por El Pinguino » 29 Nov 2011 12:28
No tan redonda como Gattaca, con la que comparte su condición de alegoría social critica ambientada en una distopía futurista, pero de todas maneras muy resultona y entretenida. Niccol logra encajar bien los aspectos de la situación actual que pretende retratar reemplazando el concepto "dinero"por el concepto "tiempo", y a partir de ahí mostrando como este sirve para mantener el sistema en ordenado funcionamiento a costa de la alienación de los seres humanos que lo forman, tanto de los que nadan en su abundancia (que debido al miedo a perderlo se encierran en su burbuja donde, paradójicamente, no pueden disfrutar de aquello que en teoría debía darles la felicidad) como de los que apenas tienen nada (que viven cada día bajo la insoportable presión de tener que conseguir un poco más para sobrevivir, lo cual los conduce a otro tipo de alienación terriblemente egoísta en la que prima el individualismo más atroz y en la que la compasión y la solidaridad hacia los demás han sido erradicadas), sin tampoco olvidarse de una crítica hacia la autoridad, a la que se retrata no como valedora de la justicia sino del orden, algo que se delata, por ejemplo, en el momento en que al protagonista la policía le arrebata casi todo su tiempo no por que lo haya robado, sino porque "el tiempo ha de estar en manos adecuadas", es decir, en la de aquellos individuos sumisos que lo utilicen únicamente para que la rueda siga girando y que jamás vayan a hacer ningún uso subversivo de su poder. A este respecto también es significativa la inclusión de una banda criminal que se presenta a sí misma como la otra cara de la policía "legítima" a la hora de mantener el orden social, una idea que me recuerda a las películas de Batman de Christopher Nolan y que espero a través de este tipo de películas comience a penetrar en la conciencia del espectador medio...
Dejando a un lado aspectos puramente temáticos, la película me ha convencido, aunque, como he dicho al principio, no la encuentro tan inspirada como Gattaca, y creo que en esta ocasión Niccol ha cedido más a la acción y al puro movimiento antes que a la introspección en la mente y el espíritu de sus protagonistas, algo que he notado por el hecho de que a partir de la parte central el filme deviene una interminable persecución pura en la que, por ejemplo, no existe la brillante intriga de la ópera prima del realizador construida a partir de la falsa identidad del protagonista, viéndose este leit-motiv reemplazado por una mucho más simple sucesión de atracos y carreras mezcla de Bonnie and Clyde, James Bond y Robin Hood, así como la seriedad del personaje de Ethan Hawke cambia por un Justin Timberlake que actúa mucho más de cara a la galería (por ejemplo, en el momento "pulso"). Sin embargo, creo que son fallos menores en una cinta de acción comercial que funciona muy bien y que además habla, por debajo de su apariencia frívola y artificiosa, de tantas cosas tan importantes actualmente.