A mí me ha parecido un auténtico peliculón. Delicado y sensible, lleno de amargura y pesimismo sobre la juventud y la ausencia de futuro, es un retrato de una generación sin ideales ni sueños, que viven en un carpe diem permanente para alejarse de los sinsabores dolorosos de la vida adulta, y que sin embargo no pueden escapar a ser lo que los golpes de la vida han hecho de ellos. Una historia de amor con dos almas perdidas que son y buscan cosas diametralmente opuestas, pero que se encuentran en el túnel y se complementan perfectamente. Una historia de amor que solo puede acabar en fracaso, muerta desde el nacimiento, que no puede dar felicidad duradera y está condenada a perpetuar el ciclo de amargura y decepción en el que se ven envueltos los personajes y sus padres.
Los actores me parece que están espectaculares, todos ellos, pero sobre todo la pareja protagonista, que no solo logran que su relación sea creíble y tenga química, sino que componen personajes llenos de matices cuyas frustraciones y necesidades surgen como aristas en los momentos adecuados para hacer que la historia pase de un relato humano a una auténtica joya.
Lo que quizá le sobre es ese epílogo que parece querer dejar la puerta abierta a la esperanza, y que no acaba de cuajar. Hubiese preferido que respetasen el final de la novela, que por lo que he leído
acaba con ella en la universidad porque él la convence de que va a dar clases de verano y luego a reunirse con ella, que es mentira. En vez de eso, él corta todo contacto con ella incluso borrando su email y teléfono porque sabe que es lo mejor para ella. Y acaba emborrachándose y caminando solo por la calle con la mano sangrando porque se ha cortado con un bote de cerveza.
8+/10