Una sorpresa muy agradable es la que me he encontrado en esta película. Es una mezcla de melodrama y noir, muy bien dirigido por Edward Ludwig en los apenas 80 min. que dura la película. Edward G. Robinson está fantástico en uno de sus papeles menos conocidos, pero de los habituales que solía hacer en aquella época, esos de gángster. Y en esta ocasión, su personaje recuerda en parte a Al Capone.
Joe Krozac es un jefe de la mafia que se casa con una joven mujer con la cual quiere tener un hijo. Debido a un asunto fiscal, es encarcelado durante 10 años al Alcatraz, privándole del nacimiento de su hijo. Su mujer no quiere que su hijo sea como su padre y sea conocido como el hijo de éste, con lo cual deja a Joe e inicia una relación con un joven periodista (James Stewart). A los 10 años, Joe sale de la cárcel y busca a su hijo.
Viéndola ahora, recuerda a alguna que otra película actual que trata más o menos sobre el mismo tema. Lo mejor de la peli es sin duda Edward G. Robinson, tremendamente perfecto como ese gángster. Y James Stewart no está mal, resulta curioso verlo con ese bigotito tan ridículo
. Por lo demás, me parece una joya infravalorada aunque su argumento sea el tan habitual de la caída de un gángster.
8/10