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Crítica de 'El jugador de ajedrez'

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Jaque mate en tan solo un movimiento, esa es la sensación con que me quedo después de ver esta obra maestra literaria en su versión cinematográfica:El Jugador de Ajedrez

Dirección, interpretación, música, fotografía, todos y cada uno de estos ingredientes son tratados con exquisitez por el director, Luis Oliveros, (El Ángel de Budapest, Manolito gafotas– serie) hasta lograr la fórmula perfecta.

Una mezcla peligrosa, la cinta se desarrolla en plena guerra civil, dejando paso a una de las épocas más crudas, el nacismo, sin embargo esa transición se realiza con mimo, la música juega un gran papel en esos silencios de tableros, donde un mal movimiento puede llevarte a la muerte.

La bondad de Diego Padilla (Marc Clotet) le lleva a pasar por momentos muy duros, un jugador de ajedrez, apolítico, sencillo, un ser de esos que jamás busca meterse en líos, pero los líos terminan por atraparte, y en esa aparente felicidad se ve arrastrado por la traición y la mentira, pero su serenidad y sus capacidades le ayudan a seguir adelante.

Cada movimiento es fundamental, no caben las dudas, por ello el protagonista ve como pasa de la gloría del campeón a la deshonra, por ser acusado de traición y espionaje, pero dicen que el amor puede con todo, y ese amor se llama Marianne Latour (Melina Matthews), una joven periodista francesa que se enamora del joven jugador de ajedrez, su amor se plasma en la pequeña Magaux (Blanca Zurdo) quién heredará la pasión por el ajedrez transmitida por su padre desde su más tierna infancia, el caballo marcará un movimiento que la pequeña jamás olvidará, algo que siempre la unirá a su padre.

Marianne añora su país y no deja de rogar a Diego que se vayan de España, no le gusta la situación por la que está atravesando el país después de la guerra civil. Los personajes saltan de una guerra para entrar en otra. Francia es invadida por los Nazis, se pasean como si el suelo que pisan fuera suyo, esa situación no le gusta nada a Diego, quién recrimina a su esposa su marcha de una España convulsa para entrar en una situación muy parecida. El doble rasero de las amistades se plasma en Pierre Boileau (Lionel Auguste), amigo de Marianne, quién siempre estuvo enamorado de ella, Pierre ayuda a su amiga a volver a Francia junto a su familia en un gesto aparentemente muy gentil. Sargento Kauffman (Mike Hoffmann) encarna a la perfección la piel de su personaje, realizando movimientos magistrales, que marcarán el devenir de Diego.

No quiero olvidarme de la participación de un personaje más pequeño, pero no por ello, menos importante, se trata de Javier Sánchez (Alejo Sauras), el mejor amigo de Diego, un revolucionario que nunca dejó de luchar por la libertad, esa voz que intenta que su amigo se una a la causa y luche con ellos por la democracia.

Al igual que en una partida de ajedrez, cada movimiento debe de ser calculado al milímetro, en el film ocurre lo mismo, dejando que los personajes se muevan por el tablero con una idea muy clara, con una jugada en mente que les lleve al jaque mate, a la victoria en una partida muy compleja.

El salto de la ficción literaria al cine, no siempre es satisfactorio, sin embargo en este caso, Julio Castedo, padre de la novela, se encarga del guion dejando una muy clara impronta, las obras buscan ser gemelas la una de la otra, pero con sus diferencias para hacerlas únicas.

SINOPSIS:

Transcurre el año 1934, Diego Padilla se convierte en campeón de ajedrez, el estallido de la Guerra Civil le arrastra al exilio en Francia junto a Marianne Latour y su hija Margaux. Marianne es una joven periodista francesa de quien se enamora perdidamente, por eso cuando le pide que huyan de la dura situación que se vive en España, él acepta. Pero tiempo después de llegar a su destino Padilla es acusado de ser un espía y acaba en una prisión de l SS, donde intentará sobrevivir ayudándose de la afición por el ajedrez del oficial al mando, el coronel Maier.



La sencillez de una vida en la cual el ajedrez lo es todo, pero dentro de ese todo el amor juega ese papel donde ejerce de salvavidas, de sustento durante los peores momentos de Padilla. La doble moral del ser humano pisoteando la bondad y la sencillez de un hombre que tan solo quiere ser feliz con su familia.

Pensad bien vuestros movimientos, cada pieza juega un papel indispensable dentro de este tablero llamado vida.

Un film muy recomendable que podremos ver a partir del 5 de mayo.

El Jugador de Ajedrez es una coproducción de Ishtar Films, Tornasol Films,  Hernández y Fernández PC y Gomera Producciones,  que cuenta con la participación de Film Team,   TVE y Telemadrid.
 

 

Fuente: CINeol | Visitada: 777 veces