Ya hablamos en otra ocasión, de la cantidad de parejas formadas por directores y compositores que abundan en Hollywood. Supongo que cuando algo funciona, y un director cree que el trabajo de alguien es perfecto para sus películas, “¿para que cambiar?”, se dirán. Comentamos algunas de esas parejas, como la de Steven Spielberg y John Williams, Tim Burton y Danny Elfman, o M. Night Shaymalan y James Newton Howard. En esta ocasión tenemos la oportunidad de conocer otra un poco mejor, la formada por Alexander Payne y su compositor fetiche, Rolfe Kent, quien ha compuesto todas y cada una de las bandas sonoras de sus películas.

Kent se ha caracterizado siempre por su inclinación a realizar comedias románticas, como Kate & Leopold, Persiguiendo a Betty o Una rubia muy Legal. Y aunque sobresalen algunas realmente buenas entre este género tan poco valorado musicalmente, es en esta ocasión cuando muchos creen que ha realizado su mejor obra. Con un sonido ligero y sencillo, Kent nos ofrece una composición que, más que parecer una banda sonora, parece originalmente un disco de Jazz. Y digo esto porque alguien que lo oiga y no sepa qué disco es, puede creer perfectamente que no está oyendo música de cine.

Es una partitura rápida, entretenida y muy agradable, que recupera el sonido creado Henry Mancini (La Pantera Rosa) en las comedias de los años 60. Lo más característico son las distintas variaciones que realiza el autor del tema principal, Asphalt Goorvin. Un corte muy pegadizo del que deriva entre otras, versiones de gran calidad como Bowling Tango, y que como su nombre indica, es un tango bastante curioso de solo 49 segundos.

Dicho esto de las distintas versiones, alguien podría pensar que puede resultar de lo más monótona y repetitiva. Pero nada más lejos de la realidad. La obra está llena de frescura y de melodías tan dispares: divertidas, románticas, tristes, optimistas, melancólicas… que es imposible caer en el aburrimiento. Además, es una buena oportunidad para aquellos que tienen cierta animadversión hacía el Jazz, ya que no es una variante del género densa ni difícil de oír. Destaca la utilización de una pequeña orquesta para realizar las distintas interpretaciones, y de diferentes instrumentos en ocasiones puntuales, como el xilófono, piano o acordeón, aunque siempre sobresaliendo los vientos de la orquesta en la mayoría de los cortes.

Así que si alguien no quiere oír música pesada, esta es una buenísima opción para pasar un agradable rato.

Ficha de la banda sonora.
Ficha de la película.

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