Durante buena parte de su metraje es una digna compañera de otras películas producidas por Val Lewton, como La Mujer Pantera. Es misteriosa, sugerente, oscura, llena de escenas maravillosamente planteadas y ejecutadas con un saber hacer increíble... Lo único flojo son lo sosos que son los actores, sobre todo la debutante Kim Hunter. El problema es que cuando se desvela el misterio, es una tontería. No lo que es, sino cómo lo plantean y presentan.
La idea de una secta de adoradores del diablo es cojonuda, pero estos ni parecen adoradores ni nada. Abogan por la no violencia, les cuesta cometer un asesinato ni obligar a alguien a tomar veneno... De hecho, se comportan como un club de campo. Así que cuando les dicen cosas sobre lo malvados que son o ellos hablan sobre la diferencia entre bien y mal y todo eso, queda súperridículo. Y esa exhortación al padre nuestro del doctor es una chorrada. Parece que todo estuviese muy licuado (hasta niveles incoherentes) por problemas con la censura, pero lo cierto es que yo creo haber visto pelis de la época con más caña sobre el tema, así que dudo que sea ese el problema, más bien cierta incompetencia timorata del guionista.
Aún así, en conjunto es una buena película con momentos excelentes, que sin duda vieron algunos maestros para inspirarse para alguna de sus obras más conocidas.
7/10