Tras rondar el suspenso alto, porque entretiene y por detalles interesantes (el cometa como medio de transporte de ecosistemas alienígenas) al final he decidido bajar la nota de esta película a 3/10. Como Dark Phoenix, empieza de manera prometedora en las alturas espaciales, para iniciar luego un descenso sin retorno a las profundidades del averno de la mediocridad más absoluta. A saber: escenas de acción penosas y sin imaginación, simbionte a ratos convincente y a ratos ridículo, villano principal (especie de Elon Musk un pelín más lunático que el original) con poco fuste, secundarios totalmente risibles, etc. El guión ni siquiera se molesta en justificar que los personajes aparezcan siempre de la nada en el momento preciso, no digamos ya ajustarse a la mecánica de cuerpos celestes más elemental:
hay una elipsis de 6 meses y, a menos que el cometa se haya quedado aparcado en la Luna, dudo sea posible volver a interceptarlo estando a millones de kilómetros de distancia.
En fin, una castaña pilonga, pero podría haber sido peor: que en lugar de 90 minutos dure dos horas y media.