valentín Sangriento), o una invasión alienígena en el muy americano 4 de julio (Independence Day), las fiestas son terreno abonado para obstáculos que nos impiden festejarlas. Y cuando podemos hacerlo, la velada se tuerce (véanse los filmes sobre Acción de Gracias, todos ellos). Pero la palma en cuanto a fiestas ‘corrompidas’ se la lleva la Navidad, en donde hemos visto ataques terroristas (La Jungla de Cristal), hurtos (Bad Santa), tiroteos (Operación Reno), secuestros (Este (no) es un Atraco)…

2. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

Profanidad, insultos, palabrotas… El cine adulto está lleno de ellas. Con ciertos límites cuando quiere ser muy comercial, totalmente desbocado cuando quiere ser muy indie. Y eso a Dios no le gusta, sobre todo cuando se emplea nuestro “me cago en Dios” o su “goddamnit”. Claro que el taco más frecuente es “joder/fuck”, que aparece en cada minuto de películas como Casino (422 veces), La Prueba del Crimen (315), Jarhead (278) o Pulp Fiction (265). Y hablando de esta última, hay veces en donde incluso la trama es una burla hacia Dios. Sin llegar a los niveles de “la mayor mentira del hombre es Dios” de Increíble, Pero Falso, el film de Tarantino nos presenta a un asesino sin escrúpulos que recita la Biblia antes de cargarse a alguien… y como premio, aunque incumpla sistemáticamente todos sus preceptos, Dios le salva la vida. Así que éste decide volcarse a partir de ese momento hacia la fe… siempre que no se cruce algún capullo en su camino, motherfucker.

1. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

Ah, el amor. Qué sentimiento más noble. Una emoción que, por cierto, raras veces va dirigida hacia Dios en las películas. Véanse los dramas y comedias románticas, desde Titanic hasta Algo Para Recordar, desde Dracula hasta Kate & Leopold, desde La Fuente de la Vida hasta La Princesa Prometida. Si algo nos enseña el cine es que el amor es una fuerza que mueve el mundo. Esto es, el amor entre hombre y mujer, o como mucho entre dos personas del mismo sexo. ¿El amor por Dios? A no ser que el film se centre en un cura, por ningún lado. De hecho, hay una vertiente de películas románticas que llega incluso más lejos: los filmes de obsesión enfermiza, como Atraccion Fatal o Misery, en donde el la pasión llega hasta límites criminales y nada cristianos. ¿Y qué es lo que lo vence? Normalmente, el amor sano y humano entre otros personajes. Y la policía. Y alguno de los protagonistas con una pistola o un cuchillo. ¿Dios? No, ese día estaba ausente de la reunión de guionistas. Sería domingo, y habría que santificar la fiesta.

¿Hay algún mandamiento que no os guste cumplir? ¿Y que no os guste ver reflejado en pantalla? ¿Hay alguna película que los incumpla todos?

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