Me ha dado por buscar opiniones sobre el tema y esto es lo primero que me encuentro, la primera tal vez una de las mas reveladoras...
Fuente:
http://enel.net/festivaldecine/programacion/mariposas.htm
La madre de Moncho, desesperada por lo que le pueda pasar a su marido, (izquierista militante), obliga a toda su familia a insultar a los que van en el camión. Al final, Moncho, entre lágrimas, también se suma a los insultos. Pero sólo acierta a decir: "!Ateo, Rojo, Tilonorrinco, Espiritrompa!", es decir, la lengua de las mariposas.
Fuente:
http://www.otrocampo.com/criticas/lalengua.html
La iniciación en la cultura, en la ciudadanía, parece querer decirnos el film (si es que La lengua de las mariposas quiere decirnos algo), toma años, meses, es decir, no menos de 90 minutos de magisterio por parte de una primera figura. La des-iniciación, en cambio -mejor aun, la iniciación en el mal-, requeriría apenas una rápida evacuación de notables ante una plaza llena de temerosos extras más o menos desaforados, gesticulantes: a diferencia de la otra, ésta sí es instantánea.
Fuente:
http://www.ase.es/comunicaciones/feito_alonso.doc
"No puedo acabar este escrito sin comentar el desconcertante final, con la escena en que el niño, junto con otros compañeritos, vocifera insultos y apedrea el camión en que el profesor es conducido preso junto con otros ciudadanos. Como espectador me resulta incomprensible esta escena. ¿Cómo es posible que un maestro que casi se convierte en un abuelo para el niño -varias escenas del maestro jubilado con el niño lo atestiguan- reciba este inesperado tratamiento? La película quiere explicarlo desde el cómplice miedo de la familia. Pero aún así, ¿puede llegar tan lejos el comportamiento de un niño que solo ha recibido amor y diálogo por parte de su maestro? ¿Debemos conformarnos con un barojiano mensaje de desesperanza ante la natural maldad del hombre? O más bien ocurriría que el mensaje universalista de la escuela nada tiene que hacer frente a los particularismos de la familia -de unos padres amedrentados cómplices de la barbarie-. A diferencia de los cuentos de Manuel Rivas en que se apoya el guión, la película sí se explaya en la cálida relación afectiva maestro-niño, lo que me lleva a la rebelión y total desacuerdo con este trágico final. "
Fuente:
http://www.terra.com/especiales/film_festival/criticas4.htm
El final es lo verdaderamente revelador de la película, es un final muy duro, muy realista y que rompe todo el ritmo armonioso de la película. Francisco Franco Bahamonde es el encargado de que el amor y la devoción que Moncho siente por su maestro, se vean trastocadas por el sentido de supervivencia.
Moncho obedece a su madre en el linchamiento final, pero también obedece a sus sentidos, que le hablan de la soledad en que se queda tras la desaparición del maestro, de su cómplice. Aún así es un final devastador que hace que salgamos del cine con un nudo en la garganta.
Fuente:
http://www.geocities.com/Paris/Villa/2989/mariposa.html
La trágica brecha que se abre entre Moncho y su maestro, es además dramática, lógica. La guerra exige las más absurdas definiciones, y los odios no sólo apremian sino que se cimientan desde la autoridad (aun en la mente de un niño). Una pregunta queda a manera de reflexión conclusiva de la película. Cómo se recobrará la inocencia, y cómo se hará el diálogo posible luego de esta separación. Por otra parte, algo de la respuesta se ve en la dignidad del maestro, que al contrario del padre de Moncho, ha optado por asumir su identidad política, aún cuando esta implica la muerte.