La verdad es que todas las películas de Jason Statham son más o menos iguales, así que uno ya sabe lo que se va a encontrar. Lo que pasa es que dentro de esa curva de resultados, hay películas mejores que otras. Safe sería de las mejores, esta sería de las peorcitas. No ya por la ingente cantidad de huecos de guion e incoherencias palpables que tiene:
-La vendedora de casas que tiene acceso a las cuentas bancarias y las tarjetas de crédito de un cliente.
-Las pistolas que mágicamente aparecen en manos de Jason Statham hasta cuando sale del hospital con lo puesto.
-El asesino a sueldo que se oculta para que no lo vea Nick Nolte cuando él se supone que también es un objetivo.
-Los robos a cara descubierta y mirando a la gente de cerca.
-La gente de Palm Beach es muy lista, pero cuando un tío con una lancha se queda quieto en el agua durante varios minutos mientras la poli le dice continuamente que se vaya, le dejan marcharse como si nada, sin identificarle ni detenerle.
-La gente que se cruza con un vehículo con la luna rota y ensangrentada y no dice nada.
-La cantidad ingente de personas que se dejan el coche abierto.
-El tiroteo nocturno en la casa que no despierta a nadie de un vecindario de gente rica.
-El coche de bomberos parado en un arcén que no levanta sospechas.
etc.
Todo eso es un poco secundario respecto a la desgana y cutrez con la que está rodada, con un montaje atroz y una aparente falta de medios que la acercan peligrosamente a ser una peli directa a vídeo de Stephen Dorff o similar. Parece mentira lo bajo que ha caído Taylor Hackford. Además, el personaje de J.Lo es totalmente innecesario, nada de lo que hace justifica su presencia en la trama, que se podría haber desarrollado prácticamente igual sin ella.
En fin, como entretenimiento es pasable, pero como película es mediocre o menos.
5-/10