Locutor: Frank Sinatra abandona el ring. Detrás suyo, George Raft, otro aficionado al boxeo. Y Gus Himmler, que hizo mucho por este deporte en los años 40. El campeón parece estar en buena forma para enfrentarse al asesino. Algunos del público han pagado 920.000 millones de dólares por el privilegio de ver cómo apalean a este chico. Y suena la campana. Un directo de derecha le arranca el hombro al campeón. Y el asesino vuelve con un golpe de derecha, uno de izquierda y otro directo al cráneo. El campeón tiene un boquete en el cuerpo. El asesino le machaca el ojo y la cabeza empieza a moverse. El campeón debe conservar la cabeza. El campeón lucha mejor que nunca. Debe de perder sangre a un ritmo de pinta por segundo. Los que han pagado 1,5 millones de dólares no han malgastado el dinero. Están llenos de sangre. ¡Le ha caído la cabeza! Ha rodado la cabeza hacia la izquierda. ¿Qué pasa ahora? El árbitro habla con el asesino. El campeón va vueltas tratando de encontrar al contrincante. El asesino ha quedado descalificado. Este luchador que ha matado a más de 20 personas ha sido derrotado por este luchador tan valiente sin cabeza. Levanta el brazo del nuevo campeón mundial de pesos pesados. Qué lástima que el resto del cuerpo no lo pueda ver.