La verdad es que dudo bastante que a alguien a quien no le interese la historia de la psicología le vaya a gustar esta película. Hasta cierto punto, es bastante densa en las teorías que expone, y al centrarse más en Jung, que es relativamente desconocido para el gran público, puede que haya alguno que se pierda.
Desde el punto de vista de uno que está entre el público al que se dirige la película: interesante pero fallida. El primer tramo de la película es sin duda el mejor, que es el que se centra en el tratamiento de Sabina. A través de esto se van introduciendo las teorías psicoanalíticas y las primeras conversaciones entre Jung y Freud y todo es sólido, apasionante, construido con un gran cuidado para fusionar temática y desarrollo de personajes. Lamentablemente, esto se va desinflando conforme pasa el primer tercio de película, punto a partir del cual se va volviendo cada vez más episódica y fragmentada. Más o menos a partir de la intervención de Vincent Cassel, diría yo que todo empieza a rechinar.
Al fin y al cabo, su personaje es un mero deus ex machina. No viene de ninguna parte ni va a ninguna parte, solo está ahí para hacer que Jung decida tirarse a su paciente, para incitarle. Que no digo que no sea necesario, ni que sus diálogos con Jung no sean interesantes, pero podría haberse preocupado por integrarlo un poco más en el argumento para que no quedase como un pegado postizo que además lo único que hace es sermonear a Jung, con lo que no se entiende muy bien ni siquiera qué es lo que hace en su hospital, porque además sus neurosis parecen creadas con el único propósito de ser las que mejor vengan para despertar la libido de Jung.
Desde entonces, la película funciona a escenas, pero no como conjunto. Viajes para aquí y para allá salteados con encuentros y rupturas y reconciliaciones y tal... Todo sin una línea sólida sobre la que apoyarse, sin la columna vertebral que le proporcionaba el tratamiento, dejando el conjunto tan cojo que al final parece que se acaba por acabarse ahí, sin que el final redondee o concluya la cinta completando un discurso concreto. Es como un puzzle a medio acabar: el resto de las piezas están ahí, pero hacía falta todavía ponerlas en su sitio y relacionarlas con solidez para que el cuadro cobrase forma y sentido.
Por lo que respecta a la labor de Cronenberg tras la cámara, es sobrio y elegante sin duda, pero a veces se echa en falta un poco más de riesgo formal. La frialdad y desapego con la que rueda el sexo y la pasión no es mala aproximación, pero tampoco consigue sublimar las aristas psicológicas del relato por su excesivo distanciamiento y funcionalidad. A los actores, sin embargo, no les puedo poner ninguna pega: todos ellos están excelentes, el trío protagonista ofrece unas interpretaciones sublimes, cada uno con una personalidad distinta que encaja perfectamente para que las escenas entre ellos cobren dinamismo.
7-/10